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Gabriela Mendizábal Bermúdez* y Lizeth Juliana García Atra**

La lactancia materna es sencillamente parte de la vida de la humanidad. Sin lactancia materna no hay vida, desafortunadamente a lo largo de los años, por creencias erróneas, como la transmisión de enfermedades madres a hijos e hijas, o efectos negativos en la salud de las madres, que afortunadamente poco a poco fueron desmentidos uno a uno por la ciencia; la aparición del gran negocio de la venta de fórmula (sucedáneo de leche materna) con campañas que engañosamente promovieron la leche artificial con propiedades mejores que el alimento natural; así como las reglas laborales aún discriminatorias para las madres lactantes; es que muchas mujeres dejaron de amamantar y desafortunadamente aún hoy en día aquellas madres trabajadoras que quieren hacerlo, no siempre disfruten de este derecho.

En México, pese a que según el Instituto Nacional de Salud Pública (para mayo de 2024) el 95% de los infantes de 24 meses fueron amamantados -por lo menos alguna vez- (y de estos, la mitad inició tempranamente), se sigue presentando un alto consumo de fórmula comercial infantil; este aspecto representa un obstáculo para el logro de las referencias internacionales existentes en la materia; de hecho, se está lejos de alcanzar la meta establecida por la Asamblea Mundial de Nutrición, esto es, el 50% de lactancia materna exclusiva para el año 2025. De ahí que se torne fundamental la generación de campañas y políticas públicas asociadas.

Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna para estimular la acción y consciencia sobre el tema. A nivel nacional, el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia busca el fortalecimiento de las medidas de promoción, apoyo y protección del derecho a la lactancia materna.

El derecho a la lactancia materna se ha incluido en diversas normas jurídicas: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículos 4° y 123); b) la Ley Federal de Trabajo que prevé, como derecho de la madre trabajadora, dos reposos extraordinarios -por día- cada uno de media hora para la alimentación de los hijos durante el periodo de lactancia (artículo 170); c) la Ley General de Salud (artículo 64); d) la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (artículo 28) y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (artículo 11) y a pesar de ello sigue siendo un reto que las madres trabajadoras puedan ejercer su derecho.

El abandono de la lactancia materna exclusiva y la renuncia a los reposos para la alimentación por parte de madres trabajadoras es consecuencia del rezago social, económico y educativo y principalmente a la flexibilización laboral que permite a empleadores sin escrúpulos evadir estos derechos. En madres trabajadoras de bajos ingresos, la lactancia promedio es solo de tres meses. La falta de apoyo institucional y social las lleva a optar por la lactancia artificial para cumplir con las expectativas laborales.

Ahora bien, aunque a nivel estatal en el 5º Informe de salud en Morelos se señala que en 2023 se logró la capacitación en lactancia materna de 37,444 madres, solo 225 mujeres participaron en lactarios recabando su leche, pues aún son muy pocos los lactarios en las empresas y desafortunadamente su función específica como área de extracción y conservación de leche materna es mal entendida y muchos ponen como pretexto que deben montar salas de cuidados y amamantamiento para bebés, lo cual es erróneo y resalta además la falta de los reglamentos para su uso favoreciendo el derecho a la lactancia.

Por ello, es crucial implementar políticas que garanticen el derecho a la lactancia para las madres trabajadoras, incluyendo un presupuesto adecuado para crear y mantener salas de lactancia en espacios laborales saludables y dignos. Además, se deben impulsar programas en el sector informal y regular la publicidad de fórmulas comerciales para niños de hasta 24 meses. Un esfuerzo coordinado entre actores sociales es necesario para fomentar y proteger la lactancia materna, que beneficia a la sociedad, el capital humano y la salud del planeta.

*Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

**Doctora en derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.