La clase trabajadora organizada colectivamente tiene una perspectiva de futuro, no así cuando se mantiene dispersa y aislada individualmente porque queda a merced de la explotación capitalista. El ataque sistemático a los derechos laborales forma parte de las políticas dominantes que permiten el enriquecimiento de los sectores empresariales que colocan sus intereses particulares por encima del bienestar social. Un solo dato muestra la grave desigualdad social en México: los tres capitalistas más poderosos dueños de las empresas mineras, la telefonía y las tiendas de servicios, elevaron sus ganancias y se colocaron entre los 500 más ricos del mundo durante 2023: Carlos Slim, Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego. El dueño de Grupo Carso y Telmex ostenta una riqueza de 102.9 billones de dólares, siendo el catorceavo hombre con más riqueza en el mundo. El Director Ejecutivo del Grupo minero México tiene una fortuna de 27.7 billones de dólares y ocupa el lugar 60 a nivel mundial. En tanto el dueño de Grupo Salinas ocupa el puesto 138 al acumular 13.6 billones de dólares, no paga impuestos y adeuda 25 mil millones a Hacienda mediante argucias legales.
Ningún derecho laboral se ha obtenido gratuitamente. Cada logro en los contratos colectivos y en la Ley Federal del Trabajo han sido obtenidos mediante las huelgas, las luchas y las movilizaciones organizadas de la clase trabajadora. En cambio, los privilegios del gran capital han sido obtenidos por las políticas privatizadoras y neoliberales de los gobiernos que han entregado los recursos de la nación a los empresarios privados.
Actualmente se llevan a cabo procesos electorales dentro de los sindicatos para elegir a sus representantes y dirigentes, así como la realización de Congresos y Asambleas donde se definen las orientaciones políticas y las acciones para defender las conquistas laborales mediante la unidad y la solidaridad en la lucha.
Hay que tomar en consideración que la inmensa mayoría de la clase trabajadora en México permanece desorganizada, sin contratación colectiva y sin sindicatos que los defiendan. De un total de más de 60 millones de personas trabajadoras, más de 32 millones están en la informalidad, con cerca de 4 millones en el desempleo. En 2023 el 44 por ciento labora en el sector servicios, el 19 en el comercio, el 17 en manufacturas, el 10 por ciento en actividades agropecuarias y en la construcción el 7 por ciento. En la minería, electricidad, agua y suministro de gas está ocupada el 0.7 por ciento. Por género, la población económicamente activa femenina es de 24 millones y la masculina de 53 millones, de acuerdo a información del INEGI.
De las 3 mil 347 agrupaciones de trabajadores que tiene registradas la Secretaría del Trabajo en el ámbito federal, 47 son confederaciones o centrales obreras, 532 federaciones y 2 mil 768 organizaciones sindicales, que concentran a más de un millón 904 mil trabajadores. En tanto, el 62 por ciento de los sindicatos registrados en México no tienen actividad sindical, la mayoría controlados por líderes “charros” que se venden al patrón. En los últimos años se ha incrementado el número de sindicatos y organizaciones de la clase trabajadora, como lo muestra la existencia de la Nueva Central de Trabajadores y la Unión Nacional de Trabajadores, entre otras expresiones de la lucha sindical independiente.
En este contexto, es importante destacar los intensos debates al interior de los sindicatos y organizaciones de la clase trabajadora para fortalecer la lucha independiente que les permita defender sus conquistas laborales y ejercer plenamente los derechos sindicales.
Actualmente el Sindicato Mexicano de Electricistas en Cuernavaca lleva a cabo las elecciones para elegir al Sub-Comité Ejecutivo 2024-2027 y está concluyendo un proceso con amplia participación de la base en resistencia luego de más de 14 años de lucha. Han contado con observadores electorales y mensajes solidarios como el de la Sección 10 de Cuernavaca del Sindicato de Telefonistas, del Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y del Sindicato Independiente del Colegio de Bachilleres, quienes manifiestan su respaldo y apoyo al proceso electoral democrático en el marco de la unidad y el interés genuino de la colectividad, de manera libre, ordenada y participativa, ya que la democracia es un eje principal de unidad y lucha sindical, reconociendo al SME como un ícono del sindicalismo democrático e independiente de México, que marca la pauta en la lucha continua e incesante por los derechos laborales y humanos de las y los trabajadores. Como parte de la Comisión Independiente de Derechos Humanos también estuvimos presentes como observadores de este proceso electoral y enviamos saludos desde el Pacto Morelos por la Soberanía Alimentaria y Energética.
Hace poco tiempo que también hubo elecciones sindicales en el SITIMTA en una asamblea general donde participaron dos planillas y en el Sindicato Independiente de Investigadores del Instituto de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias a nivel nacional, igual que en el STUNAM que renovaron cuadros dirigentes, incorporando a mujeres en las instancias de decisión centrales. Hace unos días concluyó el proceso electoral en el Sindicato de Telefonistas a nivel nacional con amplia participación de la base y en estos días igualmente renovarán las 14 carteras del Comité local con la incorporación de la nueva generación de sindicalistas que se han venido formando con el ejemplo de las generaciones precedentes.
De igual manera consideramos que los temas planteados en la agenda del 41 Congreso General Ordinario que el Sindicato de Trabajadores de la UNAM llevará a cabo del 9 al 11 de agosto para discutir y aprobar los documentos de política nacional, laboral y académica, servirán para fortalecer la lucha independiente y democrática de la clase trabajadora.
Porque ejercer la democracia directa es una conquista histórica de la clase trabajadora, hoy más que nunca es necesario ejercerla de manera consciente para defender los derechos laborales como parte de los derechos humanos.