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Antonio Sarmiento Galán*

Según un reporte [1], incluso si las emisiones de bióxido de carbono (CO2) se redujeran drásticamente a partir de hoy, la economía mundial ya está comprometida con una reducción de ingresos del 19 % hasta 2050 debido al calentamiento global. Estos daños son seis veces mayores que los costos de mitigación necesarios para limitar tal calentamiento a dos grados centígrados (2ºC). Usando datos empíricos de más de 1,600 regiones de todo el mundo durante los últimos 40 años, científicos del Instituto Potsdam para Investigación sobre el Impacto Climático (PIK) evaluaron los impactos futuros y la persistencia de las condiciones climáticas cambiantes sobre el crecimiento económico.

Se prevén fuertes reducciones de ingresos en la mayoría de las regiones, incluidas América del Norte y Europa, siendo Asia meridional y África las más afectadas. Éstas se deben al impacto del calentamiento global en diversos aspectos relevantes para el crecimiento económico, como el rendimiento agrícola, la productividad laboral o las infraestructuras, afirma Maximilian Kotz del PIK. Se estima que los daños globales anuales ascienden a 38 billones de dólares, con un rango probable de 19 a 59 billones de dólares en 2050. Tales daños se deben principalmente al aumento y variabilidad de las temperaturas y a los cambios en las precipitaciones; incluir otros fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas o incendios forestales, los aumentaría aún más.

Enormes costos económicos para Estados Unidos (EUA) y la Unión Europea

El análisis muestra que el calentamiento global causará daños económicos masivos en los próximos 25 años en casi todos los países del mundo, también en los altamente desarrollados como Alemania, Francia y EUA, dice Leonie Wenz del PIK. Estos daños a corto plazo son el resultado de nuestras emisiones pasadas; si queremos evitar algunos de ellos, necesitaremos más esfuerzos de adaptación y reducir nuestras emisiones de manera drástica e inmediata; de lo contrario, las pérdidas económicas serán aún mayores en la segunda mitad del siglo, alcanzando hasta el 60% del promedio mundial para 2100. Esto muestra claramente que proteger nuestro clima es mucho más importante, más barato que no hacerlo, y eso sin siquiera considerar los impactos no económicos como la pérdida de vidas o la biodiversidad.

Hasta ahora, las proyecciones globales de los daños económicos causados por el calentamiento global generalmente se centran en los impactos nacionales de las temperaturas promedio anuales a largo plazo. Al incluir los últimos hallazgos empíricos sobre los impactos del clima en el crecimiento económico en más de 1,600 regiones subnacionales en todo el mundo durante los últimos 40 años y al centrarse en los próximos 26 años, se pudieron proyectar los daños subnacionales causados por los cambios de temperatura y precipitaciones en gran detalle a través del tiempo y el espacio, al mismo tiempo que reducir las grandes incertidumbres de las proyecciones a largo plazo. Se combinaron modelos empíricos con simulaciones climáticas de última generación (CMIP-6); la persistencia con la que los impactos climáticos han afectado a la economía en el pasado también fueron evaluados y tomados en cuenta.

Los países menos responsables sufrirán más

El estudio destaca la considerable inequidad de los impactos climáticos: ocurren daños en casi todas partes, pero los países de los trópicos serán los que más sufrirán porque ya son más cálidos y los nuevos aumentos de calor serán ahí más perjudiciales. Se prevé que los países menos responsables del calentamiento global sufrirán una pérdida de ingresos mayor: 60% más que la de los países de mayores ingresos y un 40% mayor que la de los países con mayores emisiones. También son los que tienen menos recursos para adaptarse a sus impactos. Nos toca decidir: un cambio estructural hacia un sistema de energía renovable es necesario para nuestra seguridad y nos ahorrará dinero; mantenernos en el mismo camino tendrá consecuencias catastróficas. La temperatura del planeta sólo se estabilizará si dejamos de quemar petróleo, gas y carbón, indica Anders Levermann del PIK.

[1] https://www.nature.com/articles/s41586-024-07219-0

* Unidad Cuernavaca del Instituto de Matemáticas, UNAM