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En 1961 la UNESCO, a través del Instituto Internacional del Teatro (ITI por sus siglas en inglés), instauró el Día Mundial del Teatro. Se conmemora el 27 de marzo porque ese día arrancó la temporada 1962 del Teatro de las Naciones en París, evento mundial que simbolizó el espíritu de colaboración entre las naciones a través del teatro. Y como parte de la fraternal reunión de los teatristas del orbe, amén de representaciones teatrales, conferencias, intercambio de saberes y encuentros, el ITI solicita a una figura crucial de la profesión preparar un discurso para ser traducido y leído a más de 50 idiomas ese día. El primero en hacerlo fue ni más ni menos que Jean Cocteau en 1962; y desde entonces se han dado a la tarea, cada 27 de marzo, figuras como Arthur Miller, Laurence Olivier, Jean-Louis Barrault, Miguel Ángel Asturias, Peter Brook, Eugène Ionesco, Wole Soyinka, Edward Albee, Václav Havel, Ariane Mnouchkine, Robert Lepage, Augusto Boal, John Malkovich, Dario Fo, entre muchos más. Directores, dramaturgos (no pocos Premio Nobel), actores y teóricos han sido convocados para dirigir el Mensaje del Día Mundial del Teatro a lo largo de los años. De México han participado Víctor Hugo Rascón Banda en 2006 y Sabina Berman en el 2018 hasta el momento.

Los pasados 25, 26, 27 y 28 de marzo, en Cuernavaca, la UAEM celebró el Día Mundial del Teatro con laboratorios, talleres, charlas, mesas redondas, desmontajes, muestras y, por supuesto, funciones en la Escuela de Teatro, Danza y Música. Y también, como cada año, se leyó el Mensaje del Día Mundial del Teatro que en este 2025 fue encargado al griego Theodoros Terzoupoulos (1945) que ha transformado radicalmente la concepción de puesta en escena de los textos clásicos y es hoy uno de los directores de escena europeos más reconocidos. En 1985 fundó el Grupo de Teatro Attis con el que sigue trabajando hasta la actualidad. Ha creado un método actoral que hoy es estudiado en más de 30 escuelas de teatro alrededor del mundo. Su obra y particular enfoque sobre los clásicos griegos ha sido objeto de múltiples investigaciones. Importante sería poder traducir su teoría a lengua castellana.

El Mensaje de Theodoros Terzoupoulos es tan poderoso y nos conmina a repensar la vocación a los profesionales, pero también cuál es el papel del teatro en la sociedad contemporánea que, con la venia de mis editores de LA Jornada Morelos, lo reproduzco a continuación:

Mensaje del Día Mundial del Teatro 2025 por Theodoros TERZOPOULOS
(Traducido del griego original: Yiola Klitou /Centro de Chipre del ITI / Centro de Chipre de la ITI)


¿Puede el teatro escuchar la llamada de SOS que nuestros tiempos están enviando, en un mundo de ciudadanos empobrecidos, encerrados en células de realidad virtual, atrincherados en su sofocante privacidad? ¿En un mundo de existencias robotizadas dentro de un sistema totalitario de control y represión a través del espectro de la vida?


¿Está preocupado el teatro por la destrucción ecológica, el calentamiento global, la pérdida masiva de biodiversidad, la contaminación de los océanos, el derretimiento de los casquetes de hielo, el aumento de los incendios forestales y los eventos ¿Puede el teatro convertirse en una parte activa del ecosistema? El teatro ha estado observando el impacto humano en el planeta durante muchos años, pero está encontrando difícil tratar con este problema.

¿Está preocupado el teatro por la condición humana tal como se está moldeando en el siglo XXI, donde el ciudadano es manipulado por intereses políticos y económicos, redes mediáticas y empresas que forman opinión? ¿Dónde las redes sociales, por mucho que lo faciliten, son la gran coartada para la comunicación, porque proporcionan la necesaria distancia segura del Otro? Un sentido dominante de miedo al Otro, el diferente, el Extraño, domina nuestros pensamientos y acciones.

¿Puede el teatro funcionar como taller para la convivencia de diferencias sin tener en cuenta el trauma sangrado?


El trauma sangrado nos invita a reconstruir el Mito. Y en palabras de Heiner Müller «Myth es un agregado, una máquina a la que siempre se pueden conectar máquinas nuevas y diferentes. Transporta la energía hasta que la creciente velocidad haga explotar el campo cultural» y yo añadiría el campo de la barbarie.


¿Pueden los focos del teatro arrojar luz sobre los traumas sociales y dejar de arrojar luz engañosamente sobre sí mismo?


Preguntas que no permiten respuestas definitivas, porque el teatro existe y perdura gracias a preguntas sin respuesta. Preguntas provocadas por Dionisio, pasando por su lugar de nacimiento, la orquesta del antiguo teatro, y continuando su silencioso viaje de refugiados a través de paisajes de guerra, hoy, en el Día Mundial del Teatro.


Miremos a los ojos de Dionisio, el dios éxtastico del teatro y el mito que une el pasado, el presente y el futuro, el hijo de dos nacimientos, por Zeus y Semele, expresador de identidades fluidas, hembra y macho, enojado y amable, divino y animal, al borde entre locura y razón, orden y caos, un acróbata en la frontera entre la vida y la muerte. Dionisio plantea una pregunta ontológica fundamental «¿de qué se trata todo esto? «una pregunta que lleva al creador hacia una investigación cada vez más profunda sobre la raíz del mito y las múltiples dimensiones del enigma humano.


Necesitamos nuevas formas narrativas dirigidas a cultivar la memoria y dar forma a una nueva responsabilidad moral y política que surja de la dictadura multiforme de la actual Edad Media.

Teodoros Terzopoulos

JAIME CHABAUD MAGNUS