Cierre del 2024. Año convulso y difícil para la sociedad mexicana. Hubo quienes pensamos que la confrontación y polarización social terminaría con el arranque del nuevo gobierno y que se iniciaría una mejor etapa en la vida nacional. Ilusos. Esto continúa. Los problemas mayúsculos persisten y se agudizan: inseguridad en mayores regiones y ciudades del país, reducción presupuestal en aras de seguir con obras que siguen sin arrojar resultados tangibles, pero que impactan negativamente en otras áreas sensibles, vgr. sector salud y la falta de medicamentos Sigue la desinstitucionalización del país, denominada eufemísticamente cuarta transformación, la cual, repiten y más veces, está sustentada en la voluntad popular, expresada en las urnas. Así, desaparecen organismos constitucionales autónomos, que habían entregado, en general, buenas cuentas a la sociedad. Ya está. Todo se vale bajo la fórmula de austeridad republicana.
También reiteran “el pueblo es sabio”. Sin embargo, olvidan que el propio pueblo dice en un refrán popular “es de sabios equivocarse”. Nadie ha dicho qué alternativas se tendrán ante un eventual y nada lejano error social provocado por la ola de cambios constitucionales, muchos de ellos sin análisis mínimo de viabilidad, ni determinación clara de a quien atribuirle responsabilidad ante un posible fracaso, como ocurre con la reforma judicial. Acaso, hay que atribuirlo ¿a un movimiento, a un partido político, a un gobierno, a una generación política? ¿Así de genérico?
En esta vorágine, a pesar del avasallamiento legislativo, sin escuchar prácticamente a nadie, en lo personal mantuve mi postura al escribir mis colaboraciones en la LJM, partir de una premisa básica: nuestros lectores(as) tienen derecho a conocer y comprender los problemas que se exponen, así como las causas de su ocurrencia, pero también requieren saber de posibles alternativas para su solución. Va un recuento de las principales propuestas planteadas a lo largo del año que concluye. Se trata de un resumen breve, cuyo desarrollo se encuentra en el artículo correspondiente. Espero sirva a quienes piensen que aún es posible escuchar otras voces.
Reforma judicial. Establecer una fecha fatal, a manera de fecha de caducidad, que sirva para hacer un alto en el camino y determinar si el nuevo sistema está cumpliendo los objetivos propuestos. Nueve años es un plazo razonable para esa revisión de fondo y a fondo. En su caso, debe haber la obligación de reformar y/o rediseñar, con base en lo que falló (LJM, 19 septiembre).
Reformas constitucionales. Ante iniciativas de modificaciones a la Carta Magna, que conlleven el riesgo de retrocesos democráticos, se recurra, como filtro o condición previa al trabajo legislativo, a un referéndum o consulta popular, en los términos previstos en el artículo 35, fracción VIII constitucional (LJM, 7 marzo).
Empresas y derechos humanos. Reconocer, constitucionalmente, a los organismos públicos de protección de derechos humanos competencia directa para conocer e investigar a las empresas por violaciones a derechos humanos, derivadas o relacionadas con actividades empresariales (LJM, 8 agosto).
Libros blancos de corte político. Debe ser una obligación para los actores políticos. El ejercicio requiere ser de carácter político y no con un enfoque administrativo o legal como el que predomina en sus informes de gobierno. Lo que interesa a la sociedad mexicana son las razones o motivaciones para la toma de decisiones en materias de impacto general en la población. Que sea la sociedad civil y las universidades las que elaboren un listado de 12 a 15 temas sobre los cuales el gobernante que deja su cargo debe incluir en el libro blanco con enfoque político (LJM, 30 mayo).
Lecciones electorales. Proteger el derecho humano a la privacidad. Que el INE establezca, en procesos electorales, un Registro de números telefónicos de aquellas personas que no desean recibir publicidad o mensajes de los partidos políticos y que éstos estén obligados a consultar antes de realizar cualquier llamada o envío de mensaje propagandístico. Asimismo, ante la actitud contumaz de las autoridades y actores políticos que no respetan las reglas o las infringen impunemente, asumir una actitud más firme. Debe preverse una sanción de tipo política, que se haga pública en medios de comunicación (LJM, 13 junio).
Evaluación de los organismos públicos de protección de derechos humanos. Contar con un modelo de medición del ejercicio de la autonomía institucional, que permita conocer cómo hacen valer las herramientas y mecanismos que les brinda la Constitución y las leyes, al recibir, investigar y resolver quejas y denuncias. Se trata de verificar si ejercen a plenitud la autonomía que tienen reconocida. Al respecto, se establecen las variables de evaluación (LJM, 25 julio).
Medición de empresas en materia de derechos humanos. La opción normativa que sugiero para medir el desempeño de las empresas en materia de derechos humanos es elaborar, discutir y aprobar una Norma Oficial Mexicana (NOM), en la que se establecerían reglas sobre debida diligencia empresarial en derechos humanos; las condiciones que deben cumplir las empresas que tengan patente para realizar funciones de certificación, reconocimiento o distinción, según se decida (no recaer en personas físicas); las incompatibilidades, prohibiciones y obligaciones de las empresas certificadoras y de sus socios; el procedimiento, las etapas y los plazos; los casos de descertificación, por ejemplo, por violaciones graves de derechos humanos (LJM, 22 agosto y 5 septiembre).
Nueva ley de sociedades mercantiles. Más que seguir reformando la actual ley se requiere un nuevo ordenamiento. Es preciso conjugar adecuadamente los aspectos de política jurídica, de política legislativa y de técnica legislativa, para responder a la exigencia de un texto legal que responda a las necesidades de las empresas. Los temas por abordar son diversos, según se describen en el artículo respectivo (LJM,12 diciembre).
Es importante no caer en la desesperanza, el desinterés o la desilusión. Pero también es ineludible escuchar al que difiere y ofrece propuestas y alternativas. Todavía hay que pensar en un México único, en el que cabemos todos y todas las mexicanas, sin importar las diferencias. Quienes tiene en sus manos las riendas del país deben apelar a una mayor sensibilidad, sin anteponer ánimos vindicativos, que sólo conducen a un mayor abismo social y llevarnos a un desfiladero con inimaginables consecuencias. Repito una frase muy socorrida “México es más grande que sus problemas”. Hagámoslo realidad.
* Investigador Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) / eguadarramal@gmail.com