

Trump y la “liberación” de agua en California ¿una decisión técnica o política?
Recientemente, el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva instruyendo al gobierno federal a anular, si es necesario, las políticas de gestión del agua de California. El objetivo declarado de esta acción es maximizar la entrega de agua para combatir incendios forestales y otros usos. Esta orden se produjo tras una visita de Trump a Los Ángeles, una región afectada por incendios recientes. En su declaración, Trump criticó a los funcionarios de California, incluyendo al gobernador Gavin Newsom, alegando que no proporcionaron suficiente agua para combatir los incendios.

Como resultado de esta orden, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. aumentó significativamente las liberaciones de agua de dos represas en el condado de Tulare: la presa Terminus en el lago Kaweah y la presa Schafer en el lago Success. Estas acciones enviaron importantes volúmenes de agua a través de los ríos Kaweah y Tule hacia las tierras agrícolas del Valle de San Joaquín. Las liberaciones se incrementaron de manera abrupta, pasando de flujos mínimos a más de 1,500 pies cúbicos (42.5 metros cúbicos) por segundo en el caso de la presa Terminus.
Sin embargo, funcionarios estatales y expertos han cuestionado la efectividad y necesidad de estas medidas. El Departamento de Recursos Hídricos de California aclaró que las liberaciones de agua fueron coordinadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y que no hubo fuerza militar directa en estas acciones. Además, señalaron que los embalses en el sur de California estaban en niveles adecuados y que la falta de agua no fue un factor determinante en la propagación de los incendios, los cuales fueron impulsados principalmente por fuertes vientos.
La reciente decisión de Donald Trump de liberar agua de presas en California parece estar motivada no solo por razones técnicas, sino también por un claro interés político. A lo largo de su trayectoria, Trump ha utilizado la gestión del agua como un tema de confrontación con el gobierno de California y como una herramienta para fortalecer su apoyo entre sectores agrícolas y rurales.
Desde su presidencia, Trump ha favorecido políticas que reducen la regulación sobre el uso del agua en California, beneficiando especialmente a los agricultores del Valle Central, una de las pocas bases electorales republicanas en el estado. En 2020, firmó un memorando que priorizaba la entrega de agua a la agricultura, debilitando protecciones ambientales para especies en peligro de extinción y criticando las regulaciones estatales que, según él, desperdiciaban agua.

Este movimiento sugiere que Trump busca capitalizar políticamente la gestión del agua para reforzar su imagen ante los votantes rurales y agrícolas. Su enfrentamiento con el gobernador demócrata Gavin Newsom sobre la distribución de los recursos hídricos le permite mantener su narrativa de que las regulaciones ambientales impiden el crecimiento económico y perjudican a los trabajadores agrícolas.
En este contexto, el agua en California se ha convertido en un tema de gran carga política. Más allá de las necesidades reales de gestión hídrica, la decisión de Trump parece estar orientada a consolidar su apoyo en sectores estratégicos, utilizando el agua como una herramienta de campaña y un punto de confrontación con el gobierno estatal. Esta estrategia refuerza su mensaje de desregulación y priorización del sector agrícola, a la vez que aviva el conflicto entre políticas federales y estatales en la gestión del recurso hídrico. Creo que las señales son claras y México debe estar preparado.
*Profesor, consultor y gerente general de AQUATOR. Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA.
