Margarita González Saravia presentó a la y los integrantes del Gabinete Económico que la acompañarán en la nada sencilla tarea de devolver a Morelos el crecimiento económico, el desarrollo y bienestar para sus habitantes, y potenciar la economía local a través de las empresas, la agroindustria y el turismo.
El Morelos económico que reciben la gobernadora electa y Margarita Galeana Torres (Desarrollo Agropecuario), Víctor Sánchez Trujillo (Desarrollo Económico), Alan Dupré Ramírez (Desarrollo Sustentable), Adolfo Barragán Cena (Infraestructura), Josué Fernández Fernández (Transporte); Daniel Altafi Valladares (Turismo), Javier Bolaños Aguilar (Agua) e Iván Elizondo Cortina (Desarrollo Económico e Inversiones); presenta crisis graves en cada uno de los sectores.
El sexenio de Cuauhtémoc Blanco se caracterizó por un promedio negativo de crecimiento económico, pérdida de empleos, aumento de la informalidad laboral, reducción de la productividad. También es el peor periodo para las nuevas inversiones extranjeras directas (en los últimos dos años ninguna nueva inversión de otras naciones ha aterrizado en el estado). El campo ha sido abandonado pese a vivir sus peores años por los efectos de la pandemia y del cambio climático. Las carreteras y caminos son un desastre, igual que el transporte público que a su ineficiencia y baja calidad suma la conflictividad de un sector que fue utilizado como botín y ariete político por las administraciones estatales. El turismo en el estado ha caído igual que los ingresos que éste genera, aunque las autoridades del sector acostumbran a dar cifras ilusas sobre la cantidad de visitantes. La falta y mala distribución del agua afecta lo mismo a las ciudades que al campo.
Después de casi una década de desastres sucesivos, tanto naturales como gubernamentales, podría decirse que cualquier cosa que se hiciera por la economía del estado sería una enorme diferencia, pero la exigencia va mucho más allá de los pequeños cambios que en automático se darían al reestructurar el área de economía del gobierno y el manejo profesional de cada una de las áreas, capacidades que casi todos los nuevos funcionarios han demostrado en sus actividades previas.
La ventaja real, más allá de los nombres y capacidades probadas del funcionariado nombrado ayer, radica en un proyecto maestro de desarrollo para el estado, que incluye el trabajo coordinado de cada uno de los despachos dedicados al tema y la transversalidad de políticas públicas que potenciarán los esfuerzos de las áreas como si se tratara de una sola, enorme, secretaría de estado.
El proyecto incluyente de desarrollo económico para Morelos en el 2024-2030, aún se está afinando, pero las primeras señales en materia de infraestructura, apoyo a los empresarios y al campo, mejora del transporte público, promoción turística, atracción de inversiones y otros pincelazos empiezan a generar confianza, algo vital para los sectores productivos del estado que llevan muchos años de maltrato gubernamental. Y cualquiera que sepa algo de economía sabe que la confianza es el primer motor para el desarrollo.