

El anuncio de la construcción de 526 casas en Cuautla, dentro del Programa de Vivienda para el Bienestar, que impulsa la presidencia de México con apoyo del gobierno de Morelos, representa mucho más que la dotación de espacios que igual número de familias puedan llamar su hogar.
El proyecto forma parte de la edificación de 14 mil 400 casas en el estado, y será encargado a empresas constructoras locales, con lo que se resuelven dos problemas centrales, el déficit de vivienda y el impulso a la industria de la construcción, un motor probado del desarrollo económico que hace tanta falta a Morelos.

La soberbia e ignorancia mostrada por la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo respecto de la importancia de las obras para la buena marcha de la economía local y regional, provocó no solo la casi absoluta parálisis de la industria, afectada por la pandemia de Covid-19, pero mucho más por decisiones gubernamentales que provocaron incluso la acumulación de adeudos con empresas constructoras locales. La situación llevó a muchas de ellas a la quiebra, otras tuvieron que irse del estado y el resto sobrevivió apenas.
Uno de los primeros compromisos de la gobernadora, Margarita González Saravia con el sector productivo morelense fue el dar prioridad a la proveeduría local, lo que en términos de la industria de la construcción es vital. Las obras de mayor envergadura en cualquier país suelen ser las que emprenden los gobiernos que requieren de dotar o mantener infraestructura para atender las necesidades de la población.
Los resultados empiezan a verse ya, gran parte de las obras públicas emprendidas por la Secretaría de Infraestructura del gobierno estatal se encargan a empresas locales que empiezan a robustecerse también con la intención de atender proyectos mucho mayores, el primero de ellos puede ser la edificación de las 526 casas que beneficiarán a familias cuautlenses a través de Infonavit, para los derechohabientes, y de la oficina en Morelos de la Comisión Nacional de Vivienda, para los no derechohabientes.
La construcción de ese medio millar de viviendas en Cuautla es el primero de los proyectos de gran envergadura que deberán atender las empresas del rubro en Morelos, una tarea para la que han mostrado tener esa capacidad que será puesta a prueba nuevamente y de la que, seguramente, entregarán resultados con suficiencia.

El proyecto generará miles de empleos directos e indirectos, fortalecerá las redes de proveeduría para la industria, agilizará la recuperación económica de la región y además atenderá la urgencia de vivienda de interés social en Cuautla. Se trata, en economía, de un ciclo virtuoso de esos que Morelos extrañó por tanto tiempo.
De los buenos resultados que puedan dar los constructores morelenses en este proyecto, derivarán nuevos encargos de un gobierno estatal que parece dispuesto a cambiar el rostro de deterioro y abandono que Morelos tuvo por lo menos en los últimos seis años.
La reactivación de la industria de la construcción se sumará entonces a la del turismo, evidente en los recientes periodos de asueto y vacacionales, y a la de los sectores farmacéutico y automotriz que se habían anunciado previamente como parte de la aplicación en el estado del Plan México. Todo apunta a que después de un cuarto de siglo con crecimiento económico insuficiente para el estado, en 2025 se toma el camino de la recuperación, y eso es una gran noticia.