

El pasado fin de semana se estrenó el cortometraje documental Guardianes del Territorio, dirigido por Julio César Román Cota, que documenta la lucha contra la minería en Morelos y una resistencia que nace de la identidad y la comunidad. Esta pieza cinematográfica se presenta como una herramienta organizativa, de memoria y de conciencia social y ambiental, y ha sido seleccionada en varios festivales de renombre, como el Biophilia Festival de Cine Internacional y el Festival Internacional de Cine Ambiental y Animal (FICAA) 2024, donde recibió una mención especial.
El cortometraje, de 18 minutos, fue producido por Cine Ojo Films, y cuenta con los créditos de Zuriel Vargas Bahena en el sonido directo, Fernanda Larrainzar Solís como productora, y el propio Julio César Román Cota como director, fotógrafo y editor. La pieza narra la historia de Lliny Flores, una joven guardiana del territorio que, junto con otros vecinos y colectivos, organiza actividades como torneos de resortera y vuelos de papalotes, con el fin de crear conciencia sobre los peligros que enfrenta su territorio. Durante la proyección, se destacó la importancia de estos actos simbólicos que, aunque simples, se convierten en un poderoso mecanismo de resistencia frente a la minería y un recordatorio de la necesidad de preservar el entorno natural y cultural.

El evento tuvo lugar en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en el Palacio de Cortés, y mostró el testimonio de los habitantes de Xochitepec, Morelos, frente a la amenaza de la minería a cielo abierto en el Cerro del Jumil, un lugar sagrado para la comunidad.
El director, Julio César Román Cota, explicó que el proyecto surgió como una respuesta a la cercanía y la empatía que los jóvenes de la comunidad mostraron hacia su propio territorio. «Las infancias de la comunidad nos recordaron nuestras infancias. El juego con resorteras y el vuelo de papalotes ahora son un símbolo de lucha», comentó durante la presentación.
En la misma línea, varios de los asistentes destacaron la relevancia de la participación juvenil en esta lucha. Se habló de la importancia de reconocer el valor de los territorios no solo como un espacio físico, sino como una parte esencial de la identidad cultural de los pueblos. La comunidad, a través de su activismo, ha logrado un momento de «victoria momentánea», como subrayó el director, resaltando que las actividades recreativas y culturales tienen un impacto tangible en la protección del Cerro del Jumil.
Durante la discusión posterior, los asistentes expresaron sus opiniones sobre los retos a los que se enfrentan las comunidades en la defensa de sus territorios. En particular, hubo una reflexión sobre la capacidad de los jóvenes para articular sus voces frente a los intereses de las grandes empresas extractivas. Varias intervenciones subrayaron cómo los jóvenes, a través de la conexión emocional con su entorno, logran dar una respuesta creativa y efectiva ante la amenaza de la minería. «El territorio es más grande que el rectángulo en el que vivimos», mencionó un joven participante, quien recordó cómo, al ser solicitados para dibujar su comunidad, los estudiantes representaron no solo sus hogares, sino también el paisaje más amplio que incluye el Cerro del Jumil, el Popocatépetl y otros símbolos significativos de su identidad.

A lo largo de la conversación, también se mencionaron otras formas de resistencia que han ido surgiendo en la región, como la organización comunitaria y la creación de espacios de encuentro, como la «Casa del Cerro». Este proyecto busca ser un centro de apoyo y fortalecimiento para las personas que se han comprometido a cuidar y defender el territorio.
El Dr. Jorge Luis Martínez, coordinador del programa de redes sociales para los programas nacionales de México, participó en la discusión destacando la importancia de iniciativas como Guardianes del Territorio para sensibilizar sobre la crisis ambiental y social que enfrentan las comunidades en Morelos. «Estamos entre la esperanza y el miedo», reflexionó Martínez, resaltando el esfuerzo colectivo para generar una respuesta estructurada y organizada frente a la destrucción del territorio.
Al final de la jornada, se agradeció a todos los participantes y al equipo de producción del documental, particularmente a Ginny Flores, quien fue candidata al premio Goldman en 2024 por su trabajo en la defensa del Cerro del Jumil. La proyección se cerró con una invitación a seguir apoyando el esfuerzo de las comunidades, no solo a través de acciones simbólicas, sino también mediante la creación de redes de solidaridad que permitan hacer frente a los retos ambientales y sociales.
En resumen, Guardianes del Territorio no solo documenta una lucha contra la minería, sino también una resistencia que nace de la identidad y la comunidad. La película es un llamado a la acción y a la reflexión sobre cómo las comunidades pueden unirse para preservar su entorno y su forma de vida frente a las presiones externas.

“Guardianes del Territorio” se presenta como una herramienta organizativa, de memoria y de conciencia social y ambiental. Foto: Cortesía
