Antes de empezar esta perorata personal quiero advertir que no se usó para nada la Inteligencia Artificial. El texto es producto de la experiencia humana y nada tiene que ver con la ciencia ficción por inteligentes que ésta sea. Aclaro que tampoco se ha usado algoritmo alguno para llegar a las siguientes conclusiones. Va para los que no ven lo que no quieren ver; para cientos de militantes rejegos y a otros tantos que de plano siguen distraídos en la champaña y el confeti de la victoria de junio pasado. También va para los perdedores electorales que no llegaron a su meta.
En unas horas se cumplen los días exactos que terminan con el sexenio 2018-2024 con Andrés Manuel López Obrador al mando. Aunque “el último minuto también tiene sesenta segundos” o “no hay plazo que no se cumpla”, o “a cada villita le llega su capillita” muchas y muchos parroquianos celebrarán la llegada de las doce campanadas. Cèst fini André. “Esto no se acaba hasta que se acaba” según Yogui Berra el pelotero de los Yankees parece decirle al Presidente pelotero. Se escucha de fondo el canto en las vecindades a la hora de las piñatas : “ya le diste uno, ya le diste dos, ya le diste tres … y tu tiempo se acabó”.
Millones esperan eso, y muchos otros aunque no lo revelan por iniciarse en el nuevo gobierno, también esperarían que efectivamente el Presidente se orille a la orilla y no que entre a pits a cambiar sus llantas blandas y desgastadas por unas duras como lo hace el Checo Pérez cuando se acerca el final de una carrera. Su historia ya fue a partir de mañana. Ha dicho la próxima Presidenta de la República -a partir del 00`00`01 1/10/2024-, que no cederá ante quienes quieren que Claudia Sheinbaum se enemiste con su antecesor. Nada parecido. Lo que queremos muchos es que repare el tejido social y como ya lo dijo ella misma en su solicitud de licencia en Morena: “gobernaré para todas y todos”. Eso si queremos.
Para los suyos, el mandatario saliente deja un gran legado. Más de una gobernadora, un diputado, un secretario o una senadora han dicho llorosas y llorosos en éstas horas sin mayor empacho que Andrés Manuel es ¡el mejor presidente de la historia de México!. Vaya usted a creer. Para otros no lo fue tanto. Más bien deja un país con muchísimos asuntos sin resolver. Cada quien que use el cristal con el que se quiera mirar la historia.
Como cada seis años de nuestra democracia moderna los políticos jugaron el juego de la sillas: Todos corrieron alrededor de ellas. La mayoría se fue a la Villa, y sólo uno de ellos, perdón de ellas, si lo logrará. Esta noche sólo hay una silla y está apartada. Llega una nueva administración y con ello una nueva esperanza. Las elecciones se inventaron para cambiar y mejorar lo que se acaba de terminar. Es condición para un cabal ejercicio del poder en manos de humanos normales. Demócratas comunes y corrientes.
El cambio es respeto al voto popular. ¿Si todo estuviera bien para que cambiarlo? me pregunto, como creo que lo hicieron en su tiempo Antonio López de Santa Anna, los oaxaqueños Don Benito y Don Porfirio recelosos de las elecciones democráticas. También un poquito Plutarco Elías. Me respondo: la renovación de las políticas públicas debe ocurrir porque el tiempo cambia; las sociedades son diferentes aún en seis años; las relaciones globales se mueven; y el crecimiento de la población y sus gobernantes también se modifican (no así en Cuba, Nicaragua, Corea del Norte, Rusia, China y también Venezuela por qué no. ).
