

I. MYANMAR. Y lo endeble que somos ante los embates de fuerzas naturales y sus consecuencias; sin que suene a pesimismo, la acumulación de fenómenos que se siguen produciendo a lo largo y ancho del globo terráqueo, nos debe llevar a la reflexión profunda, como individuos plenos de vida al respirar y tener la oportunidad de disfrutar de un lapso de vida corto, pero al fin de cuentas de mucho aprendizaje, las condiciones para otros no son así y de ello las muestras a cada segundo se dan, cuando una u otra lección proveniente de lo incontrolable e impredecible, se cierne sobre la humanidad y la vida terrenal.
El aprendizaje desde los lamentables acontecimientos que se han padecido en México tiene una sumatoria de urgente necesidad para que la cultura de la prevención sea cada día más efectiva, ésta surja desde los hogares y sobre todo, en los espacios de actividad cotidiana en el devenir de las actividades sociales; la protección civil como área atendida con participación interinstitucional sigue su curso, los actores principales de inicio a fin, somos todas y todos los mexicanos. Aquellas fatales consecuencias, deben tener un dique con la anticipada cultura de la prevención a partir de la atención, contención y acción.

II. JALISCO. Con lo que para hoy se tiene de forma objetiva investigado por personal especializado en materia de medios nacionales e internacionales de derechos humanos, de información y comunicación, así como con la versión oficial y voces calificadas de grupos organizados que conocen ampliamente del tema de la desaparición de personas, resulta que en efecto, el referido hallazgo del Izaguirre como uno de tantos ranchos o inmuebles identificados como centros de reclutamiento de personas, tienen una data de hace más de doce años; en esa primer conclusión descansa la objetividad que ahora con los procesos de identificación humana, seguramente irán sumando las confrontas periciales hasta lograr que los positivos regresen a sus familiares en calidad de víctimas.
Allí no para el asunto, el tema referido se ha socializado a niveles en los que se reafirma la empatía de la población con cada familia afectada, hoy todas y todos somos parte de un despliegue nacional para que la denuncia sea una realidad a partir de las primeras horas en que se tiene la alerta de una persona no localizada, y por otra parte, la intervención de las autoridades, será más efectiva en tanto que apliquen las reformas que se han generado en el marco jurídico y desde la Presidencia de la República, para atender con oportunidad esté flagelo.
III. ABRIL. Mes de ellas y ellos, los mejores referentes de la alegría, el sustento de la vida y la razón natural, para actuar en consecuencia del legado que les dejaremos en calidad de medio ambiente y situación de paz, prosperidad, crecimiento y desarrollo; los discursos que otrora servían para mencionarlos como uno más de los compromisos o promesas de campaña respecto de su atención, se traducen en los hechos que desde los programas, proyectos y planes a corto plazo se están generando desde el DIF y en pro de la niñez de Morelos.
IV. ESTIAJE. Una vez más el ciclo estacional de cada año provoca diversas problemáticas relacionadas con las lluvias y la falta del vital líquido; el programa de cosecha de lluvia impulsado en Morelos se apunta como una indispensable estrategia para contribuir a que la temporada de estiaje sea menos grave; en los hogares, escuelas y campo, la cultura de cuidado con correcto uso de éste elemento seguramente nos dará opciones de contención y prevención, sumadas a la espera de la llegada del temporal que se vaticina anticipado, atípico y muy probablemente, con huracanes catastróficos en las costas nacionales.

Urgente es la revisión y aplicación del marco jurídico que regula la existencia y suministro del agua para consumo humano y riego de los terrenos de cultivo, aunado a las licencias de explotación con que cuentan diversas empresas que históricamente han contribuido a la sobreexplotación de mantos acuíferos.
1000 PALABRAS: Los cambios estratégicos en todo equipo de trabajo o colegiado de decisiones, tiene que corresponder a la aplicación de paulatina, progresiva y de necesidades que se advierten en cada área, aplican éstos principios en la administración pública y privada; así se diseñan las grandes transformaciones que aseguran resultados de calidad para todos los gobernados.
