loader image

Juliana García Quintanilla y José Martínez Cruz.

El 8 de marzo fue establecido como Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras por el segundo Encuentro Internacional Socialista de Mujeres, realizado en Copenhague, Dinamarca, en 1910, porque un 8 de marzo de 1857 las obreras de la industria textil de Nueva York hicieron una huelga y fueron reprimidas por la policía.  Posteriormente, en 1911, otra protesta laboral de las obreras culminó en que ellas fueron encerradas y quemadas en la fábrica, a la que le prendieron fuego los capitalistas, quienes les negaban toda clase de derechos laborales.

Hace 113 años se realizó el primer día internacional de las mujeres organizado por la Internacional socialista, y es a partir de 1975 que Naciones Unidas reconoce el 8 de Marzo como el día internacional de las mujeres. Dicho reconocimiento se ha dado a lo largo del tiempo bajo una serie de luchas constantes de mujeres de diversos países, por tener los mismos derechos que los hombres como el acceso al voto, al trabajo con salario igual que los hombres,  a ocupar cargos públicos, a la educación, a la no discriminación y a una vida libre de violencia. Este día visibiliza al sistema patriarcal que genera y refuerza la explotación y sumisión de las mujeres, por lo que la lucha sobre estos temas sigue vigente.

Los derechos de las mujeres forman parte fundamental de los derechos humanos. Estos derechos se han ido conquistando mediante la lucha de las mujeres, a lo que el feminismo ha contribuido a través de la historia. Precisamente el 8 de marzo ha sido una fecha que conmemora las luchas de las mujeres trabajadoras, éste 2023 adquiere una relevancia mayor, para enfrentar la ola de violencia feminicida, misógina, discriminatoria, xenófoba y racista que existe a nivel internacional. Reivindicar hoy más que nunca el derecho a una vida libre de violencia, de opresión y explotación de las mujeres nos permite construir una sociedad en que los derechos sean verdaderamente para todas y todos. La indignación ante la violencia feminicida, la desaparición de niñas y jóvenes, la trata y explotación sexual y laboral, ha puesto en pie a millones de mujeres en todo el mundo y nuestras organizaciones defensoras de derechos humanos vamos en el mismo sentido de esta lucha.

En México las mujeres enfrentan cotidianamente problemáticas como el hostigamiento y el abuso sexual en el empleo, los despidos por embarazo, la segregación y la violencia laboral. En México actualmente hay más de 21 millones de mujeres que trabajan y un número considerable de ellas no reciben remuneración por su labor; entre profesionistas, los hombres ganan más que las mujeres; entre funcionarios y administradores, ocurre lo mismo y en el comercio los varones se benefician de ingresos bastante superiores a los percibidos por las mujeres. El diagnóstico de la violencia laboral nos muestra que de las más de 21 millones de trabajadoras en México sufren violencia laboral un 26.6%, casi 6 millones. De acuerdo a datos de este año 2023 elaborados por la Red de Mujeres Sindicalistas, del total de mujeres que han trabajado alguna vez en su vida, han sufrido violencia laboral, el 11% ha sido víctima de violencia emocional, 2% de violencia física, 11% de violencia sexual y 22% de discriminación. El 79.1% de estas agresiones se llevaron a cabo en el trabajo y el 47.9% de ellas fueron de tipo sexual. Estas agresiones, hasta el 90 por ciento de las víctimas, eran en general perpetradas por hombres, sin importar su ubicación, como patrones o compañeros de trabajo, tanto en el mundo de las empresas privadas como en la Administración Pública, acusadamente de hostigamiento o acoso sexual. Todo ello, a pesar de que fue ratificado el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo que reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso.

Consideramos que tipificar y sancionar la violencia institucional fortalece el derecho de las mujeres, al inhabilitar, castigar penalmente a quienes en el ejercicio de sus funciones cometan violencia institucional y con ello transgrede las disposiciones contenidas en la ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.

En éste 8 de marzo es importante luchar contra el acoso sexual, hostigamiento, violencia laboral, que son todas las acciones, omisiones, comportamientos, prácticas o amenazas de estas, que tengan por objeto intimidar, excluir, opacar, aplanar, amedrentar o consumir emocional o intelectualmente a la persona trabajadora. 

Éste 8 de marzo fortalecemos la lucha contra todo tipo de violencias que padecen las mujeres. Porque es posible otro mundo donde no se imponga la discriminación, el abuso, el acoso, la violencia verbal y machista, debemos reforzar la consciencia del respeto pleno a los derechos humanos de las mujeres por parte del conjunto de la sociedad. No olvidar la historia para que no se repitan hechos que lastiman la dignidad humana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *