El próximo 16 de agosto a las 18:00 horas, en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos/Palacio de Cortés en el centro histórico de Cuernavaca, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Universidad Autónoma del Estado de Aguascalientes conmemorarán en un evento abierto al público, los más de 60 años de trayectoria de Carlos Landeros Gallegos como uno de los periodistas culturales más destacados de México. En el acto, y en compañía de Beatriz Pagés y Beatriz Espejo, Landeros presentara dos libros de su autoría: “Y tiritan azules los astros a lo lejos” y “Pinceles de luz y sombra y un escultor”.
A lo largo de su historia, el territorio que hoy conforma el estado de Morelos ha contado con la presencia de mentes brillantes en todos los campos y disciplinas, que han nutrido el pensamiento local y hecho de la antigua Tamoanchan su refugio, su puerto de abrigo o simplemente el sitio donde disfrutar las bondades que, a pesar de tantas vicisitudes, aún nos rodean. Carlos Landeros pertenece a esta categoría de personajes y es un residente habitual de Palmira en Cuernavaca desde hace décadas, donde disfruta con creces la eterna primavera e incluso no es raro verlo de vez en cuando, recorriendo exposiciones, reuniéndose con escritores y creadores locales o bien tomándose un tequila blanco en el centro de la ciudad. Pero la presencia de Landeros en Cuernavaca y Morelos no se ciñe exclusivamente al ocio o a una intensa vida social sino también ha hecho de su terruño por adopción un sitio de inspiración y trabajo, muchas líneas las ha escrito desde su estudio morelense y no pocas entrevistas a personajes como Gabriel García Márquez, que fue residente habitual en Acapantzingo, se hicieron en Cuernavaca.
Landeros, es originario de Aguascalientes, donde proviene de una familia con fuerte raigambre política y social, desde muy joven tuvo muy claro que su destino estaría ligado a la intensa vida cultural en México y para fortuna de todos así ha sido. Se formó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, posteriormente se incorporó al Servicio Exterior Mexicano sirviendo de manera notable como agregado cultural en la Embajada de México en Londres y como Cónsul General en Nueva York. Pero más allá de formar parte de ese gran esfuerzo que tradicionalmente desplegó la diplomacia mexicana al promover nuestra cultura e identidad en el exterior, Carlos Landeros se decantó por la pluma, convirtiéndose, como ya se mencionó, en uno de los más destacados periodistas culturales en nuestro país en la segunda mitad del siglo pasado y en el presente, así como también en un avezado escritor. Colaboró en medios como Excélsior y en la Revista Siempre! de Don José Pagés Llergo. También fue muy activo en la televisión participando en los programas de Manola Saavedra y Guillermo Ochoa.
Es uno de los más importantes exponentes en México del género de la entrevista, y ahí es donde sin temor a exagerar ha desarrollado una labor titánica, de enorme calidad y que da cuenta de la pluralidad del pensamiento cultural y social en el México contemporáneo. Con un estilo singular ha entrevistado a los protagonistas de la literatura, el cine, la ópera, la danza, las artes plásticas, la psicología y la tauromaquia.
Entre sus entrevistados se cuentan: Elena Garro, Rafael Alberti, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Dolores del Rio, Silvia Pinal, Gabriel Figueroa, Marcello Mastroianni, Liza Minelli, Placido Domingo, Margot Fonteyn, Rufino Tamayo, Fernando Botero, Leonora Carrington, Henry Moore, Francisco Toledo, Juan Soriano, Rodolfo Morales, Erich Fromm, Conchita Cintrón, Enrique Ponce, El Juli, y la Reina María José de Italia quien vivió buena parte de su exilio cruzando la barranca entre Palmira y Acapantzingo en Cuernavaca.
Entre los títulos más conocidos publicados por Landeros, ha incursionado también en la novela y el ensayo, se cuentan: “Los irrepetibles”, “Las golondrinas se fueron también”, “El desamor”, “Yo, Elena Garro”, “Grandeza y decadencia de la fiesta brava” y la imprescindible “Protagonistas de su tiempo” en dos volúmenes.
Si bien hay quien afirma que los intelectuales suelen ser individuos reservados, rigurosos y secos, y si este juicio fuera cierto, Landeros sin duda alguna seria la excepción a la regla. Es un hombre de enorme calidad humana y bonhomía, magnifico anfitrión y conversador, siempre alegre es a su vez dueño de un ágil y divertido humor negro. Sus ocurrencias, anécdotas y conocimientos musicales son un complemento a gratas sobremesas. De igual manera puede relatar pasajes históricos y políticos en el México del siglo pasado, que crónicas alrededor de Octavio Paz o Fernando Benítez.
Viajero incansable, no pierde la oportunidad de seguir aprendiendo, conociendo y compartiendo, con la energía de un joven planea y hace viajes por México y el extranjero, está al tanto de novedades editoriales, conciertos y exposiciones. Me tomo la licencia de parafrasear uno de sus títulos más emblemáticos para hacer énfasis en que Carlos Landeros con enorme talento ha reseñado la vida y obra de los protagonistas de su tiempo en el campo del pensamiento y la cultura, por eso ahora es oportuno que su entrañable Cuernavaca le rinda un justo y merecido homenaje.
*Escritor y cronista morelense.
Carlos Landeros, fotografía de Valerie Abe Camil Photography