Como desde un cuarto de siglo, hoy más de 180 países conmemorarán el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, establecido en honor de las hermanas Mirabal -Patria, Minerva y María Teresa-, Las Mariposas, activistas políticas que en un 25 de noviembre de 1960 fueron asesinadas en la República Dominicana.
A pesar del tiempo transcurrido -64 años del sacrificio de Las Mariposas, 25 del Día Internacional y diez del establecimiento de la Alerta de Violencia de Género en nuestro estado- pocas cosas han cambiado y la mujer sigue padeciendo el papel social de segunda en el que se les ha arrinconado desde tiempos inmemoriales y contra el que leyes y proclamas poco han podido hacer. Se necesitó que llegara una mujer a la Presidencia de la República y a la gubernatura de Morelos, para que, por lo menos, se considere que todo aquello era en serio.
Nuestro estado ha demostrado que aún está lejos de la igualdad de género pues, además de que figuramos entre los tres estados de mayor incidencia en feminicidios, las autoridades encargadas de investigar éstos, la máxima expresión de violencia contra una mujer, se rehúsan a investigar estos hechos con perspectiva de género –“no todas las muertes violentas de mujeres son feminicidios” ha sostenido, palabras más, palabras menos, el Fiscal General del Estado- y en los trabajos de rescate que se desarrollan en la fosa de entierros irregulares en Jojutla, hay un Ministerio Público que desacredita a las Buscadoras por el hecho de que son mujeres, según testimonios de ellas mismas.
Así, una iniciativa de ley para castigar que no se investiguen los delitos con perspectiva de género, como la presentada hace unos días en el Congreso de Morelos, tendrá nulo efecto si continúan operando nuestras autoridades -como los arriba mencionados- de la forma en que lo han hecho hasta el momento.
La violencia contra la mujer es el efecto de una problemática estructural que tenemos como nación y no se va a solucionar simplemente con órdenes, desde el nivel que sea que se dicten y las penas que se les quiera imponer. El tiempo y la realidad ya lo han demostrado.
Es un problema social que atraviesa fronteras culturales y económicas y refleja desigualdades de poder entre géneros, sustentadas en normas y estereotipos culturales profundamente arraigados.
Parte de lo que se necesita es información y la receptividad necesaria para asimilarla pues los cambios culturales no son fáciles ni rápidos.
En este sentido damos la bienvenida al suplemento feminista Una-O-Varias, trabajo colaborativo entre Feministas Aliadas por el Arte, la Secretaría de las Mujeres-Morelos y desde luego, este diario, que aparecerá el primero y el tercer domingo de cada mes, aunque éste, su primer número aparece hoy, lunes 25 de noviembre, el día en el que el mundo entero aún deplora la pérdida de tres Mariposas a quienes se suman cada día muchas mujeres que mueren por serlo, niñas y adolescentes que son instruidas para sentir que valen menos y la triste permanencia de una actitud ante la vida que deberíamos haber cambiado desde hace mucho.
Bienvenidas las colaboradoras de Una-O-Varias, nuestro estado y nuestra sociedad necesita más espacios de libertad para las mujeres.