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Viviana Gutiérrez  

La biblioteca del Museo Juan Soriano en Cuernavaca ha recibido la obra “Declaración Universal de Derechos Humanos versión Comentada y Traducida al Náhuatl”, del morelense Antonio Sorela Castillo. El objetivo de esta obra es permitir que las personas de los pueblos originarios conozcan sus prerrogativas de una manera sencilla y ágil.

En una entrevista exclusiva con La Jornada Morelos, Antonio Sorela Castillo, quien también es abogado y defensor de los derechos humanos, destacó la importancia de colaborar con distintas organizaciones para difundir las libertades públicas. Subrayó que actualmente se vive una crisis humanitaria debido a la pérdida de valores, el desconocimiento y la falta de empatía, lo que contribuye al crecimiento desmedido de la violencia, no solo en Morelos, sino en todo el mundo.

Sorela Castillo explicó que la intención principal de su obra es que todos los individuos puedan visualizar sus derechos humanos y comprender su alcance para poder exigirlos sin restricciones. El texto tiene un enfoque didáctico y advierte al lector sobre el contenido de la Declaración, siguiendo los trabajos realizados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce este instrumento, así como las recomendaciones emitidas por sus distintos órganos y tratados universales.

Además de la participación de Antonio Sorela Castillo, la obra entregada al Museo Juan Soriano contó con la colaboración de German y Leticia Domingo, hermanos que son traductores de la comunidad de Cuentepec, en el municipio de Temixco, Morelos. El objetivo es acercar los derechos humanos a las comunidades indígenas, que han sido históricamente olvidadas, considerando que el náhuatl es la lengua más hablada en América.

Sorela Castillo resaltó que las personas indígenas son las más olvidadas y que no pueden reclamar sus derechos porque no los conocen. Subrayó que es responsabilidad del Estado acercar proyectos y herramientas en su lengua. En el país aún queda mucho por hacer para garantizar que todos y todas podamos disfrutar de nuestros derechos, por lo que es fundamental traducir todas las leyes a las lenguas originarias.

El autor mencionó que actualmente las autoridades no han cumplido con sus obligaciones de promover, proteger, respetar y garantizar los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales. Recordó que estos documentos solo se imprimen en idiomas básicos y con tecnicismos jurídicos, lo cual impide que las personas pobres, iletradas y que hablan otros idiomas o lenguas indígenas puedan acceder y reconocer sus prerrogativas.

Sorela Castillo destacó que no solo se trata de conocer nuestros derechos, sino también nuestras obligaciones. Al colaborar con el museo, se busca difundir aún más nuestros derechos, especialmente entre los niños y niñas que participan en las actividades del museo, para que conozcan el significado de este tipo de iniciativas.  

Entre los principales derechos humanos que son vulnerados a las personas que hablan alguna lengua originaria se encuentran las detenciones ilegales, la falta de acceso a una educación adecuada, la limitada atención de salud, las dificultades para acceder a la justicia y la falta de participación política. Con el fin de abordar esta situación, se está preparando la traducción de la “Declaración Universal de Derechos Humanos” al maya y tzotzil, además de que ya existe una versión en inglés, la cual se encuentra en la Biblioteca del Museo de Historia Natural y de Naciones Unidas en Nueva York y Suiza, en las ludotecas de Washington, en la Corte Interamericana y Africana de Derechos Humanos, así como en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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