El conflicto entre Israel y Palestina, que lentamente se está convirtiendo en una guerra regional, ha resultado profundamente preocupante para las personas en todo el mundo debido al asesinato masivo de civiles, el abuso de poder y el claro desinterés en mejorar, en el mejor de los casos, y activo odio, en el peor, que el gobierno israelí ha demostrado por la vida de la población palestina. Lamentablemente, muchos de los discursos que abogan en contra de estos actos se han visto influenciados por narrativas o apoyo de organizaciones que tienen intenciones explícitamente antisemitas. Esto no significa que lo más importante aquí sea tener cuidado con cómo hablamos de Israel; lo que también es crucial es salvaguardar las vidas del pueblo palestino y ayudarles de las maneras que cada individuo pueda. Yo no soy un experto en ello; sobre lo que sí sé es sobre la historia del antisemitismo y de Israel, y muchos de los discursos que me encantaría apoyar terminan alejándome por caer en narrativas antisemitas sin saberlo.
Es importante reconocer las complejidades que hay detrás del conflicto y cómo ha actuado el gobierno israelí, principalmente que estas acciones no reflejan los deseos de su población ni los ideales fundacionales de la nación. Resulta fundamental aclarar que este artículo no busca defender las acciones del gobierno israelí o de las voces de ultraderecha que lo controlan, y es importante recordar que, mientras estas voces tienen control del gobierno, no representan los deseos de la población, la cual se ha manifestado en contra de su gobierno desde el inicio de la guerra. En particular, muchos de los familiares de aquellos secuestrados por Hamas el 7 de octubre de 2023 han expresado en entrevistas que no creen que el gobierno esté actuando en sus mejores intereses ni en los de aquellos secuestrados. Más allá, Theodor Herzl, el fundador del sionismo explícitamente buscaba una nación donde judíos y árabes pudieran coexistir de manera pacífica, buscando la prosperidad común. Estos son los valores fundamentales del estado, y es importante alejar la crítica de acciones específicas de la crítica a la mera existencia del estado. Entender esto y modificar nuestras críticas no solo las aleja de problemas morales, sino que también las vuelve más fácilmente aplicables a la política nacional e internacional.
Argumentos antisemitas comunes
1. Equiparar a Israel con todo el pueblo judío: El pueblo judío es diverso, y no todos los judíos son israelitas ni todos los israelitas son judíos. De igual manera, no todos los judíos apoyan ciegamente los actos del gobierno israelí en turno.
2. Negar la legitimidad de Israel: Negar el derecho de Israel a existir en su totalidad, con frases como “del río al mar”, es una continuación de narrativas que buscan quitarle el derecho de autodeterminación al pueblo judío y que, además, ignoran la historia de la fundación de la nación y los conflictos que se pelearon sobre ella.
3. Argumentar que hay una conspiración judía: Frases como “control judío” o “sionista” de medios y gobiernos perpetúan teorías que ponen a los judíos como figuras que buscan o tienen control, que usan a expensas de otros.
El futuro del conflicto depende de conversaciones abiertas y honestas sobre las atrocidades cometidas por el actual gobierno de Israel. Abogar por la vida y el derecho a existir del pueblo palestino siempre debe ser el centro de atención en este conflicto. Sin embargo, no debemos perpetuar narrativas divisivas, ya que estas no solo son moralmente injustificables, sino que dividen más a pueblos que, en la realidad, han logrado coexistir de maneras exitosas. Esto solo dificultará el proceso de paz en la región y ayudará las agendas de individuos y organizaciones que no buscan paz, sino que desean la expulsión del pueblo judío. Debemos buscar un futuro donde judíos, israelíes, árabes y palestinos puedan vivir con dignidad y seguridad.
Imagen cortesía del autor