
Vigilia y Luto Nacional
Me viene al recuerdo ese fragmento de Pedro Páramo:

Hace calor aquí —dije.
—Si, y esto no es nada —me contestó el otro—. Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.
Intento escribir algo sobre psicoanálisis, cual es el eje rector de esta columna, o bien sobre la Salud Pública, como se ha vuelto costumbre últimamente. Pero nada viene a mi mente. Nada sale de mis dedos. Nada digno de sobreponerse el horror de las noticias más recientes: el terror de Teuchitlán y los otros dos centros de exterminio localizados en Tamaulipas (sin contar la cantidad de lugares similares que todavía no han sido hallados, y quizá funcionen en el preciso instante en que escribo, y usted lee, esta columna).
Me viene al recuerdo el fragmento de Rulfo porque, del mismo modo como los muertos vuelven del infierno por su cobija para taparse del frío que hace allá, parece que, en este caso, el infierno se queda corto cuando lo comparamos con este país, que más que país, como dice una imagen que circula en redes sociales, es una fosa común con himno nacional.

A la inversa de Rulfo, me imagino al infierno como un lugar paradisiaco si se le compara con los horrores que acontecen a diario aquí. En el infierno, lo más temibles demonios les dirían a las almas del purgatorio: es un horror aquí, y los recién llegados les dirán: cálmese, el infierno se encuentra en México. Con decirle que los que viven allí quisieran mudarse para acá, porque aquí se la pasa menos mal.
Disculpen ustedes, pero nada digno puedo escribir sobre el psicoanálisis o sobre la Salud Pública en estos momentos. Aunque, sin duda, algo podremos hacer desde nuestras trincheras para sobreponernos al horror. Hoy, mientras tanto, a modo de compartir el luto nacional, guardo silencio sobre aquello de lo que siempre escribo, y en su lugar, aprovechando la pertinencia y la coincidencia de que esta columna se publique el sábado 15 de marzo, les invito a que ustedes también se sumen a la vigilia y el luto nacional al que convocan organizaciones de Derechos Humanos, y familiares de desaparecidos, improbables lectores: nos vemos a las 17:00hrs en el zócalo de Cuernavaca.
*Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), y maestrante en Salud Pública, por la Escuela de Salud Pública de México (ESPM/INSP). Contacto: freudconcafe@gmail.com
