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Después de toda la historia de Occidente que, salvo en algunos destellos menores ha sido de marginación e invisibilización de las mujeres, México y Morelos parecen haberse abierto a la idea, muy probablemente cierta, de que las mujeres pueden ser un mejor mando para las instituciones privadas y públicas. México tendrá su primera presidenta en Claudia Sheinbaum, y su gestión iniciará el mismo día que la de quien será también la primera mujer gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia.

Ya antes, las instituciones han experimentado, casi siempre de manera exitosa, el mando de las mujeres, el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana desde 2018, el Tribunal Electoral del Estado de Morelos empezó hace cuatro años y ahora está integrado por una terna de magistradas mujeres bajo la presidencia de Ixel Mendoza Aragón. En el Poder Judicial de Morelos, la gestión de Nadia Luz Lara Chávez, de 2012 a 2016 resultó mucho mejor en resultados que las posteriores de Rubén Jasso Díaz y Luis Jorge Gamboa Olea, ambas sospechosas siempre de actos de corrupción y abuso de autoridad. Y en noviembre de 2024, Viridiana Haydee León Hernández se convirtió en la primera rectora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Ninguno de los casos citados fue un asunto de cuotas, un esquema que la clase política suele invocar para simular espacios de inclusión. Cada una de ellas obtuvo el cargo que ostentan concursando en la más selecta de las meritocracias. Unas por la vía electoral y otras por concursos de selección entre pares, pudieron acceder a los espacios de poder gracias a su capacidad, todas ellas han generado resultados eficientes aún cuando han sido medidas, con excesiva frecuencia con más dureza de la usada para evaluar a los hombres.

Llama la atención entonces que el sector empresarial en Morelos se haya resistido a la inclusión total de las mujeres que lo integran. Cierto que hay espacios de vocalías, secretarías y hasta vicepresidencias para mujeres en los colegiados que representan al sector productivo, pero las presidencias de ellas son escasas y no se han visto en las dos organizaciones integradoras de las cámaras empresariales: Coparmex y el Centro Coordinador Empresarial.

Griselda Hurtado Calderón, expresidenta de los restauranteros morelenses y actual vicepresidenta del Consejo Coordinador ha decidido buscar la presidencia de ese órgano. Sería la primera mujer en lograrlo y resultaría especialmente significativo, toda vez que los colegiados empresariales suelen ser tan exclusivos que se han tenido que diseñar capítulos para mujeres patronas, en el caso extremo, ellas han tenido que formar su propia organización, como es el caso de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias que si bien se ha incorporado al CCE, se le sigue marginando de la toma de decisiones.

La candidatura de Griselda Hurtado es una bocanada de aire fresco en la representación empresarial de Morelos, dominada por los hombres y que, en los últimos años ha generado muy escasos resultados, hasta en el diálogo y la inclusión. El sector patronal la necesita.