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Por Teodoro Lavín León

Todos sabemos que una designación es importante, y la nueva Consejera Presidente que acaba de tomar posesión del INE es una mujer que tuvo una experiencia electoral en el estado de Sonora, y a pesar de que al parecer su corazón late para el lado de Morena, ella dice tener una familia muy colorida.

Lo importante ahora no es eso, sino observar cómo va a actuar ahora que tomó posesión de la presidencia del INE, y ver a quiénes nombra, pero primordialmente a quien llevará el peso de la elección, al Secretario Ejecutivo del instituto.

Las elecciones federales son mucho más sencillas para la presidencia, operativamente, que las elecciones locales, ya que tienen una gran cantidad de funcionarios, muchos de ellos expertos electorales, quienes a pesar de la gran complejidad de la elección le harán más sencilla la tarea, que es una responsabilidad tan importante que estará en sus manos la gobernabilidad del país, y sobre todo garantizar que se cumpla con la voluntad popular.

Su responsabilidad es inmensa y su manera de actuar tendrá una repercusión en el México de los siguientes años por venir.

Tendremos que ver si tiene la habilidad de conseguir que la institución camine y se transforme en una institución más barata sin perder eficiencia, y que, conociendo la función electoral, pueda lograr la reorganización del INE que tanta falta le hace al país.

Pero, primordialmente, que lo haga aplicando el conocimiento, que si bien es poco pero lo tiene, de cómo manejar una elección de manera clara y trasparente; y que se dé cuenta de la importancia de continuar con el Registro Federal de Electores como está y arrope a las juntas distritales que son la base de la elección.

La lección del 2024 y las dos en puerta de este año probarán su capacidad organizativa, y si tiene la personalidad y conocimiento para salir adelante en la elección del 24, que será la más grande de la historia.

Veremos su trabajo y esperemos que tenga los arrestos necesarios para controlar un proceso en el cual, al estar en juego el poder, tiene en su paisana y ex Consejera del Instituto de Sonora, la abogada Olga Grijalba, una mujer que demostró ser imparcial y que podría ayudarle.

Su labor no será sencilla y, a pesar de que su servidor afirma que no es lo mismo una elección local que una nacional, su experiencia servirá para esta nueva encomienda.

Por lo pronto, de acuerdo a la ley vigente, tendrá que poner alto a las expresiones del gobierno sobre las elecciones, ya que no las debe hacer, por lo que no será sencillo su papel.

Le deseamos buena suerte porque su labor será fundamental para el futuro de México.

Ahora el presidente está feliz y de acuerdo, pero en cualquier determinación se le volteara la moneda, así que tendrá que demostrar sangre fría e imparcialidad real para evitar que se le venga encima el tsunami de la oposición; acordémonos de que su función es cada día más compleja y sus determinaciones, declaraciones y movimientos estarán 24 horas del día todo el año pendientes la opinión pública, lo que no es fácil de asumir; el cargo es cómodo y da una oportunidad de relevancia nacional y de pasar a la historia, pero eso no quiere decir que sea sencillo.

Su actuación no sólo no es sencilla, sino que tiene una imagen partidizada, a pesar de que ella diga que no, y tendrá que demostrar que es imparcial y eso no es fácil; nada más tiene que entender que la sociedad civil, la que formamos los ciudadanos, la ve cuestionada, por lo que -a querer o no- está electa por nueve años y en ese tiempo la conducción del estado mexicano puede cambiar, y su mejor seguro es la imparcialidad. ¿No cree usted?