

Aunque sin duda la gota que derramó la paciencia del gobierno de Morelos ha sido la afectación que se ha presentado en casi mil hectáreas de bosque por más de sesenta de incendios forestales en lo que va del año, el proyecto para fortalecer la protección al medio ambiente de Morelos inició desde octubre pasado, cuando desde la Gubernatura, la Secretaría de Desarrollo Sustentable y la Coordinación de Protección Civil, se trazaron las primeras acciones para prevenir y combatir los incendios forestales.
La coordinación con algunos ayuntamientos, porque en esto hay autoridades municipales que no han participado; la dotación de mejores condiciones para los combatientes forestales; la apertura de brechas cortafuego en muchas áreas boscosas; además del fortalecimiento de campañas de difusión de medidas preventivas; fueron los primeros pasos; en paralelo, se empezó a trabajar en una propuesta de reforma legal que aumentará las penas contra quienes cometan delitos contra el equilibrio ecológico y se propone ampliar la veda para evitar cambios de uso de suelo en terrenos que fueron incendiados intencionalmente.

La agresividad con que se ha desarrollado esta temporada de incendios superó a las medidas preventivas que se desarrollaron con oportunidad.
Más de mil hectáreas han sido afectadas por los incendios, en su mayoría intencionales y los más devastadores asociados a la intención de conseguir cambios en el uso de suelo.
Si bien en octubre del 2021 se aprobó una reforma a la Ley de Desarrollo Forestal Sustentable del Estado de Morelos que impone la prohibición de cambiar los usos de suelo en bosques afectados por incendios por veinte años, la veda ha sido laxa. Decenas de hectáreas en diversos municipios han librado la prohibición como demuestra la edificación de residencias en Áreas Naturales Protegidas que han sido dañadas por el fuego.
Tampoco funcionó para reducir el número de fuegos: desde noviembre del 2021 hasta el viernes pasado, en Morelos se habían registrado 588 incendios forestales que, en conjunto, afectaron una superficie de 9 mil 259 hectáreas.

Más de la mitad de los 64 incendios forestales que ha registrado Morelos en el 2025 se presentaron en Áreas Naturales Protegidas donde hasta el viernes pasado había una afectación registrada en 405 hectáreas.
La mayoría de los incendios fueron intencionales o tuvieron causas desconocidas, ya que no se hizo una investigación a fondo de su origen; la tercera causa fue la actividad agrícola.
Tener leyes más severas es insuficiente si no se aplican y gran parte del problema en Morelos había sido ese. Por muchos años, en Morelos no se registraron, por falta de denuncias, los delitos contra el medio ambiente, el equilibrio ecológico y la gestión ambiental. Los incendios forestales provocados y otras muchas conductas contra la naturaleza mantuvieron una impunidad absoluta.
Porque pueden tenerse las leyes óptimas para, en teoría, inhibir la comisión de todos los delitos, pero si no hay sanciones a los responsables, los esfuerzos legislativos son inútiles.

La Secretaría de Desarrollo Sustentable ha presentado ya las primeras denuncias contra el iniciador de un incendio en Yautepec, e integra otra para perseguir a los autores del fuego en Santo Domingo Ocotitlán, en Tepoztlán. La sanción a los responsables puede ser un aporte mucho más sólido en la prevención del daño ambiental, una materia que en Morelos también había estado abandonada.
