

Debo aclarar que no soy psicólogo y me declaro simple observador del acontecer social y periodista. El presente artículo nace del impacto que me causo la serie de Netflix “Adolescencia” y, lo hago, porque tengo sobrinos que están en esa edad y, cómo están padeciendo en su soledad, trastornos de ansiedad y depresión, pero la realidad es más fuerte porque está afectando en primera instancia a los jóvenes y, en mayor o menor grado a personas adultas. Comparto lo que investigué:
¿Qué es el TOC? Es un trastorno neuropsiquiátrico que se caracteriza por obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos intrusivos y perturbadores que causan angustia. Las compulsiones son conductas asociadas con la idea de evitar un suceso terrible. Al respecto diré que este trastorno es silencioso y se manifiesta en una primera instancia en la intimidad de cada individuo. Por ello, es difícil su diagnóstico, aunque los síntomas pueden llegar a ser visibles y afectar gravemente a otras personas de su entorno.

La serie Adolescencia explora los desafíos emocionales y conductuales de los jóvenes, centrándose en cómo el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) puede afectar su desarrollo. A través de su protagonista Jamie, la serie muestra rituales repetitivos y pensamientos intrusivos, reflejando la lucha diaria de quienes padecen este trastorno. Este padecimiento afecta e impacta en sus relaciones familiares y sociales, donde los padres ausentes no son capaces de detectar lo que están viviendo sus hijos.
Finalmente, Adolescencia invita a reflexionar sobre la salud mental juvenil y la importancia de la detección temprana. La serie sensibiliza al público. Su enfoque realista ayuda a normalizar el dialogo sobre el TOC y otros trastornos. En un mundo real donde la salud mental sigue siendo un tabú. En el caso de nuestro país los indicadores muestran que este tipo de trastornos van al alza. Y habrá que poner más atención, especialmente, los padres que tienen hijos en la adolescencia.
*Ex catedrático de la UAEM y analista político
