Hay “hambre de partido”
+ Uno de los mayores referentes de la izquierda morelense es impulsado por la militancia para dirigir el partido
+ Debemos dejar de ser una fábrica de candidaturas, las elecciones no son nuestro fin último, dijo
+ Recuperaremos el partido para acabar con la corrupción y echar a quienes buscan solo mantener privilegios
En el comité estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Morelos debe acabarse con la corrupción, la traición, la imposición de candidaturas y el uso del membrete para mantener privilegios, aseguró Carmelo Enríquez Rosado, uno de los icónicos líderes de la izquierda morelense, en una reunión a la que calificó “con hambre de partido” con la que iniciaron los trabajos rumbo a la renovación de la dirigencia estatal.
Más que un encuentro de muchos amigos
Desde antes de las nueve de la mañana del sábado empezaron a llegar, primero decenas y luego centenares de personas ocuparon el enorme espacio en cuyo fondo una lona anunciaba “Bienvenidos. Asamblea Informativa”. Aunque en ninguna parte anotaba a Carmelo Enríquez Rosado, todos sabían que estaban ahí por su amigo, camarada, líder, compañero de batallas permanentes por las mejores causas de la izquierda.
Muchos se reencontraron, algunos después de años o décadas entre las mesas donde se servían chilaquiles y agua de jamaica. Funcionarios y exfuncionarios, políticos, luchadores sociales del campo, el magisterio, el transporte, la industria, integrantes todos de las muchas izquierdas de Morelos.
La asistencia ya era como de un millar cuando Carmelo Enríquez llegó al local junto a Julián Vences Camacho, otro baluarte de las luchas sociales y quien, amigo y colaborador de Carmelo desde siempre, haría la presentación del personaje central de la gesta por recuperar para las verdaderas izquierdas la dirigencia estatal del partido que, según los testimonios de muchos asistentes, en Morelos no existía. “Fuimos las bases las que logramos el triunfo electoral, a pesar del comité estatal”, aseguraba alguien justo a la llegada de Enríquez Rosado.
En diferentes mesas, porque era una reunión de amigos, se podía ver a consejeros nacionales de Morena, como Gabriel Moreno Bruno, Nayeli Mares Mérida, Dariela Aguilar, Liliana González, Ángel Barreto; a estatales, Claudia Mazari Torres, Carlos Franco, Raquel González Cisneros, María José Platas, Hortensia Vega Velázquez, Tania Rebolledo Trujillo, José Guadalupe Ambrocio Gachuz.
Otros asistentes eran Gerardo Albarrán y Quintín Barrera, expresidentes estatales del partido; presidentes y expresidentes municipales y regidores y exregidores, Elia Ortiz, Tomás Aparicio, Irma Ramírez, Martha Cervantes, René Jacobo Ortuño, Ulises Pardo Bastida, Irene Palma, Juanita Ocampo Eduardo Campos, Israel Andrade Zavala, Marino Santibáñez.
También estuvieron la diputada electa y exalcaldesa de Temixco, Yazmín Solano, Alejandro Flores Sánchez, Jorge Duarte, Celina Burgos, Patricio Torres, Javier Rabadán, Julio César Pérez. Benito Jiménez, representante campesino; Alejandro Trujillo, del Movimiento Magisterial de Bases; Jorge Salazar del Sindicato Mexicano de Electricistas; Fernando García, Verónica Hernández, Gerardo Becerra, Gilberto Alcalá, Felipe Domínguez.
En el presídium se acomodaron Héctor Ulises García Nieto, representante de Claudia Sheinbaum Pardo en Morelos durante su campaña, Marisol Becerra, Denisse Molina Romero y Julián Vences. Al centro se sentó Carmelo Enríquez después de haber saludado a más de un centenar de impacientes que se acercaron a prodigarle cariño fuera del protocolo.
Un partido que escuche a sus bases
Gabriel Moreno Bruno fue el primero en hablar para comprometer el voto de los morelenses que irán como delegados al Congreso Nacional del partido a favor de las bases. “Morelos tendrá por primera vez un gobierno de Morena, que escuche a las bases”, dijo, y aseguró que los consejeros nacionales decidirán a favor de éstas el 22 de septiembre.
Héctor Ulises García aseguró que el triunfo contundente en México de Claudia Sheinbaum y en Morelos de Claudia y Margarita González Saravia se dio gracias a la participación del partido, pero también a la alianza con grupos de la sociedad civil. Llamó a reflexionar sobre cómo seguir construyendo el partido desde abajo para que las decisiones no las tomen unos cuantos. Aseguró que Morena no puede detenerse y por ello requiere una fuerza social sólida.
