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I. LA VIDA. Sí, aquí el tic tac del reloj biológico, del respirar constante y arrebatado, del palpitar de un corazón que suplica clemencia, oportunidad y espacio, de lo que nunca podría ser de no existir el amor de madre, de aquello que depende de otras decisiones menos de su voluntad, podría ser larga, corta, efímera, fugaz, al final, nada o todo, un transcurrir en el mundo del revés, en el que la naturaleza se vence, ahoga su grito de auxilio e inicia el vencible poder mortal contra la vida.

Qué decir, opinar, aportar, reflexionar u opinar; la idea se extiende en los puntos cardinales, en el mar revuelto, en un aire agrio, contaminado y sofocante, la puesta del Sol se pierde y con ella, las horas y días transcurren para olvidar a unos y dar la bienvenida a otras. Un chispazo apenas perceptible a cambio de la oscuridad del ocaso, los barruntos de tormentas dibujan en el horizonte los trazos multicolores de un sinfín de pensamientos libres, esa es la única oportunidad para los que sufren.

No sentimos, olvidamos, ignoramos o simplemente dejamos ver y pasar, los sentimientos de otros como vengan o sucedan estarán en segundo o tercer plano de interés, el caso es la supervivencia aun a costa de aquellos; no importaran los medios, lo que es relevante es el fin, y así una tras otra, generaciones enteras pérdidas en sus dinámicas propias de cambios, sin que alguien se detenga a entregar un ápice de bondad, solidaridad, generosidad y menos real amor, todo se ciñe a lo material.

II. EL AMOR. Desde cuando insensibles, en qué momento dejamos de entender la máxima riqueza que por un don divino y dueto de amor se nos permitió, qué ocasionó la ausencia del aprecio mínimo por nuestro entorno, a qué hora dejamos de proteger a otros seres vivos, a dónde se fue la querencia en la que los instantes se disfrutaban a la par de una sonrisa, quiénes han dispuesto de la auténtica naturaleza pura y bella, hermosa, otrora sana y suficiente, hoy acabada, dañada, destruida en sus entrañas. ¡Su protección es Ley obligatoria, la vida es maravillosa!

Somos nada, así llegamos y nos vamos, así se han ido por sí o por voluntades ajenas, de forma cíclica o violenta, de manera confortable o en un purgatorio existente aquí, nunca más allá de lo que tenemos enfrente; ese infierno inventado, las continuas creaciones de escenarios de sanción y castigo, no son ciertos, no existen bajo el concepto del amor sublime y perfecto, en ninguna mente cuerda queda justificar la ambivalencia de un Dios de Amor y otro de Pecado, el segundo es la hechura humana en donde se dan las pútridas conductas de pederastia.

III. LA INFAMIA. La máxima de riqueza de la vida se afecta con el infinito perfeccionamiento de la infame destrucción irracional e insuficiente para detenerse y entender el alcance y consecuencias de los actos, sin que la justicia alcance para determinar cuántos o quiénes son culpables de lo que hoy padecemos; llámense guerras fratricidas, violencias entre unas y otros, directos ataques a la niñez, adolescencia y juventud, sobre todo a las féminas, sumados al cambio climático destructivo de la vida.

Felicidad, interna o externa, en el corazón, los sentimientos y emociones demostrada en disfrute placentero, libre, gracioso y espontaneo; risas, movimientos, todo juego amplio de los cinco sentidos y uno más, ante propios y extraños, gateando, caminando o corriendo bajo el sol, la lluvia, la luz y las penumbras, sumada en sí esa etapa permanente a los ciclos cotidianos, llenando nuestros vacíos a la par de sabernos vivos.

IV. LA INFANCIA. El cigoto marca el inicio de un nuevo organismo y el primer estadio de vida, él luchando por la oportunidad que todos hemos tenido, lamentablemente algunos la han perdido desde ese instante; así la realidad mundana, en un arrebato se autodestruye y suma voces silenciadas a las que de suyo el odio, desamor, guerras, epidemias, violencias por doquier, pederastas, traficantes de órganos, explotadores sexuales y demás fauna inhumana, causa en agravio de seres que debieran tener nuestra protección, máxima tutela social y sobre todo, consideración de amor por tratarse de la máxima riqueza de la Vida.

Basta es la sonrisa, mirada de ternura y candidez, alegría y ternura sin censura alguna y en amplitud. En cada mes de abril y para siempre, desde la familia, garanticemos la total protección a quienes no tienen voz o no saben hablar. Si la naturaleza es tan hermosa y bella desde su origen humano natural, porqué existe tanta la maldad en el mundo.

1000. PALABRAS. Que vivan las niñas que traen mucha luz, que canten los niños que impulsan la paz, que nazcan aquellos que quieren a Dios y ellos nos leguen bondad; que nunca se surtan violencias de fin, que el mundo sea su tutor, su llanto provoque reacciones de amor y esas heridas curar. ¡Todos fuimos y en nuestro ocaso seremos niñ@s

Leonel Díaz Rogel