Desde civilizaciones antiguas la práctica del deporte había sido considerado un tema incluso filosófico, la percepción de salud mediante la actividad física es uno de los aportes más importantes en materia de medicina, sin embargo, es hasta fechas actuales en que la visión de la ejercitación tomo un rumbo más complejo donde se involucran aspectos sociales, económicos e incluso psicológicos dejando en un mínimo porcentaje su trascendencia en el ámbito de salud.
Desde la visibilidad mundial que tuvo Arnold Schwarzenegger en el entrenamiento de fuerza (pesas) comenzó un proceso de fama que escalaria hasta un término reconocido socialmente como: cultura Fitness; sus inicios parten cuando un Arnold sorprendió al mundo con un físico hipertrofiado de manera muy minuciosa como si cada músculo hubiese recibido un trato especial pero además comenzó a moverse en contextos sociales donde la mayoría de los deportistas no lo hacen, su figura comenzó a aparecer en revistas, televisión y cine, en entrevistas describía la disciplina y mentalidad necesarias para llegar a tener su físico sin imaginar la revolución que causo.
Los ya existentes gimnasios con algunos aparatos simples y pesas fabricadas por algún material pesado a recibir mayor atención de una generación joven que aspiraba a la belleza física; a la par comenzó una nueva era de comunicación una vez finalizada la guerra fría, las nuevas tecnologías proporcionaban un alcance infinito de acercamiento entre todas las culturas existentes junto con la aparición y perfeccionamiento del internet, dando como resultado un tipo de difusión nunca visto.
Los fierros pesados fueron embellecidos en el anhelo humano de otorgarle belleza física a lo que nos rodea, nuevas tecnologías de la biomecánica proporcionaron instrumentos de musculación más eficaces y menos agresivos con las articulaciones, a su vez los lugares requirieron de adaptaciones frente a una constante rotación social y nuevos roles de genero; es decir, la materia del fitness esta fuertemente relacionada con una era de feminismo y una profundidad en el entendimiento sobre lo femenino y masculino. Las mujeres adquirieron el reconocimiento social incitándolas a nuevas oportunidades laborales, a tener una voz propia pero también guiándolas hacia el cuidado propio el cual encajo perfectamente en el cuidado de su salud mediante diversas técnicas de ejercitación.
Por su parte los hombres encontraron un lugar donde potencializar su masculinidad materializándola en la cantidad de músculo en su cuerpo en relación con la fuerza de carga dejando en el pasado una imagen de trabajo rudo; junto a todo esto debe añadirse las exigencias de una vestimenta adecuada para la actividad desde licras con telas especiales resistentes a los estragos del sudor humano hasta tenis específicos para cada disciplina deportiva con costos cada vez más extravagantes. Los accesorios son cada día más concretos incluyendo también vasos y botellas, calcetas deportivas, maquillaje especial, toallas femeninas diseñadas para una mayor comodidad durante la realización de la actividad física y dispositivos que permiten monitorear los signos vitales durante el entrenamiento.
La suplementación deportiva es también un campo que floreció durante esta revolución la cual cada día ofrece productos innovadores garantizando un camino seguro hacia objetivos físicos, inclusive en este aspecto la salud no ha retomado el reconocimiento más que adecuado- necesario; las redes sociales han ofrecido la libertad del debate sobre uso de productos, así como su promoción y recomendación sin la garantía de una vigilancia especializada e individual. Cada día egresan de cursos cortos entrenadores que se insertan en gimnasios que intentan cubrir las nuevas necesidades sociales, algunos con bases éticas muy estables y otros no tanto.
Las líneas son insuficientes cuando se habla sobre una nueva generación que hace al entrenamiento físico un estilo de vida complejo digno de un análisis multidisciplinario, con un enfoque sociológico vital que explique ciertos comportamientos realizados con la bandera de salud, pero muy alejados respecto a su intención guardada en el interior de los individuos que comparten una actividad y un lenguaje exclusivo.
Un gimnasio es un lugar digno de un estudio etnográfico debido a la complejidad social que implica el análisis del tipo de personas que acuden en cada horario, así como la agrupación social especifica y los lazos sociales que se desarrollan dentro del lugar; hay que entender que existen requisitos a cumplir para ingresar a este tipo de establecimientos, es algo más que un simple gimnasio, es un tema social que ha sido reducido a un tema de moda social pero que su desinterés traerá consigo consecuencias en materia de salud, incluso aunque su enfoque observable no tenga relación directa con ella.
*Psico nutrióloga