Ni hablar de los cambios tecnológicos que se suceden con la velocidad del rayo. Ejemplo: hoy la política se ejerce en muchos sentidos a través de las redes sociales. La propagación de la ideología y la cultura vuelan hoy por internet cosa que no ocurría igual hace diez años. Algunas políticas públicas en la actualidad se implementan al ritmo de las plataformas y las redes de poderosa penetración. Entre el Carruaje de Don Benito al Air Force One que ni Obama, la distancia es de poco menos de dos siglos a pesar de que la democracia surgió mucho tiempo atrás. Dice el doctor José Antonio Lozano Diez, rector de la UP y del Ipade, con Joaquín López Dóriga que los cambios de los 35 años más recientes han sido los más profundos en los últimos 300 de la historia humana.
A riesgo de perder el valioso tiempo de gobierno pensar en una forzada continuidad sólo retrasará las soluciones pendientes que debe presentar el gobierno 2024-2030 que en minutos se inaugura. La esperanza como el agua busca cauces. Será México gobernado por primera vez por una mujer. Es científica, universitaria militante, especialista en temas ambientales. Defraudaría a sus treinta y tantos millones de electores que votaron con la tinta de la espera, de la esperanza de vivir mejor si la nueva administración sólo hiciera lo mismo, aunque se le llame machaconamente segundo piso.
Repetir el ejercicio de las llamadas Mañaneras me parece será el primer traspié. Este ejercicio “de comunicación” inventado en la jefatura de Gobierno del entonces Deefe sólo buscaba fijar agenda. Hoy es imposible con los millones de usuarios de redes que a cada segundo consumen millones de bytes de información que les llueven tormentosamente. La gente “sigue” a miles de líderes de opinión y protagonistas de todos los temas lo que provoca que la fuerza de las conferencias se vuelva relativa. Debiera llamarse a conferencia sólo cuando se requiere transmitir valiosa información. Las de hoy son sólo una puesta en escena. Los últimos seis años fueron un desperdicio del tiempo laboral del Presidente que amaba ser oído así fuera por temas que visiblemente desconocía. La rutina descompone el impacto de la comunicación. No veo a la Presidenta jugar ese juego, ni burlarse de “nuestros adversarios” en una conferencia de prensa. No está en su ADN hasta ahora conocido.
Sugerir siquiera que nuestros servicios de salud son comparables a los de Dinamarca, por ejemplo es sugerir que estamos cubiertos en camas, abasto, citas oportunas y todas las cirugías programadas cuando corresponde. Sugerir eso es traicionar a la verdad tan visible para la población como la falta de empleo y más aún la alimentación tan pobre de millones de compatriotas. Decir por decir eso cada cierto tiempo desde el micrófono presidencial es ofender al pueblo que se dice servir.
Para nada exagero. Por supuesto también considero lo bueno del sistema de salud que tiene en su personal y en un pedazo pequeño de infraestructura de excelencia que sólo esconde lo verdadero y da pie a suponer que la población esta cubierta. No, no es así. Se miente. En Copenhague, unos cuantos nos miran con ternurita cuando conocen nuestros resultados fatales de la epidemia del Coronavirus 19. El liderazgo en embarazos adolescentes y obesidad infantil les provoca también espanto. Las tasas de mortalidad por atención tardía o de plano falta de atención es muy alta comparada con el país europeo.
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Parte esta noche un líder político que se atoró en el túnel del tiempo y que es capaz de reclamarle a los españoles una disculpa retrasada quinientos años. En el mundo global del siglo XVI la conquista ocurrió más por respaldo de las espadas de obsidiana tlaxcalteca y los ejércitos de poblaciones tributarias sojuzgadas en extremo, que por el acero ibérico de trescientos salvajes caballeros. Los comandaba el “valiente” Cortés a lomo de los monstruos de cuatro patas, desconocidos en la Anáhuac de la época cuando aún no existía nuestro México. Acaba de declarar el mandatario saliente algo muy sensato : no quiere estatuas, ni calles ni museos. ¡Bien, muy bien!. Por cierto Cristóbal ya se quedó sin su glorieta, la de Colón.
