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Se acaba el sexenio sin que la promesa de Andrés Manuel López Obrador de resolver el caso Ayotzinapa se haya cumplido. Antes bien lo deja enturbiado al señalar a los padres de familia, como manipulados por “conservadores”, al tiempo que despachó a los expertos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes GIEI quienes señalaron al ejército como carta fundamental para explicar lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014, con los 43, situación que también señaló la Comisión para la Verdad y Justicia del gobierno federal, incluso se encuentran en prisión preventiva o libertad condicional militares por presunta vinculación a Guerrero Unidos. La SEDENA insiste en que no tiene 800 folios entre sus archivos, donde el GIEI afirma podrían encontrarse transcripciones de las conversaciones interceptadas por los militares sobre la noche de Iguala. Al topar las investigaciones con el ejército, el presidente sostiene que se quiere dañar a la institución militar y obstaculiza la investigación.

Con preocupación, un padre de familia de los 43, frente a la sede del senado expresó temor por el empoderamiento del ejército que López Obrador le ha otorgado, se trata de una institución que ha cometido graves delitos contra derechos humanos, y es del conocimiento público su falta de trasparencia e impunidad. Con los 43 obstaculiza la investigación de su participación en lo ocurrido en 2014. Por estas razones a la consigna: ¡Fue el Estado! se ha añadido ¡Fue el Ejército!

El GIEI fue expulsado de las investigaciones que realizaba al llegar a señalar al ejército quien, afirman tienen trascripciones de las conversaciones interceptadas la noche de Iguala, es clave para acceder a la verdad y justicia.

Se sabe de un infiltrado de los militares en la Normal de Ayotzinapa, Julio Cesar López Potolzin preparado en contrainsurgencia quien mandaba información al Batallón 27 del ejército sede en Iguala. El ejército tuvo información en tiempo real de lo que ocurría con los 43. Este “estudiante” fue abandonado por sus superiores y también desapareció.

Ayotzinapa representa la colusión entre policías municipales, estatales, federales, militares y narcos, una bomba que simbra la estructura del sistema, pone al descubierto las entrañas de la corrupción del estado sostenido en pactos de impunidad, mentira y militarización.

El día 24, como parte de la Jornada por los diez años de la desaparición de los 43, se llevó a cabo un conversatorio en la sede en el Centro Cultural “La Bigotona”, convocado por la Red Morelense de apoyo al CNI y CIG, Colectivo Nuestra Alegre Rebeldía, Colectiva Diversa, CIDHM, Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos, Asamblea de la Resistencia de Amilcingo, con la participación del abogado José Martínez Cruz quien como defensor de derechos humanos tuvo acceso a los documentos sobre el caso, narrando la cantidad inmensa de carpetas que la comisión de DDHH comenzó a reunir desde el inicio de la desaparición de los estudiantes, y cómo los correspondientes a la participación de los militares desaparecen y son inaccesibles. El maestro Jorge Velásquez de Amilcingo defensor del territorio en contra de la termoeléctrica en Huesca, recordó otra mentira de AMLO en campaña, ofreciendo que la termoeléctrica no se abriría por ser considerada un basurero, y ya presidente la defiende en contra de la voluntad de los pueblos. El maestro cuenta que, al saber las noticias de Iguala, se tocaron las campanas, tienen a un compañero en Ayotzinapa, José Luis, su madre doña Macedonia vive muy humildemente, lo cual desmiente los rumores del gobierno que señalan que los padres de los 43 viven bien. Al saberse lo ocurrido Samir Flores Soberanes lo comunicó por radio y se realizó un acopio para Macedonia y acompañarla en su pena. Madres y padres mueren por el dolor tan grande, dejan de comer, otras se fortalecen en el acompañamiento de la lucha.

En el conversatorio tomaron la palabra dos estudiantes de Ayotzinapa. Con claridad explicaron la situación de la búsqueda de los 43, denunciaron que el Palacio Nacional esta blindado, tienen miedo a lo que ocurra este 26 de septiembre, tienen miedo a la verdad, a la justicia. La verdad vendrá del pueblo, no de quienes cometieron este crimen, el estado está involucrado en estos hechos. –Demandamos al gobierno, a este y al que viene, que regrese en GIEI quienes saben que los archivos del ejército están rasurados y ocultando su participación directa. Exigimos conocer dónde están los 43, y los 116 mil desparecidos, que son muchos más, pues hay quien no denuncia. Las buscadoras son miles por todo el país, ellas tienen conciencia de lo que está ocurriendo, más allá del silencio cómplice del estado.

La jornada por el diez aniversario de los 43 levanta un clamor que rompe con la alegría impuesta por las Mañaneras, nada que festejar, el sexenio termina con ascenso de la violencia imparable, con el fracaso de las políticas de seguridad, con territorios controlados por el narco, desplazamientos forzados, migración criminalizada, despojo militarizado y ejército en el poder. Todo esto denuncia y simboliza Ayotzinapa.

TV UNAM se une a la Jornada de diez años con un ciclo de películas: “Un día en Ayotzinapa 43” de Rafael Rangel, el cineasta explicó que se conmovió al ver la foto de Julio Cesar Mondragón desollada bárbaramente, no soportó la rabia y la tristeza, se lanzó a la Normal pensando en encontrarse con un grupo de delincuentes, tal como lo señalaban la prensa, se topó con una escuela modelo, pobre y abandonada, pero en manos de sus estudiantes, hijos de campesinos con formación crítica, futuros maestros como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez, ejemplo de la formación en las escuelas rurales , que por ello, las quieren desaparecer. Recordamos la agresión a la Coordinadora de Estudiantes Normalistas de Oaxaca, que el 20 de septiembre fueron maltratados por policías, bajados de los camiones en medio de gases y golpes. ¿Por qué les temen tanto a los normalistas campesinos? ¿Por qué en vez de perseguir a la delincuencia lo hacen en contra de ambientalistas, periodistas críticos, indígenas etc.?

El ciclo de cine continua con “Voces en guerra”, “Mirar morir” el ejército en la noche de Iguala, “Ayotzinapa el paso de la tortuga”.

En Cuernavaca se realizarán marchas saliendo de la Paloma, o el Calvario. La gran concentración será en la CDMX del Ángel al zócalo. Las consignas; ¡Fue el Estado! ¡Fue el Ejército! serán la despedida del pueblo ofendido, ignorado y traicionado a AMLO. ¡Ayotzinapa somos todos!

¡Justicia para Mafer!

¡Alto al genocidio en Gaza!