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Tercera Caída es una muestra colectiva de arte, que celebra su tercera edición con el trabajo de 30 artistas de la plástica. Una exposición que combina una visión personal entre el arte y la lucha libre. La tarde del pasado viernes el Museo de la Ciudad (MUCICI) recibió a familiares, conocidos y fanáticos de la lucha libre, para dar vida a este icónico deporte a través del lenguaje creativo de las obras expuestas. Podrás disfrutar de la exposición en la Sala 8 de la planta baja y en el Salón Blanco del MUCIC, la entrada es libre y está abierta para el público en general.

La lucha libre formó durante muchos años, parte de la cultura en Morelos, su casa la Arena Isabel, que ahora solo existe en las memorias, albergó por más de 50 años, las luchas más icónicas de la entidad. Daniel Hurpin y Furia Negra (luchador y pintor cuernavaquense), junto a otros compañeros, formaron esta iniciativa para mostrar la riqueza visual y cultural de la lucha libre en México, y con esto, dar mayor visibilizar a este deporte.

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En esta ocasión La Jornada Morelos se subió al ring y compartió una pequeña charla con los organizadores y algunos expositores. Partimos con Daniel Hurpin, quién menciona que este año, se sumaron colegas de la Ciudad de México, incluyendo dos fotógrafos que han trabajado de cerca con la Arena México, además de artistas plásticos locales de Cuernavaca. “En esta muestra se presenta una variedad de visiones sobre la lucha libre, que van desde interpretaciones personales hasta las más abstractas. Las obras reflejan la pasión de cada artista, explorando la imaginación, los colores y los personajes icónicos de este mundo, los artistas juegan con estos elementos, dando vida a una representación única del universo de los luchadores.”

Guadalupe Monroy Medrano, representante de la Comisión de Box y Lucha libre del estado, quien también estuvo presente en la exposición, expresó su deseo de ver un espacio como la Arena Isabel reabierto, un lugar emblemático para la lucha en Cuernavaca. Monroy, con gran entusiasmo, recordó su amor por la lucha libre desde niña y se comprometió a seguir impulsando esta actividad.

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Dos de tres caídas, que no se olvide el deporte

En la otra esquina, Furia Negra nos comentó que la lucha libre está llena de colores y personajes únicos, lo que da pie a la imaginación y creatividad de los artistas. Sin embargo, más allá de la exposición, él y otros luchadores aprovecharon la oportunidad para señalar la falta de espacios dignos en Morelos para la práctica y difusión de la lucha libre. “En el estado hay muchos espacios para los otros deportes, aun así, hay muchos espacios muertos, olvidados. La lucha libre no tiene ningún espacio digno. En Morelos hay mucho talento que debe aprovecharse y se está desperdiciando”. Continua, “Morelos está dentro de los tres primeros lugares junto a CDMX y Guadalajara, en cuanto a la calidad de sus luchadores, con la pérdida de la Arena Isabel, ya casi no hay entrenamientos y esta disciplina se está perdiendo”. Esta preocupación por la carencia de lugares apropiados obliga a muchos luchadores a entrenar en mercados, ferias o a viajar a otros estados para poder practicar y competir. Esta situación, señalaron, es un llamado de atención a las autoridades locales, ya que la lucha libre la pueden disfrutar todo tipo de persona, desde los más pequeños, los jóvenes y adultos, “La lucha libre una a la comunidad, da vida a los lugares que están muertos, que se encuentran vacíos”, añade Furia Negra.

¿Lienzo o cuadrilátero?

En cuanto a las obras presentadas, destacan piezas como la de Luis Velarde, un pintor que fusiona la lucha libre con el surrealismo. Su pieza, El Tercer Sueño, es una representación simbólica del cuadrilátero, con máscaras y elementos que aluden a la cultura popular mexicana. Velarde mencionó que desde niño se sintió atraído por los luchadores, quienes, para él, tienen mucha alma, mucha fuerza y mucho carácter, elementos que mantiene presentes en su obra. “al trabajo que hoy presento es algo surrealista y bizarro, con colores intensos y cálidos, yo creo que el carácter del mexicano es así, bizarro, tenemos una mezcla bien rara y estrambótica de raíces, influencias e ideas”.

Por su parte, Furia Negra, también presentó una obra que refleja los desafíos que enfrenta un luchador dentro y fuera del ring. “Lo que yo quise plasmar es la iconografía mexicana, normalmente para nosotros los luchadores, nuestra pasión empieza desde niños, esta pasión está representada en la esquina inferior derecha con una máscara de Tecuán; en el centro vemos al luchador peleando contra un monstruo que representa al público”. Furia expresa que, la batalla más grande a la que se enfrenta un luchador es contra el tiempo y el gusto de la gente, quienes “te hacen o te deshacen”. Furia Negra cuenta con más de 30 años en el deporte, comparte que también dirige un taller de lucha libre para niños en el Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates, buscando formar a las nuevas generaciones en esta disciplina.

La Jornada Morelos concluyó la visita platicando con Horacio Granados, un artista plástico que participó con su obra Divergencia, un acrílico sobre tela que retrata la disparidad que llega a presentarse en el calor del ring, el artista incorpora elementos como la cruz, que simboliza a esa fuerza superior, divina a la que se encomiendan los luchadores antes de sus encuentros. Horacio comenta que también imparte clases para niños con discapacidad y adultos mayores, logrando llevar sus obras a recintos como la Basílica de Guadalupe y al Castillo de Chapultepec.

1, 2, 3 ¡Suena la campana!

La exposición no solo muestra la calidad artística de los participantes, sino que también busca generar conciencia sobre la importancia de la lucha libre en la cultura mexicana. En Morelos los salarios o retribuciones de los luchadores que prestan sus servicios en los espectáculos son “ridículos” según nos cuenta Furia Negra: “nos han querido pagar solo lo de los pasajes o hay promotores que nos quieren pagar 50 pesos, esto es indignante para toda la preparación y esfuerzo que le invertimos a esta disciplina, una sola de mis máscaras cuesta alrededor de mil pesos, solo has cuentas”.

La lucha libre es mucho más que un deporte es un espejo de la cultura popular, un ritual lleno de simbolismo, drama y colores. En este sentido, la lucha libre mexicana no es solo un espectáculo, es una forma de arte, una expresión cultural que nos invita a explorar las contradicciones, las pasiones y los sueños de quienes participan en ella, ya sea desde el ring o desde las gradas.

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Jazmin Aguilar