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Victor Hugo Flores Armillas*

El nombre de esta columna es obviamente una provocación. Para cualquier ciudadano sería difícil imaginar que un sitio, lleno de puentes que nos aíslan de lo profundo, podría estar conformado de una diversidad inédita de aquello que consideramos ríos. Es una clara provocación, por que técnicamente habría mucho que decir. Quizá algunos análisisde lo que representa una premisa como ésta podrían indicar que la idea es irrisoria, volátil e ingenua. Sin embargo, hay pruebas por las que hacen que esta provocación sea oportuna para lectores ávidos de esperanza y de refuerzos al optimismo ciudadano que poco a poco se va diluyendo.

Pero entonces ¿Cuernavaca tiene 200 ríos? Sí y no. Me explico. Comencemos mencionando el concepto de Barranca, punto de partida ineludible para este razonamiento. Las Barrancas son reconocidas en documentos técnicos como depresiones geográficas que presentan hendiduras y forman parte del cauce de los escurrimientos naturales de ríos, riachuelos, precipitaciones pluviales y que constituyen una de las zonas importantes del ciclo hidrológico y biogeoquímico.Por otro lado, según la Ley de Aguas Nacionales, el Río se define como una corriente de agua natural, perenne o intermitente, que desemboca a otras corrientes, o a un embalse natural o artificial, o al mar. Cómo se puede ver hay una profunda coincidencia entre ambos conceptos.

Para continuar con esta idea, deberíamos entonces retomar la contabilidad de éstos ríos-barrancas. Algunos documentos mencionan la existencia de 46, de 70 a 80 o de inclusive 263secciones de barrancas visibles por en fotointerpretación en Cuernavaca. Otro estudio relevante, elaborado en 2004 por la Coordinación de Estudios y Proyectos Ambientales/SSPMA y el Ayuntamiento de Cuernavaca catalogaron 265 secciones de barrancas pertenecientes a 9 microcuencas, con una longitud total de 806.88 km, de los cuales 516.71 km se localizaron dentro del territorio municipal de Cuernavaca.Entendemos ahora magnitud del tema.

Entonces ¿Tenemos en Cuernavaca más de 200 ríos? La respuesta dependerá del nivel de responsabilidad que deseemos tener habitantes, autoridades, sociedad civil, empresas e industrias dentro del municipio. La decisión se volverá dicotómica: Podemos preferir creer y aceptar la responsabilidad de vivir en un sitio con más de 200 ríos o, por el contrario, viviremos en la ciudad que posee unas cuantas barrancas, todas ellas contaminadas, por lo que es mejor voltear a otro sitio, debido a que no tienen esperanza alguna(lugar común del imaginario colectivo).

En lo que tomamos la decisión, hay realidades que no dan lugar a especulación. Enumero aquí unas cuantas que varios autores como Battlori, Díaz, Tobilla, Jaramillo, García-Barrios y Pohle, han venido mencionando durante años y que vale la pena resaltar. Debido a su ubicación, origen, evolución geológica y distribución de sus ecosistemas, estas las barrancas proveen de importantes servicios ecosistémicos para las ciudades y otras comunidades humanas al norponiente del estado de Morelos pues de esta zonadepende directamente la recarga del acuífero de Cuernavaca que abastece a pozos profundos y manantiales de la ciudad.Además, estas tienen efectos directos en el microclima de la región por la circulación de los vientos anabáticos y catabáticos que circulan por ellas de día y de noche. Esta circulación de aire logra compensar las altas temperaturas que se generan en las áreas urbanas por ser superficies pavimentadas y menos accidentadas. En cuanto a la biodiversidad, se tienen registradas veinte especies de fauna endémica, y dos de flora en categoría de amenazada, en general, se reconocen entre 500 a más de 1,300 especies de flora y fauna que habitan en las barrancas del norponiente de Morelos. 

Tomar partido en esta disyuntiva no será sencillo. Se requiere gran esfuerzo y responsabilidad para lograr el balance entre el desarrollo humano y el mundo natural. Esfuerzos internacionales claman por la vinculación, gestión e incorporación de la naturaleza en la decisión cotidiana del ciudadano con su entorno. El primer paso y quizá el más difícil, es ver la realidad tal y como es. Las barrancas y los ríos, están ahí, fluctuando, creciendo, las aves y los árboles están ahí, fluctuando, creciendo ¿Dónde estamos nosotros?

*Victor Hugo Flores-Armillas. Miembro fundador de Reconcilia EcoSocialA.C. Integrante de la iniciativa Valoración Social del Capital Natural de las Barrancas de Morelos(www.barrancasdemorelos.mx). Miembro de la Dirección de Educación Ambiental y Vinculación Estratégica de la Secretaría de Desarrollo Sustentable Morelos.