

Entre los conflictos administrativos y políticos que las anteriores administraciones de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) habían acostumbrado a la sociedad, es fácil perder de vista las tareas fundamentales de la institución, que hace tiempo cumple a cabalidad y ahora, hasta de manera sobrada considerando los recursos, siempre insuficientes, con los que cuenta.
Las misiones sustantivas de la universidad son la docencia o impartición del conocimiento, investigación o producción y ampliación del conocimiento, y la extensión de ese conocimiento a través de la cultura, el deporte y la vinculación con la sociedad en sus diferentes sectores.

Más allá de sus conflictos anteriores, muchos de ellos heredados a la rectoría de Viridiana Aydeé León Hernández y que ahora mismo atiende con miras a resolverlos pronto; basta ver más de cerca a la UAEM para saber que en materia de extensión, la tarea se hace todos los días con calificaciones extraordinariamente relevantes. El arte, la cultura, el deporte, y la cercanía con la sociedad son un cotidiano en los pasillos, salones, canchas, museos, galerías, explanadas y el resto de los espacios universitarios donde la conciencia venada ha resurgido con brío.
Los laboratorios producen investigación de alta calidad y los científicos que trabajan en ellos mantienen altos estándares en la generación de conocimientos tanto en ciencia aplicada como pura. En ellos participan también cientos de estudiantes que se forman para ser los grandes investigadores del futuro muy cercano. La UAEM trabaja también entonces con más que suficiencia en materia de producción y ampliación del conocimiento.
Y en materia docente es innegable que las clases de nivel medio superior y superior en las aulas se imparten con alta calidad al grado de ubicar a muchas carreras de la UAEM entre las mejores del país.
Por eso merece un reconocimiento especial el trabajo que los universitarios han hecho en conjunto para ampliar a partir del ciclo escolar entrante en casi 34% el número de espacios para el ingreso al nivel licenciatura, con lo que ocho mil 704 aspirantes serán admitidos y la tasa de rechazo de la institución de reducirá de la mitad a poco más del 30% de los aspirantes.

Resultado del trabajo conjunto entre el Consejo Universitario, el Colegio de Directores y el sindicato académico, coordinados por la rectoría de la UAEM, la institución ofrecerá en el 2025 poco más de dos mil doscientos espacios nuevos, que se suman a los 6 mil 500 que tuvo el ciclo escolar anterior, con los mismos recursos que en el 2025.
El avance es de tal magnitud que, junto a los esfuerzos de otras instituciones públicas en el estado podrá significar un avance innegable en el ideal de que todos los aspirantes a estudiar una carrera universitaria en Morelos puedan hacerlo.
Avances como estos deberían obligar a los observadores de la política educativa a reorientar sus narrativas, comúnmente catastrofistas y centradas en los conflictos comunes del día a día universitario. Probablemente, la revisión de los logros conseguidos en el último año por la comunidad de la UAEM nos ayude a todos a entender que la universidad es mucho más que la simple suma de sus conflictos.
