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El mundo no es un mejor lugar sin ti

 

El pasado martes 10 de septiembre, como cada año, se conmemoró el día mundial de la Prevención del Suicido. (Ahora que lo pienso, no estoy seguro de que se trate de una fecha para conmemorar…). Tal vez se deba a que ahora estoy abocado a ese tema —como quienes empiezan a pensar que el mundo comienza a poblarse de las coas a las que les prestan atención, tal como una mujer embarazada ve juguetes, cunas y carriolas, y mamelucos por todas partes—, pero me da la impresión de que este año se habló más del tema.

Como ya dije: es probable que mi mirada esté sesgada, pero al menos mis redes sociales se llenaron de publicaciones al respecto, y muchos de mis amigos y contactos, a su vez, compartieron información sobre el suicidio. En radio UAEM, dos de mis mejores amigos abordaron el tema en Radio Resiliente, y hasta varios de mis artistas favoritos, postearon cosas en sus redes oficiales.

¡Me da gusto que el tema esté en boca de todos! Pero aún falta mucho por hacer. Tan sólo ese mismo día, algunos amigos y conocidos, me compartieron también historias dolorosas, propias y ajenas, de amigos, o de ellos mismos, que han sufrido y se les ha atravesado por la mente el poder suicidarse. Sé, por experiencia propia, que, en esos casos, no sabemos qué decir, ni cómo reaccionar. Y aunque (¡por fortuna!) ya contamos con muchos materiales, como manuales o directorios, llegado su momento, la mente se queda en blanco, y las palabras se esfuman de la boca.

Las carencias son muchas, y el quehacer se ha acumulado por mucho tiempo. Como dice mi amigo Marco Santos, del Proyecto Resiliente: “en temas sociales solemos decir que vamos tarde, y por eso llevamos prisa”. Sólo por mencionar algunos datos de suicidio en el estado de Morelos: desde el 2015 la tasa de incidencia se ha incrementado exponencialmente. Actualmente, es del 15% por cada 100,000 habitantes, según datos del INEGI.

El suicidio es ya considerado la tercera causa de muerte entre los jóvenes mexicanos, siendo esta población, de entre los 15 y 34 años, la más afectada. Además, se estima que los suicidios en México aumentan en un 2.35% cada año. Tan sólo en 2019 eran 5,65 casos por cada 100,000 habitantes, mientras que hoy son 6,2 por cada 100,000, y las cifras siguen aumentando (sobre todo después de la pandemia), mientras la salud mental sigue siendo un privilegio de clase, accesible sólo para quienes la pueden costear.

Hoy sabemos que el suicidio es multifactorial, es decir que no existe sólo una causa determinante que pueda explicarlo, sino que se debe a una serie de factores de difícil etiología, y de difícil explicación. Muchas son las causas que empujan a una persona a quitarse la vida. Pero cada 10 de septiembre recordamos que existe un compromiso por los que ya no están con nosotros, y por los que consideran o han considerado suicidarse. A ellos les decimos: no están solos.

Como canta LNG/SHT: Hay tanto por qué seguir aquí. El mundo no es un mejor lugar sin ti.

*Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), y maestrante en Salud Pública, por la Escuela de Salud Pública de México (ESPM/INSP). Contacto: freudconcafe@gmail.com