Agua y cambio climático, el binomio
Este año el Banco de Desarrollo Alemán KfW y el gobierno de México firmaron un acuerdo para impulsar reformas en el tema de adaptación al cambio climático con un enfoque en recursos hídricos. Éste busca fortalecer las capacidades para enfrentar los retos del cambio climático, mejorando la gestión del agua y garantizando la sostenibilidad de los recursos hídricos.
Según datos de la UNESCO, publicados en el World Water Development Report 2020, el cambio climático afectará la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las necesidades humanas básicas, poniendo en peligro el disfrute efectivo del derecho humano al agua de miles de millones de personas.
El cambio climático se manifiesta, entre otros aspectos, en el aumento de la frecuencia y magnitud de los fenómenos extremos, como las olas de calor, fuertes vientos, precipitaciones sin precedentes, tormentas y marejadas ciclónicas. La calidad del agua también se ve afectada negativamente por el aumento de sus temperaturas, la menor cantidad de oxígeno disuelto y, por consiguiente, la menor capacidad de autodepuración. Las inundaciones y una mayor concentración de contaminantes durante las sequías aumentarán el riesgo de contaminación del agua y de contaminación patogénica.
Estos cambios hidrológicos inducidos por el cambio climático dificultarán aún más la gestión sostenible de los recursos hídricos, que ya se encuentran bajo presión en muchas partes del mundo. La seguridad alimentaria, la salud humana, los asentamientos urbanos y rurales, la producción de energía, el desarrollo industrial, el crecimiento económico y los ecosistemas dependen del agua y, por consiguiente, son vulnerables a las consecuencias del cambio climático.
Adaptarse y mitigar el cambio climático por medio de una gestión hídrica es fundamental para el desarrollo sostenible y esencial para cumplir con la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres.
El uso global de agua se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue aumentando a un ritmo constante debido al crecimiento demográfico, al desarrollo económico y al cambio en los patrones de consumo. El cambio climático agravará la situación de las regiones en las que más escasea el agua y crearán escasez en las regiones en las que todavía abunda el agua hoy.
También corren peligro muchos ecosistemas, en especial los bosques y los humedales. La degradación de los ecosistemas no solo producirá una pérdida de biodiversidad, también afectará la disponibilidad de servicios de ecosistema que dependen del agua, como su purificación, la captación y almacenamiento del carbono, la protección natural contra las inundaciones, así como el suministro de agua para la agricultura, la pesca y el turismo.
Y como siempre, las regiones más pobres son más vulnerables a los desastres y al cambio climático desde el punto de vista medioambiental y socioeconómico.
Pese a que hay una creciente evidencia de que el cambio climático afecta la disponibilidad y distribución de los recursos hídricos, sigue habiendo dudas e incertidumbres, especialmente a escala local y de cuenca, hace falta una mayor difusión e información para generar una cultura climática.
Si bien no hay mucha discrepancia acerca del incremento de las temperaturas, las previsiones sobre las tendencias de las precipitaciones son más variables y ambiguas. A menudo, las tendencias en los eventos extremos (precipitaciones más fuertes, calor más intenso y sequías prolongadas) muestran una dirección más clara que las tendencias de las precipitaciones totales anuales y que los patrones estacionales.
*Profesor, consultor y gerente general de AQUATOR / Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA