

A los 260 años del nacimiento del generalísimo y los 210 años de su paso a la eternidad
El humanismo mexicano es una tradición del pensamiento político que se va conformando de forma paralela a la gestación de la nación mexicana. Una tradición del pensamiento se constituye no solamente de conceptos y teorías, sino que también incluye las prácticas políticas concretas derivadas de la confrontación de las ideas.

Podemos definir una tradición del pensamiento como una conversación de teorías y prácticas políticas entre las generaciones de una época histórica determinada. Definamos también a una generación: como todos los nacidos en una cierta zona del tiempo que aproximadamente dura 15 años.
Por ejemplo, las conversaciones que fueron naciendo entre las generaciones de la segunda mitad del siglo XVIII novohispano. La generación 1750, nacidos de 1743 a 1757, es la generación de Miguel Hidalgo, (n. 1753). La generación 1765, es el año en el que nace José María Morelos y Pavón, igual que sus coetáneos Matamoros (n.1770) y Galeana (n.1762). La generación 1780 vio nacer a Vicente Guerrero (n.1782). Finalmente, la generación 1795 es en la que nacen Leona Vicario (n.1789) y Andrés Quintana Roo (n.1787).
Desde la perspectiva del método histórico de las generaciones, resulta claro que entre todos ellos se estableció una conversación histórica mediante un vínculo de maestro a discípulo. Un discipulado que se da no sólo con la palabra y el libro, sino también con la espada y el combate. Con el decir y con el hacer. Reflexionando desde el pensamiento crítico, hasta la práctica de la guerra en la que se gestó la revolución de Independencia. Este binomio es la materia prima con la que se ha nutrido la tradición política del humanismo mexicano.
El siglo XVIII, recordado como el Siglo de las Luces, o de la Ilustración, marca una profunda transformación, política y social en Europa y sus colonias. La Ilustración tuvo como epicentro a Francia y como ondas sísmicas se fue expandiendo por el llamado mundo occidental. Fue un movimiento caracterizado por el culto a la razón, el cuestionamiento de las autoridades monárquicas o eclesiales, y la búsqueda del progreso humano.

El siglo XVIII fue un tiempo de luces, pero también de sombras. En Francia, la Ilustración rompió los cimientos del Antiguo Régimen; en España al revés, sirvió para reforzarlo; en la Nueva España, sembró ideas que florecerían en clave emancipadora. Aunque cada contexto adaptó las ideas ilustradas a sus propias condiciones, es innegable que el siglo XVIII marcó el inicio de una era donde el poder de la razón desafiaría al régimen monárquico eclesial. El eco de esos debates resuena todavía en los valores políticos y sociales de nuestros días.
A fines del siglo XVIII, las tensiones acumuladas estallaron tras la Revolución Francesa de 1789, evento que, si bien se nutrió de los principios ilustrados, también los llevó a terrenos de violencia extrema. La guillotina, símbolo del Terror, coexiste con la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano.
Repasemos el siglo de las luces con los primeros diez, entre los principales libros publicados en este siglo. Con el fin de explicar así, el origen de las ideas y la sensibilidad histórica de las generaciones nacidas en esta época.
1704. Sir Isaac Newton publica Óptica. Explora la naturaleza de la luz y es considerada la culminación del ciclo que empezó en 1687 al publicar los Principia Mathematica.

1710. El obispo George Berkeley termina su Tratado sobre los principios del conocimiento humano, donde argumenta que la existencia de los hechos depende de su percepción.
1721. Daniel Defoe, Robinson Crusoe es considerada la primera novela moderna en inglés. Refleja los valores del individualismo, el colonialismo y la autosuficiencia racional.
1748. Montesquieu, El espíritu de las leyes. Libro base en la teoría política. Propone la separación de poderes e influye en las constituciones modernas.
1751-1772 Denis Diderot y Jean le Rond d’Alembert editan La Enciclopedia, obra magna de la Ilustración francesa. Reunió el saber de su época con un enfoque racionalista y crítico frente a la autoridad religiosa y monárquica entonces hegemónicas. Como Wikipedia propone hoy.

1759. Voltaire, Cándido o el optimismo. Novela filosófica satírica que se burla con fina ironía y agudeza crítica de las instituciones religiosas y políticas.
1762. Jean-Jacques Rousseau, El contrato social. Tratado político donde se propone que la soberanía reside en el pueblo y marca la voluntad general como base de la legitimidad política.
1776. Adam Smith, La riqueza de las naciones, precursor de la economía política moderna. Defiende el libre mercado y la mano invisible que lo controla.
1791. Mary Wollstonecraft, Vindicación de los derechos de la mujer. Libro fundacional del feminismo moderno. Defiende la igualdad racional y educativa entre hombres y mujeres.

1795. Immanuel Kant – La paz perpetua. Ensayo cumbre, filosófico-político donde se propone un modelo racional, democrático y republicano para la paz permanente entre las naciones.
Estos libros engendraron el espíritu de una época. El espíritu que prendió la chispa de la Revolución de Independencia de la que surge la nación mexicana.
