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Alejandro Aranda*

En el centro de la pared y al lado de las puertas de acceso a la cantina “La Estrella”, se colocó recientemente la placa conmemorativa por sus primeros 100 años, con la frase de Malcolm Lowry “¿Qué belleza se puede comparar a la de una cantina en las primeras horas de la mañana?”

La histórica cantina se encuentra en el centro de Cuernavaca en la calle Matamoros número 31-C. El pasado 29 de marzo a las 6 de la tarde, nos reunimos para este festejo asiduos visitantes a este lugar y seguidores de Lowry: pintores, grabadores, escritores, poetas, fotógrafos, teatreros, promotores culturales, exactivistas, cineastas, trovadores y parroquianos. Es un punto de reunión plural, nos identificamos y sentimos este espacio como nuestro. Es un lugar donde al calor de una copa se tejen historias, se reafirma la amistad, nos reímos, nacen propuestas, polemizamos, en un ambiente de camaradería y cordialidad.

Fue una tarde festiva, se privilegió la convivencia, finalmente es lo más importante; aunque Víctor Hugo Sánchez Reséndiz no está de acuerdo con los 100 años de existencia de la cantina y asegura que son muchos menos.

Se develó una ampliación digital de mi grabado “Abraza la vida abraza la muerte” que realicé a finales de 2012, en este lugar surgió la idea de ilustrar esta obra con el tema Bajo el Volcán de Malcolm Lowry. El maestro Óscar Menéndez donó una fotografía de su autoría de José Revueltas en la crujía del Palacio Negro de Lecumberri en 1968, Dany Hurpin hizo lo propio con una imagen de la fachada de la cantina, Efrén Galván la intervino con veladuras a la acuarela.

Cuentan que en 1936 el mismo Lowry visitaba “La Estrella”. En “Bajo el Volcán” menciona que había 52 cantinas y 18 iglesias en Cuernavaca; en la década de los 60 el maestro muralista David Alfaro Siqueiros y Pepe Revueltas degustaban sus copas aquí, este último, se hacía acompañar por lo más destacado de la comunidad artística de Morelos: el maestro Guillermo Monroy, pintor y uno de los últimos Fridos que afortunadamente aun vive; Felipe Gardel, arquitecto, pintor y promotor cultural; Alejo Jacobo, escultor y maestro del Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca, IRBAC, y el propio Óscar Menéndez, pionero del cine independiente en México, controvertido e inquieto promotor cultural hasta el momento. Y a finales de los 70, mi gran amigo Benjamín González Suárez, activista y luchador social, realizó sus primeras visitas a este templo del dios Baco.

Fue un placer que las únicas mujeres que estaban presentes develaran mi estampa; Estela Román González, Nayeli Sánchez, Marisol Díaz Guerrero y Gilda Cruz Revueltas.

Hace más de 40 años sería imposible que estuviesen dentro de una cantina, en ese entonces existían anuncios con leyendas como ésta: “No se les permite el acceso a mujeres ni a uniformados”.

La Fundación Malcolm Lowry fue la responsable de este acto cultural: John Prigge, Félix García, Óscar Menéndez, Marcelo Teixeira, Dany Hurpin, Alberto Rebollo y Alejandro Aranda. Nos acompañaron miembros de La Cartonera: Nayeli Sánchez; los promotores culturales y el poeta Ariza; Ulises García, de “Tipo Móvil”; los grabadores: Sheila Rocha, Eduardo Casillas, Humberto Corral, grabador y promotor cultural; el cineasta Pacho Lane; los pintores Mafer Rejón, Óscar Carbó, Carlos Ortega y el polifacético Juan Machín, promotor de la poesía y arte erótico. Miguel Izquierdo, entusiasta promotor cultural, “Artes por todas partes”, el fotógrafo Miguel Partearroyo. Hicimos una mención especial a Frédéric-Yves Jeannet, quien escribió la placa conmemorativa y es un estudioso de la vida y obra de Malcolm Lowry.

Me acompañaron mis amigos de la «vieja guardia contestataria, de los 70”. El trovador Arturo Torres ,“El Churro”; exintegrantes de los grupos «Mascarones» y «Zero», ex pandilleros de Temixco, UVA (Unión de Vagos Asociados), pero combativos y solidarios con los movimientos sociales de ese tiempo, como David Román Porcallo, y «El Topo», José Manuel Galván, actor, que trabajó con Luis Valdez, del Teatro Campesino, reivindicando la lucha de Cesar Chávez, de California (Zoot Suit is a play written by him).

Roberto Ruíz es la tercera generación que atiende la cantina “La Estrella”, ha estado a cargo desde 1986 y lo suple, de vez en cuando, su hijo del mismo nombre… ¡Salud!

* 29 de Marzo de 2017

Foto: Cortesia

Foto: Nayely Sánchez

La Jornada Morelos