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*Cristina Girardo

En los distintos niveles –nacional, estatal y local- los actores desarrollan estrategias, ya sea de tipo político (concertación de actores, creación de instituciones, distribución de poder, participación ciudadana, inversiones públicas calificadas, políticas públicas); económicas (recursos y atractivos para la localización de empresas, promoción de la economía social, políticas de capacitación y promoción del empleo, políticas para pequeñas y medianas empresas e innovación); cultural (promoción del patrimonio ambiental, histórico, artístico); científico tecnológica (inversión en investigación y desarrollo, trasferencias tecnológicas, políticas educativas activas).

Hoy estimados lectores, lo interesante es observar como todos los actores actúan en el territorio, resultado del aprendizaje con el que cuentan y de la interacción que establecen, utilizando su capacidad de acción, de acuerdo con la lógica de cada uno. Los gobiernos, el sector privado y las organizaciones de sector social construyen un presente y un futuro, proyectan, comunican, interpretan y actúan de manera intencionada. Generan asimismo instituciones que les permiten al mismo tiempo ser individuos y sujetos colectivos. En este sentido las instituciones -producto de la interacción entre los actores- materializan las iniciativas subjetivas, transformándolas en eficientes y productivas. Aquí radica la importancia de concertar actores –frente a propuestas de programas orientados a la generación de capacidades- de acuerdo con un proyecto colectivo, que permita diseñar y actuar en políticas territoriales, que no se limiten a resolver problemas de corto plazo, sino que puedan pensar en proyectos de largo alcance.

Sin embargo, en muchas ocasiones es común mencionar casi siempre las alianzas público-privado. Pareciera que con todos aquellos actores que se mueven principalmente en territorios locales, regulados bajo lógicas de reciprocidad, de intercambio, y no sólo de acumulación y o distribución no gozan de ese privilegio para formar parte de una concertación, con el fin además muy frecuente de dirigir la realización de objetivos comunes y de interés para toda la comunidad. El fin último de toda concertación es potenciar la acción colectiva y la producción de bienes públicos, comunes, tangibles e intangibles.

Nadie puede quedar fuera de estos arreglos institucionales. Desde el Nodes Morelos Solidario y Cooperativo trabajamos precisamente en generar alianzas territoriales multiactorales, basadas en procesos de decisión consensuada, inspirados en principios de la democracia participativa y de la cooperación en sentido amplio.

Esto no implica que todos pensemos lo mismo, lo que tratamos en estas alianzas es más bien deliberar en torno a iniciativas y proyectos para alcanzar acuerdos, en el respeto precisamente de las distintas lógicas de cada actor participante. Se crea así una sinergia que hace referencia a la capacidad de un grupo para articularse provechosamente, favoreciendo intercambios horizontales y tramas institucionales

El mensaje es entonces romper con los viejos paradigmas de las alianzas público-privado. Visibilicemos al sector social en pos de nuestro propio bienestar. ¿Cómo hacer comunidad? ¿Cómo alcanzar entendimiento que no generen grietas en los territorios? Desde el sector social invitamos a todos los actores a sumarse en proyectos colectivos que apunten a la reconstrucción del tejido social. Los grandes cambios empiezan desde lo local y desde lo pequeño.

*Integrante del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo.

c.girardo@hotmail.com

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