

Miguel Ángel Delgadillo Valencia
Esta película, dirigida por Sergio Olhovich y basada en una investigación conjunta de él con Carlos Montemayor, es una obra cinematográfica que necesitó 27 años para poder ser concluida. Más allá de las dificultades para su realización, su llegada a la pantalla es muy oportuna para valorar en su justa dimensión los esfuerzos actuales que realiza el gobierno mexicano para recuperar el control del petróleo nacional, con el propósito de cimentar la soberanía energética del país.
1938: Cuando el petróleo fue nuestro, es una película de «ficción basada en hechos reales» y, aunque no es propiamente un documental, contiene imágenes fílmicas de la época, como los mítines en el zócalo de la ciudad de México y la entrega de diversos apoyos por parte de la población, para atender los compromisos derivados de la expropiación petrolera decretada por el presidente Lázaro Cárdenas. En algunas de estas escenas se ve a doña Amalia Solórzano, esposa del presidente Cárdenas, recibiendo la entusiasta cooperación de pobres y ricos.
Cómo toda obra cinematográfica, la recreación de escenas, situaciones y ambientes; ficticios o reales, enriquecen el contexto y dan verosimilitud, dramatismo e intensidad a la película. Incluso hay romance y personajes interesantes que fungiendo como espías cohesionan la trama del argumento y, además, acentúan las emociones de los espectadores. Asimismo, la recreación del contexto de la época transmite el sentimiento feminista de defensa de los derechos de la mujer que para entonces ya reclamaba el voto.
Destaca la interpretación que se hace del general Francisco J. Múgica, quien fue clave en las acciones más revolucionarias del gobierno del general Cárdenas. De hecho, se sabe que Múgica, además de que fue mentor político del Cárdenas fue el principal impulsor de la expropiación petrolera, la película muestra muy bien el comportamiento rebelde y decidido que se le atribuye al general Múgica.
La película muestra muy bien los momentos dramáticos que de la expropiación petrolera. En uno de esos momentos la hija mayor del general Cárdenas, lo anima a tomar la histórica decisión de expropiar las empresas petroleras extranjeras. En otra escena, un tanto onírica, Cárdenas tiene un sueño en el que plática con Benito Juárez y éste le pide que actúe en defensa de la soberanía de México.

Sin duda, la expropiación petrolera es un hecho histórico que mostró el carácter y la firmeza de Cárdenas en defensa del pueblo mexicano y de su patrimonio. En ningún momento se doblegó ante la soberbia ni las amenazas, de los empresarios petroleros, siempre estuvo como premisa la defensa y el bienestar de los mexicanos.
La película también aborda la decisión de Cárdenas para decidirse por Ávila Camacho como su sucesor. Dando como razón, la importancia de mantener la unidad del ejército ante el eventual conflicto con los Estados Unidos, a causa de la expropiación petrolera. Lo cual podría alentar levantamientos y hasta una invasión, al escucharlo el general Múgica, aspirante a la silla presidencial, simplemente respondió «ojalá y no te equivoques».
En el tintero quedan algunas preguntas sobre esa decisión de Lázaro Cárdenas, que no aborda la película. Quizás detrás de esa decisión estaba el nacimiento de un enorme brazo político de la derecha que fue el movimiento Sinarquista, que después dio origen al PAN. Asimismo no se podía soslayar que el gran resentimiento de la derecha pudiera ir más allá de las movilizaciones callejeras, ya que recién acababa de pasar la llamada Guerra Cristera, en fin, sólo se puede especular sobre las verdaderas razones del general Cárdenas para no elegir al Francisco J. Múgica como su sucesor.