Pero… El rey de España no fue invitado como hace seis años a la ceremonia de Toma de Protesta. Para AMLO y sus historiadores la ofensa gachupina sigue viva. Así parece decir esta descortesía diplomática. Lo cortés no quita lo valiente. Valdría la pena recordar los discursos del Rey de España Juan Carlos I en Chiapas y Oaxaca a propósito del Quinto Centenario del primer viaje de Cristóbal Colón. La grosería desconoce la larga estancia de la hoy Reina de España en su calidad entonces de reportera y estudiante, Leticia a secas avecindada en Guadalajara, Jalisco. Pero sobre todo desconoce el mandatario las expresiones del Nobel chileno Pablo Neruda : “ Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos (…) salimos perdiendo…Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro…se lo llevaron todo…Nos dejaron las palabras”. Octavio Paz, Mario Vargas Llosa y sobre todo Gabriel García Márquez honran esa patria de las letras que nos dejó el encontronazo de dos mundos.
En charla con Pepe Cárdenas en Radio Fórmula dice con ironía Jorge F. Hernández, exdiplomático mexicano en España, renombrado escritor y hoy modesto librero que esta pifia inicial fue un problema postal ya que la famosa carta de reclamo de AMLO a España estaba mal dirigida a un Borbón y no a un Hasburgo. Jugando con la letra “i” Hernández califica de “inaceptable, inexplicable, intransigente y de una imbecilidad. Debía de haberse invitado a todos los países del mundo a festejar a la primera mujer Presidenta de México y no crear una distracción innecesaria que oculta la guerra civil de Sinaloa, una deuda impagable y una cifra enorme de muertes en el sexenio”, y muchos pendientes más que el Presidente López no concluyó, agrego yo.
Quiso el licenciado el penacho de Moctezuma, hoy en Austria pero bien poco se sabe de sus obras en las comunidades indígenas en este sexenio. (La sola idea de traerlo aseguraría su destrucción por su fragilidad y vejez dicen los austriacos). No se conocen obras importantes de infraestructura hidráulica, caminos o la erección de hospitales rurales y escuelas bilingües en los pueblos originarios.
La mayor de las ocurrencias: enviar una expedición marina con arqueólogos y soldados provistos de cinceles y machetes a escarbar la tierra de Panamá, sin permisos mínimos de un gobierno soberano. Fueron a buscar el cadáver de un periodista y oficial mexicano que se sumó a batallas ajenas muerto en el siglo XIX, y que nuestro mandatario imaginó como una búsqueda pertinente para honrar la historia de México. (López Obrador firmó un libro sobre ese personaje que sólo unos cuantos conocen y muchos menos reconocen). Los enviados militares lograron traerse un huesito de cinco centímetros de dudosa verdad a un costo millonario. Ya le inauguró su estatua y su nombre a un cruce fronterizo. Rescatando al soldado Garza. ¡Viva Catarino, Viva! ¿viva?. Cachetadón inmerecido a las dolientes madres buscadoras a las que nunca recibió. Nuestra patria tiene la medalla de oro de las tasas más altas de desaparecidos de todo el mundo eso sí gracias a la falta de acciones de lo que puede calificarse como Estado fallido. Hubiera donado los recursos de la expedición a Panamá para comprarles al menos gasolina o palas y picos a las cientos de madres mexicanas en vergonzosa tragedia.
En las conferencias AMLO opinaba de todo y lo sabía todo. Pasaba por encima del conocimiento incluso científico cuya primera condición es que sea cierto y verificable. Cualquier intentona de desmentirlo se la quitaba como con un matamoscas, de un zarpazo o con una risita socarrona. Nunca aceptó un error ni una duda porque todo lo sabía y además suponía que todo lo ignoraban sus adversarios como les llama a muchos mexicanos y mexicanas que estaban ciertos de que el mandatario mentía.