“Esta reunión tiene hambre de partido”
Entre aplausos y porras Carmelo Enríquez delineó en casi diez minutos un proyecto de partido.
Primero dedicó unas palabras al presidente, Andrés Manuel López Obrador, a quien agradeció su servicio y le aseguró a la distancia “lo vamos a extrañar”; también felicitó los triunfos de Claudia Sheinbaum en la presidencia y Margarita González Saravia en la gubernatura.
Luego explicó: “Esta reunión es iniciativa de un grupo de compañeras y compañeros para mantener viva la organización de los morenistas y retomar la organización de bases. No es un acto oficial del partido, tampoco tenemos una representación formal”, pero advirtió: “El nuevo gobierno requiere de nosotros decisiones de política pública, un acompañamiento leal y comprometido, y no de convencimiento y traición como lo hemos vivido en semanas anteriores a la campaña, al cierre de la campaña electoral y en el mismo día de la elección”.
Frente a los cientos de asistentes a la reunión que llamó “libre, en tanto espetamos la convocatoria formal”, llamó a formar comités municipales y en cada barrio, comunidad y pueblo. “Es necesaria la preparación para el Congreso Nacional el próximo 22 de septiembre”, les dijo y puso en la mesa la “la formación de los comités municipales de Morena para hacer política de territorio de manera más concreta; esta idea la ponemos en la mesa, esto significa movilizarnos y organizarnos”.
Los retos de la próxima dirigencia y del partido
En su discurso, Carmelo Enríquez expuso los retos electorales del partido que deberá atender la próxima dirigencia: la elección de ayudantes municipales, el proceso de revocación de mandato y ganar las elecciones intermedias en el 2027.
En el primero, dijo, el partido deberá promover a ciudadanos honrados, activos, como promotores de las demandas de sus vecinos. El segundo requerirá de un partido fuerte, organizado que respalde y se ponga como objetivo ganar esa consulta, porque significaría ratificar la voluntad expresada por los electores el dos de junio, y fortalecer al gobierno para el siguiente periodo que se avecina en su ejercicio.
Para el ganar las elecciones del 2027, “particularmente en los municipios que perdimos, (debe crerarse) una sólida estructura partidista cuya proyección vaya más allá de un sexenio; la clave para mantener nuestro proyecto de transformación es el partido portador de las tareas de la revolución de las conciencias”, aseguró.
Refrendar los ideales de Morena
“Vamos por un partido cuyo desempeño será evaluado por su convicción, lealtad a los principios, disciplinado, e inflexible contra la corrupción. En buena medida nuestros descalabros en las pasadas elecciones se debieron a la imposición de candidaturas en los municipios, a la sobrevaloración de nuestras propias fuerzas y concebir a compañeros y compañeras como nuestros enemigos”, advirtió.
Y adelantó que “la unidad… es fundamental si reforzamos la idea de que Morena no es solo… una fábrica de candidatos, sino sobre todo un instrumento de la continuidad y ejecución del proyecto de transformación. Es hora de cambiar la mentalidad entre la militancia, la revolución de las conciencias tiene que empezar por nosotros. No podemos pensar en un partido electoral, tenemos que pensar en un partido que construya y reconstruya un tejido social en toda la población, en todos los municipios, para tener el pulso todos los días de lo que siente de lo que quiere, de las necesidades de nuestra gente, ese es un verdadero partido político porque está arraigado en las bases, en la gente”.
“Las elecciones son un instrumento para darle continuidad a los proyectos, pero no es el fin último de un partido. Y Morena no puede concebirse como un partido-fábrica de candidaturas. Morena tiene que concebirse como un partido que también entre sus filas hay buenos candidatos porque son leales, porque tienen principios, porque tienen lealtad al partido y al proyecto”, acotó.
La puerta está abierta, pero “tenemos la llave”
Aseguró que, si el partido estará abierto y continuará afiliando a personas para fortalecerse, debe saberse que Morena “también tiene la llave para que previamente establezcamos los mecanismos de control y confianza para los nuevos miembros de Morena. Ya no podemos permitir la corrupción en el partido. No podemos permitir que otros intereses diferentes a los populares quieran tomar el partido para mantener sus privilegios. Eso se tiene que acabar”.
El discurso terminó entre aplausos con el llamado a todos los asistentes a empezar los trabajos para preparar el Congreso Nacional, y construir los comités municipales y estatales.
Carmelo Enríquez Rosado aseguró que la corrupción debe salir de la dirigencia estatal de Morena. Foto: DMC
Cientos de militantes de izquierda respaldaron el proyecto de partido que planteó Carmelo Enríquez Rosado.