Alimentación y gases de efecto invernadero en México durante los últimos 30 años
Francisco Canto Osorio, Dalia Stern y Nancy López Olmedo*
Los gases de efecto invernadero (en adelante, gases) atrapan el calor del sol y han mantenido la temperatura del planeta para que los humanos podamos vivir en ella. Sin embargo, la producción excesiva de estos gases ha contribuido al incremento de la temperatura de la Tierra y, por tanto, al cambio climático. Los gases se producen a partir de procesos agrícolas e industriales. Producir, procesar, transportar, distribuir y consumir alimentos genera una tercera parte del total de gases en el planeta. Los alimentos que producen más gases son los de origen animal como las carnes rojas y los productos lácteos, ya que requieren de una mayor cantidad de energía, suelo y agua. En contraste, los alimentos de origen vegetal, como las frutas y verduras, leguminosas y cereales, generan menos gases.
En el marco del estudio “Salud urbana en América Latina”, realizado por Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Universidad de Drexel, en Estados Unidos, un grupo de investigadores estimamos la cantidad de gases emitidos por la dieta en México, en total y para cada grupo de alimentos, dentro del periodo que va de 1989 a 2020. Aprovechamos la información que recaba el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a través de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, sobre el volumen de compras de alimentos y bebidas en los hogares. Encontramos que las carnes rojas han contribuido más a la generación de gases a través de los años. Sin embargo, para otros alimentos se observan cambios en el tiempo: en 1989, los lácteos y el maíz estaban dentro de los alimentos que más contribuían, después de la carne roja. Para el año 2020, la comida rápida y preparada (como sopas instantáneas, pizzas, tacos, tamales y hot dogs), al igual que las bebidas y el pollo, se convirtieron en los principales contribuyentes de las emisiones. A lo largo del tiempo, las frutas, verduras, leguminosas y semillas han sido los alimentos de la dieta que menos han contribuido a la generación de gases.
Cuando analizamos los resultados por nivel educativo del jefe del hogar, observamos que, para los hogares con menor nivel educativo, el maíz y las leguminosas fueron los principales contribuyentes de las emisiones en 1989. Para 2020, la carne roja, los lácteos, la comida rápida y preparada, y las bebidas se convirtieron en los mayores contribuyentes en estos hogares. En contraste, en los hogares con el mayor nivel educativo, la carne roja y los lácteos contribuían con un poco más de 50 por ciento de las emisiones de gases en 1989. Para 2020, la carne roja y los lácteos seguían siendo los principales contribuyentes de gases en estos hogares, pero en menor magnitud (32 por ciento), seguido de la comida rápida y preparada y las bebidas. En este sector de la población, el consumo de maíz y leguminosas ha sido históricamente muy bajo, por lo que han contribuido poco a los gases (entre 1 y 3 por ciento).
Nuestros resultados revelan la necesidad de un cambio en nuestra alimentación. En México tenemos una gran diversidad de alimentos que hemos integrado a nuestra dieta tradicional, por lo que es factible consumir una dieta basada en frutas, verduras, leguminosas, semillas y granos enteros. Estos alimentos no sólo son mejores para nuestra salud, tambien son más saludables para el planeta. El INSP contribuyó a la generación de las Guías Alimentarias Saludables y Sostenibles 2023 .
(https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/863927/Infografi_a_de_Policy_Brief_y_Recomendaciones_generales_16Oct23OK.pdf). Asimismo, en la siguiente liga se resumen las diez recomendaciones para una alimentación saludable y sostenible en población mexicana: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/863927/Infografi_a_de_Policy_Brief_y_Recomendaciones_generales_16Oct23OK.pdf .
* Especialistas en salud pública. Invitados por el Dr. Eduardo C. Lazcano Ponce.