La movilidad de personas haitianas tiene una presencia relevante en México. Sobre todo, llama la atención que cuentan con algunos marcadores como su color de piel, su participación dentro del comercio informal y el uso del idioma criollo o «creole» que es una mezcla de diferentes idiomas entre el inglés y el francés. Su presencia en ciudades como Tapachula (Pérez Narváez, 2023) y Tijuana (Montalvo Rojas, 2021) es notable al ser ciudades fronterizas. También, han empezado a tomar presencia en espacios como la Ciudad de México, sobre todo en las periferias como San Lorenzo Tezonco y La Nopalera y en Iztapalapa (Varela-Huerta, 2024b). Su participación social y política en el espectro social mexicano abarcan conceptos fundamentales como la estancia, la espera y la estancia transitoria. La diáspora haitiana ha tenido implicaciones en el cotidiano del citadino. Aquí algunas notas.
La diáspora haitiana en las Américas cuenta con dos momentos relevantes, primero, en 2010 el terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter con muertes que se calculan en más de 200 mil (Siitenfus,2016: 237 y 77). Esto provocó la visibilidad de la debilidad Estatal y la devastación se acompañó de una epidemia de cólera que afectó a 100 mil personas en el país (Pérez Narváez, 2023: 38-39). Algunas facilidades permitieron que durante 2011 y 2012 migraran a países como Chile y Brasil (Miranda, 2021: 109). En 2016 el huracán Matthew cobró la vida de centenas de personas y dejó daños por más de 1.9 millones de dólares, lo que modificó las dinámicas en América, muchas personas haitianas buscarían llegar a Estados Unidos mediante la estrategia del refugio, pero las medidas de contención administrativas les obligarían a esperar, permanecer y asentarse de manera temporal o definitiva. La siguiente afirmación es controversial: «[los migrantes] Necesitan ganar un salario lo suficientemente bueno para vivir bien y además enviar dinero a sus familias. Si esa condición no se cumple, van a tratar de emigrar» (Álvarez-Icaza, 2023). Sin embargo, debe recordarse que la diáspora haitiana como muchas otras no es homogénea, es decir, que cuentan con diferencias incluso entre ellos que les van a permitir un asentamiento prolongado o establecerse de manera temporal según las necesidades de los grupos.
La diáspora es un acercamiento a los estudios de movilidad, la cual no se puede traducir como sinónimo de migración o refugio, es otro tipo de movilidad. La diáspora se asocia al estudio de comunidades que viven en otro país, es un significante de la transaccionalidad, del movimiento y de la lucha política para definir algo local como una comunidad diferente en contexto históricos de desplazamiento (Clifford, 1994: 307-308). Khachig Tölölyan comenta que «dónde una vez hubo dispersiones hay diáspora» (Tölölyan , 1991, p.3), que es una forma muy amplia para definir este concepto, otros autores, añaden un «listado» para denominar lo que sí es o lo que no es una comunidad diaspórica en dónde convergen cuestiones como: sufren una movilidad forzada, son despojados, mantienen vínculos con su tierra natal y se reubican en distintos países y espacios (Safran, 1991; Tsagarousianou, 2004; Becerra, 2008; Joseph, 2015 y 2017; Wabgou, 2016 y; Setton y Kahan, 2019).
La diáspora haitiana aprendió a «hackear» el sistema de asilo y refugio estadounidense mediante el mecanismo de «Parole» que implica que las personas que tocan suelo en dónde solicitan asilo no pueden ser deportadas, para ello tenían que llegar a la frontera sur de Estados Unidos y solicitar asilo bajo las lógicas de «temor fundado» justificando que solicitan asilo por cuestiones raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas. Para llegar a Estados Unidos por la frontera sur tenían que cruzar por México. Sin embargo, muchos grupos decidieron asentarse en puntos estratégicos como Tapachula, Tijuana y Ciudad de México.
En la actualidad la diáspora haitiana ha comenzado a asentarse en México a través de negocios de comida, de venta de chips para celular, intercambio de divisas. También existen algunas instituciones que se han desempeñado en algunos grupos como la Asociación de Defensa de Migrantes Haitianos de Tijuana (ADMHT), conformada por haitianos se funda en 2017 para brindar apoyo legal, información de empleo, ubicación de albergues e información general sobre el espacio que están pisando (Montalvo Rojas, 2017: 70).
En síntesis, la diáspora haitiana está conformado por diversos grupos, algunos pretenden seguir su viaje hacia el norte, algunos otros quieren quedarse en México y han comenzado a ocupar espacios, las infancias trilingües con francés, español y creol juegan en las periferias (Varela-Huerta, 2024). Síntoma de su establecimiento en México.
*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.