Desgraciadamente vemos otra vez a nuestro querido Acapulco inundado. Otra vez lleno de lodo y escombros. Otra vez la gente más pobre ha vuelto a perderlo todo.
Y seguramente otra vez se volverán a invertir cientos (o miles) de millones de pesos en la reconstrucción de caminos, casas, bordos, canales, etc. Lo malo es que esto será un cuento de nunca acabar si no se toman las medidas adecuadas, y parece no haber capacidad técnica en las autoridades para definirlas.
Acapulco ha sido impactado por varios huracanes a lo largo de los años. Algunos de los más importantes han sido:
Pauline en 1997: Alcanzó la categoría 4 (de un máximo de 5) y dejó un saldo trágico de más de 200 muertos, además de cuantiosos daños materiales. Las lluvias intensas causaron deslizamientos de tierra e inundaciones.
Manuel en 2013: Aunque era una tormenta tropical cuando impactó Acapulco, hubo un fenómeno atípico que agravó sus efectos, al mismo tiempo entró por el océano Atlántico el huracán Ingrid y ambos parecieron entrelazarse y fortalecerse durante un par de días, lo que trajo una mayor precipitación, causó graves inundaciones y deslizamientos de tierra en toda la región. Se reportaron decenas de muertos y los daños fueron estimados en miles de millones de pesos.
Max en 2017: Huracán de categoría 1 que tocó tierra al este de Acapulco. Aunque sus vientos no fueron tan destructivos, causó fuertes lluvias que provocaron inundaciones y daños significativos en viviendas e infraestructura.
Otis en 2023: Este huracán subió de categoría 1 a 5 (la más destructiva) en unas cuantas horas. Con sus vientos de 270 kilómetros por hora, Otis impactó la ciudad de manera devastadora, causando serios daños en infraestructura, con cortes de electricidad generalizados y serias afectaciones en viviendas, hoteles y comercios.
Y apenas un año después se presenta John, con una cantidad de lluvia extraordinaria. Desde el 22 hasta el 27 de septiembre, se acumularon casi 950 milímetros de lluvia. Esto es casi tres veces más de lo que dejó el huracán Otis en 2023 y representa alrededor del 80% de la precipitación anual promedio en la región.
Lo peor es que puede que no sea el último. Esta temporada está influenciada por el fenómeno de La Niña, por lo que se espera que incremente la actividad ciclónica en el Atlántico, mientras que en el Pacífico se espera un comportamiento cercano al promedio. Según los pronósticos, se esperan de 15 a 18 ciclones tropicales por el Océano Pacífico y Jonn es apenas el décimo en la lista. Si se cumple el pronóstico faltarían de 5 a 8 eventos ciclónicos por presentarse.
Por su ubicación geográfica, Acapulco es y seguirá siendo vulnerable a la entrada de ciclones tropicales. Para evitar inundaciones recurrentes es esencial implementar una combinación de medidas preventivas, estructurales y de gestión de recursos.
Primero, es indispensable la construcción de infraestructura de control de inundaciones. Presas rompe picos que puedan retener el agua de los ríos durante las horas de lluvias intensas, liberándola de manera controlada para evitar desbordamientos. La sobreelevación de bordos que eviten que el agua sobrepase los márgenes de los ríos en áreas vulnerables. Y la construcción de canales que desvíen el exceso de agua hacia zonas seguras.
También se requiere de mejoras en los sistemas de drenaje urbanos, con una limpieza y desazolve constante de alcantarillas y desagües, pero sobre con un nuevo enfoque centrado en aumentar la capacidad de las áreas urbanas para absorber, almacenar y reutilizar el agua de lluvia de manera natural (SUDS: Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible).
Otros elementos clave son la gestión de las partes altas de las cuencas con Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBS), el ordenamiento territorial, la regulación del uso del suelo y la zonificación de áreas de riesgo. Sistemas de monitoreo y alerta temprana para advertir a la población y permitir evacuaciones en caso de riesgo inminente. Y educación y capacitación a la comunidad sobre los protocolos de emergencia.
*Profesor, consultor y gerente general de AQUATOR
Un poblador de Puerto Marqués, en la zona Diamante de Acapulco, Guerrero, rodea un socavón que se formó tras el paso del huracán “John”. Foto Héctor Briseño / La Jornada