Mintió mucho y pocos podrán defender esa “política de comunicación” basada en la diatriba y el infundio y los otros datos, acorazada además con un blindaje que gritaba: ¡porque lo digo yo!. Para muchos había un manto de deidad inconcebible en pleno siglo XXI. Él mismo se creía con esa santidad que dios le dio para poder gritarle a todos “No me vengan con que la ley es la ley”. Advirtió hace mucho que había que “enviar al diablo a las instituciones”.( Ahí sí hubo advertencia y no engaño).
Mi teoría es que el triunfo contundente de Morena obedeció a la pobreza de ofertas políticas retratadas en un PRI secuestrado por pillos y un PAN dividido en extremo además de una izquierda casi invisible. Sin embargo el factor principal del exitoso recuento de millones de votos para Morena viene indudablemente de la entrega de recursos de los programas sociales. Nadie hubiera votado contra quien les extiende regularmente billetes para la sobrevivencia elemental. Salía mas barato hacer crecer esa población que dotarlos de obras y servicios.
En las Mañaneras pasó por encima de prestigios académicos, honores periodísticos y hojas de vida ejemplares sin argumento ni recato. Su comunicación vertical del “Estado soy yo”, contrastaba constantemente con los sucesos día a día y con hechos incontrovertibles. Sólo se preguntaba lo que se autorizaba, suponiendo él y los suyos que la prensa seria y la gente común se tragaban sus dichos. Nada más lejano. Imposible de suceder. Inventó el mandatario una sección de risa loca que llamaban ¿Quién es quién en las mentiras? cuyo principio básico era descalificar otras opiniones ¡precisamente con mentiras!. Cachaza total. Cuesta trabajo imaginar a la nueva Presidenta hacer lo mismo y de la misma manera. No lo veo.
Las ocurrencias del saliente encontraban siempre eco no sólo en los ejércitos de vocerillos y rumoristas si la palabra existe. Otro país seríamos si como se divulgaba desde la oficina del Presidente -porque sólo desde ahí se emitía “información”- vamos “requete bien” decían a coro los amlovers. De ninguna otra boca salían datos o palabras que explicaran los actos de gobierno, obligadamente por ley. Si lo que se píaba (tweeteaba), lo que se cantaba o se entonaba hubiera sido cierto no habría la pobreza y la violencia que padecemos aquí y ahora. Justo en la hora del supuesto ocaso del saliente, y ojalá no sea supuesto ese ocaso, dijo con quirúrgico acierto el empresario Carlos Slim Helú, Presidente del consorcio Carso en la Cumbre Mundial de Premios Nobel por la Paz, celebrada hace unos días en México que “la libertad está basada en la seguridad”. ¿Por qué ahorita?. Pues porque sí. Que no se le olvide al que se va que tenemos muchos pobres y muy poca libertad atada al clima de inseguridad regado –el clima- por todo el territorio nacional.
La generación que viene sugiere que se está preparando el sexenio que sigue después del que estamos estrenando. Ha puesto López Obrador a su hijo y a su “sobrina” a cargo de la elección intermedia del 2027 en preparación a la llegada de esa nueva generación por el poder que hoy deja. Supongo que Luisa María ya se vio como futura contendiente para ser la próxima segunda mujer ¡presidenta, presidenta! Compitiendo únicamente contra Andy, el orgullo de mi nepotismo diría el clásico de los 70`s JLP. ¡Arráncan!
Disfrutemos el momento histórico en el que una mujer ilustre, Doña Ifigenia Martha Martínez Hernández, Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, decana de longeva actuación pública, maestra de todos ahí, en su calidad de Presidenta del Congreso de la Unión cuelgue en un recinto muy iluminado, la banda presidencial elaborada con extremo cariño por la soldado auxiliar Evangelina Rentería de la Cruz patriota en espera de que, quien la portará seis años, también cuide cual celosa soldado, a su patria que es la nuestra. La transmisión de poderes es una ceremonia que siempre honrará el sistema democrático en el que vivimos todas las mexicanas y mexicanos del color político que sea. Finalmente le digo : respire profundo pues a Claudia le dejaron un reguero.
*Director General de Factor D Consultores