Miles de morelenses participaron con propuestas en la integración del Plan Estatal de Desarrollo durante los foros regionales a que convocó el gobierno del estado. La nutrida participación no solo retomó un ejercicio de participación ciudadana que parecía haberse olvidado en la vida pública del estado, en que ya solo algunos ayuntamientos consideraban realmente las propuestas de la gente para integrar sus proyectos rectores de gobierno; también evidenció la intención de los morelenses de construir un futuro donde quepamos todos.
La visión promisoria del futuro mejor que puede construirse con la unidad, contribución y trabajo de los grupos y sectores sociales, viene de la esperanza que, sin duda, ha generado en miles de morelenses el relevo en los poderes Ejecutivo y Legislativo, y el que próximamente se dará en los ayuntamientos, pero para nada se plantea dejar de revisar, y en su caso castigar lo que se hizo mal en el pasado, esa colección de conocimientos es invaluable para evitar cometer los mismos errores.
Los foros evidenciaron la pluralidad demográfica, política, económica y social de Morelos, las diferencias regionales en vocaciones productivas, rezagos históricos y potencial de desarrollo; pero también la identidad y los intereses que nos unen. Entre todo ello destaca la intención de construir un estado en paz, con justicia y desarrollo, en que a todos les vaya bien conforme a su talento y esfuerzo.
Y como muchos de esos ejercicios al final resultan en simulaciones, convendrá que esta nutrida y entusiasta participación en el aporte de ideas, se mantenga como un ejercicio de vigilancia permanente para que esas ideas y sueños de los morelenses realmente se contengan en el Plan Estatal de Desarrollo, pero mucho más para que el documento no sea solo una colección de buenas ideas e intenciones. De parte del Ejecutivo todo indica que hay la apertura para que esta participación ciudadana se mantenga como guía durante toda la administración.
Porque debe reconocerse que, en el ejercicio del gobierno, las coyunturas pueden generar desvíos en las políticas públicas; las presiones externas e internas suelen matizar o de plano anular estrategias de gobierno o políticas públicas que son necesarias y al no ser atendidas perpetúan los rezagos, las injusticias, las disfunciones gubernamentales. De ahí la necesidad de que sea la ciudadanía quien reencauce a los gobiernos cuando ocurran esas desviaciones.
La voluntad de diálogo y escucha a la ciudadanía que han mostrado el gobierno de Morelos, algunos ayuntamientos y que empieza a notarse en el Congreso del estado, es un punto de partida vital para empezar el trazo de un mejor futuro para todos, uno donde el servicio público vuelva a serlo y respete entonces su calidad de herramienta para la construcción del bienestar de las sociedades.
Morelos tiene una importante tradición de participación ciudadana, los grupos sociales en el estado no suelen callarse a pesar de que pocos gobiernos los escuchen. Seguro es el momento de aprovechar las buenas intenciones de la nueva clase gobernante y hacernos oír, hace mucho que nadie lo hacía.