En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, la diversidad emerge como un elemento esencial para el desarrollo integral de las sociedades. Entendida en términos de cultura, nacionalidad y opiniones, la diversidad no solo enriquece los tejidos sociales, sino que también promueve la equidad, fomenta la justicia social y contribuye a construir -y a reconocer como algo natural- una convivencia pacífica.
Sin embargo, el reconocimiento de esta diversidad como un valor crucial sigue siendo un desafío, como lo evidencian casos específicos en Morelos, donde iniciativas recientes buscan integrar plenamente a comunidades históricamente marginadas.
Vale la pena recordar que no solo es migrante quien viene de otra nación, desde hace tiempo que nuestro estado “expulsa” morelenses y no todos buscan trabajar en Estados Unidos, hay un verdadero circuito de trabajadores jornaleros que recorren el país conforme se dan las cosechas. Verdaderas familias nómadas cuyos hijos frecuentemente no tienen el privilegio de pisar una escuela y que, mientras permanecen en Morelos sufren discriminación y menosprecio aunque, paradójicamente, hayan nacido aquí.
Por eso es notable la iniciativa de la diputada Jazmin Solano de Morena que, con acceso a la educación, a servicios de salud y al mercado laboral, busca rescatar el arraigo por su tierra no a los trabajadores migrantes y, a sus vecinos, el reconocimiento de que son paisanos. Esta iniciativa nos recuerda que la migración, tanto interna como externa, ha moldeado la historia de Morelos y México. En municipios como Tilzapotla, las dinámicas migratorias han transformado comunidades, evidenciando tanto su capacidad de resistencia como las limitaciones estructurales para integrar a los migrantes en la vida social y económica.
De la misma forma, tenemos una deuda histórica con la comunidad afrodescendiente y con la población originaria, que han enriquecido nuestra cultura sin recibir a cambio el lugar que merecen dentro de nuestra sociedad, ese es uno de los temas centrales del Encuentro de Pueblos Negros que se desarrolla en estos momentos en Temixco.
El actual gobierno estatal ha demostrado un especial interés por la tolerancia y la reivindicación de grandes sectores de la población, y eso es notable, pero, como la inclusión y reconocimiento de igualdad de la mujer y el respeto a los derechos de las infancias, es una labor que nos compete a todos desde la intimidad de cada uno de nuestros hogares.
La tolerancia no implica aceptar con indiferencia opiniones o costumbres, sino crear un espacio donde se respeten las diferencias y se construyan consensos que beneficien a la colectividad, con lo que se fomenta un ambiente de respeto mutuo y contribuye a resolver conflictos de manera pacífica.
Población indígena, afrodescendiente, migrantes extranjeros y locales son todos parte de la diversidad que evitará el estancamiento de nuestra sociedad, como ya lo ha hecho a lo largo de los siglos. Vale la pena recordar las palabras de Mahatma Gandhi, líder de una nación diversa y que gozaba de la confianza de todos: “Nuestra habilidad para alcanzar la unidad en la diversidad será la belleza y la prueba de nuestra civilización”.
