loader image

 

Pasada la mitad de la temporada de incendios en los bosques, los datos que arroja la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para Morelos son más que reveladores. A diferencia de la información del gobierno estatal, que agrupa todos los incendios en bosques y pastizales del estado, en los que hay un número un poco más significativo de fuegos provocados por quemas agropecuarias; de los 65 que registra la Conafor hubo 49 provocados intencionalmente, la mayoría de ellos, según todo apunta, buscando conseguir cambios en los usos de suelo.

El área mayormente afectada por el fuego ha sido el municipio de Tepoztlán, con 453.25 hectáreas dañadas, la mayor parte de ellas en el parque nacional El Tepozteco, área natural protegida y con una veda estricta sobre cambios de uso de suelo desde hace muchos años, algo que, tristemente, no había detenido a constructores depredadores ambientales que fueron apoderándose ilegalmente de decenas de predios en los bosques del Pueblo Mágico y el municipio.

En las últimas semanas, paralelo a las noticias de incendios forestales en lo que muchos aún reconocen como “el Valle Sagrado” de Tepoztlán y sus alrededores, se ha informado de por lo menos cinco clausuras de edificaciones en el Área Natural Protegida, además de un jardín de eventos que operaba sin licencia, presentaba una nueva construcción no autorizada, contaminaba con ruido y cuyos propietarios, además, habían violado sellos de clausura previos.

En enero pasado, asumió el ayuntamiento de Tepoztlán un nuevo cabildo, encabezado por el alcalde independiente, Perseo Quiroz, con la idea de recuperar la esencia de Tepoztlán. Buena parte de ese espíritu está en la convivencia sana con el medio ambiente que por mucho tiempo había sido olvidada por autoridades municipales permisivas de conductas depredadoras bajo una idea falsa de desarrollo y crecimiento económico, o sencillamente por corrupción.

Parece sospechoso que al mismo tiempo de volverse más estricta la vigilancia del ayuntamiento sobre los bosques de Tepoztlán, los incendios forestales intencionales se presenten con la fuerza que han tenido en este 2025. Porque si bien los siete siniestros que han requerido de la intervención de Conafor son mucho menos que los 22 ocurridos en Huitzilac, en este municipio la afectación llegó solo a 55.63 hectáreas de bosque, casi 400 menos que en los bosques del Pueblo Mágico.

Es evidente que hay presiones sobre la autoridad municipal, aunque éstas han sido respondidas en gran parte por una muy activa participación ciudadana que colabora diariamente en las tareas de vigilancia y hace denuncias puntuales sobre la invasión de terrenos en la zona protegida, pero también porque el alcalde ha recibido el apoyo de los gobiernos estatal y federal que le han acompañado en por lo menos tres de las clausuras.

Tepoztlán es parte del programa de reordenamiento para el área metropolitana de Cuernavaca que busca, entre otras cosas, proteger el medio ambiente y lograr la convivencia armónica con las áreas naturales protegidas, El Tepozteco y el Corredor Biológico Chichinautzin; su inclusión es un paso que podría resultar definitivo en el cuidado del medio ambiente y de los bosques que siguen siendo, además de un orgullo tepozteco, parte de la identidad mágica de ese pueblo tan admirado.

La salvaguarda de los bosques es una tarea necesaria en todo Morelos pero, por las presiones a que están sometidos todos los días, debe reforzarse en Tepoztlán, un pueblo querido por todo el mundo.

La Jornada Morelos