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Miguel A. Izquierdo S.

A finales de febrero de 2020, junto con la artista Abril Gómez, creamos ese grupo, destinado a todo tipo de trabajadores de la cultura, artistas, artesanos, curadores, promotores y gestores culturales, que aportan cotidianamente al desarrollo cultural de Morelos. Nos propusimos sólo incluir publicaciones relativas a las condiciones laborales de estos/as trabajadores, a las políticas culturales de su competencia y a la organización para la defensa y promoción de sus derechos.

​A mediados de mayo de 2023, cuenta con 284 miembros (no ha crecido en dos años), mucho menos de lo que esperamos puede llegar a crecer, y pese a que hemos enviado la invitación a hacerse miembros a bastantes grupos y organizaciones para que participen en éste, no hemos logrado su incorporación. Vale esa autocrítica y las reflexiones de ustedes que nos ayuden a explicar por qué no logramos agremiarnos, al menos en el terreno de la comunicación que potencialmente sea de nuestro beneficio mutuo.

​La motivación principal para crearlo provenía de los esfuerzos  concertadas entre grupos de artistas y trabajadores de la cultura que realizaron a finales del 2019, en relación con la falta de pagos por parte de la Secretaría de Cultura (federal) y su sistema de “dilación de pagos”, a través de una empresa privada, “offshore”, caso emblemático de varias administraciones que han dañado especialmente a quienes se han contratado por “servicios profesionales” en diferentes organismos gubernamentales, lo que amenazaba en convertirse en tendencia nacional. 

Pretendíamos entonces, como aún hoy, promover entre los trabajadores señalados, en especial de Morelos, iniciativas para mejorar sus condiciones de trabajo, tanto en los medios privados como gubernamentales, de los tres órdenes de gobierno.

​Otra motivación mayor para crear el grupo, era el escandaloso maltrato laboral a quienes habían tenido en los último años, contratos de prestación de servicios ante la anterior Secretaría de Cultura y la actual Secretaría de Turismo y Cultura, dado el retraso de años en los pagos, como por los engorrosos y mal intencionados procedimientos de pago, que eran y parecen seguir siendo a mediados de 2023, burlas premeditadas contra las personas contratadas (petición repetida de documentos entregados, vuelta de llenado de formatos, petición extra de documentos o de firma de contratos repetida, entre otros vicios no justificados). Se trataba entonces de socializar el tamaño de las afectaciones como la cantidad de afectados y montos adeudados, en lo que algo contribuyeron los participantes de ese grupo para esclarecer.

​A través de ese grupo (y otros más) hemos difundido las acciones, eventos y manifestaciones emprendidas por NVDA, MOCCAM y la Asamblea de trabajadores de la cultura (nacionales) y otras acciones locales en el ámbito cultural, que han lanzado organismos de la sociedad civil, madres y padres de familia, estudiantes y artistas, principalmente. También hemos dado especial cabida a carteles y videos con conversatorios lanzados por la revista PASO LIBRE, y la Cátedra AMOR de la UNAM, dedicadas al análisis social y económico de la cultura en el país. Todas esas iniciativas han servido para poco a poco ir articulando al sector cultural en Morelos, no cuanto quisiéramos, pero al menos va creciendo el nivel de participación de sus usuarios. 

​Pusimos en su momento especial atención a dos movimientos emergentes: la lucha de madres y padres de familia de la Escuela de Iniciación artística de LA VEcindad, y el de trabajadores(as) despedidas del Centro Morelense de las Artes (ya reincorporadas a labores), tanto dada la justicia de sus demandas, como por el ejemplares que están siendo para otros movimientos que reivindican los derechos culturales y laborales, sea de infantes y adolescentes, como de profesoras/es en instituciones de educación superior, con condiciones precarizadas de manera extrema. 

​De igual manera, hemos hecho llamados para estar pendientes de la evolución en el Congreso estatal, del proyecto de Ley de Cultura del Estado de Morelos, que se esperaba fuera aprobada en la legislatura anterior, y en la actual, no se tiene claridad del respaldo que pudiera tener, a 4 años de que prometiera este gobierno aprobarla. Tragos amargos para quienes desde la agrupación Cultura 33+3, han impulsado este proyecto a lo largo de once años. Considero que tenemos evidencias de sobra, de que a pesar de ser un compromiso del gobierno en turno contar con una ley de este género aprobada, y de dos legislaturas al menos también comprometidas, al momento de la decisión han retrasado las reuniones, la promoción de consensos, la aprobación de una Ley tan necesaria en la entidad, de la que se desprenden derechos culturales para la población, y legislaciones complementarias, que deben atender necesidades urgentes tanto de esa población como de los trabajadores de la cultura en Morelos.

​Por último, hemos dado espacio en el grupo, a noticias del estado en que se encuentran las condiciones laborales de los trabajadores de la cultura en otras entidades y países, lo que ha contribuido a coleccionar y empujar iniciativas locales y nacionales de mejora, que, a diferentes niveles de gestión, deben impulsarse. Entre ellas, las iniciativas para enfrentar la contingencia sanitaria mundial, por cuanto ha afectado diferencial y gravemente, a este sector de la cultura.

​Invitamos esta vez también, a hacer uso de este espacio de difusión que favorece el gremialismo, tan necesario en el sector cultural.

(La liga al grupo es: https://www.facebook.com/groups/858117291370604 )

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