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Las palabras de Nonhle Mbuthuma llaman a la acción, relatan el triunfo de la lucha de la comunidad de amaMpondo contra la multinacional de la petroquímica Shell. El monopolio que pretendía realizar voladuras sísmicas en una extensión de 6000 kilómetros cuadrados en la Costa Salvaje de Sudáfrica en el Cabo Oriental. El cartel de los hidrocarburos buscaría petróleo y gas a fin de prospectar yacimientos y explotarlos. Su lucha se extendió y tuvo alcances internacionales. Ella habla de la perseverancia y determinación colectiva. Llevaron ante tribunales a la transnacional y al gobierno que le otorgó la concesión. En septiembre de 2022 el Tribunal Superior de Sudáfrica revocó los derechos de Shell y dictaminó que las prospecciones sísmicas en el país eran ilegales. Este método de búsqueda de hidrocarburos en el mar es devastador para las especies marinas y los pueblos costeros.

El relato de la luchadora ambiental sudafricana prologa el Informe 2023 de Global Witness, Voces silenciadas: la eliminación violenta de los defensores de la tierra y del medio ambiente en todo el mundo. Al igual que la Dra. Vandana Shiva en el informe 2022 de esta organización, sus voces ecofeministas son vitales y esperanzadoras. Son mujeres que se han enfrentado al capitalismo de la devastación ambiental y están vivas a pesar de las amenazas de las empresas extractivistas y gobiernos. Cuando ellas hablan de la defensa del mar en la costa suroriental de Sudáfrica o de los bosques en el Himalaya de la India, son conscientes de que la catástrofe ambiental no solo impacta sus lugares de origen, sino que los alcances del extractivismo son siniestros para el planeta.

No nos gusta leer el conteo de muertes humanas por las atrocidades que cometen ejércitos en guerra de gobiernos instituidos o del crimen organizado. No obstante, los informes de Global Witness sobre quiénes sobreviven y quiénes mueren año con año en la defensa ambiental es, a su vez, la explicación de cómo funciona el capital extractivista a escala mundial. Este conocimiento sí permite reaccionar en distintas escalas contra un sistema de muerte. Es el caso de los ejemplos de las ecofeministas. Desde 2021, GW ha registrado anualmente los asesinatos de personas defensoras ambientales en todo el planeta. Al menos, dice esta organización, 2,106 personas han perecido desde que se comenzó este registro. En 2023 se contabilizaron 196 personas asesinadas en el mundo. Colombia encabeza la lista con 79 asesinatos, Brasil 25, México y Honduras con 18 asesinatos cada uno están en el tercer lugar mundial. Cerca de la mitad del total de personas cegadas de la vida por proteger sus territorios de las empresas extractivistas son indígenas y afrodescendientes pero, como dice Vandana Shiva, los números no son reales hasta que se conocen los nombres de las personas. El informe enlista los 196 nombres de las personas defensoras por país.

En México encabeza la lista de los asesinados ambientales Abisaí Pérez Romero de 27 años, estudiante del último semestre de la carrera de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. El 13 de febrero del año pasado fue hallado sin vida en Hidalgo. El joven periodista documentaba los daños en el valle del Mezquital provocados por el Túnel Emisor Oriente y era activista en el Comité de Defensa Ambiental de Atitalaquia, que denunció la imposición de un relleno sanitario en la región. Un apartado especial en el informe está dedicado a la desaparición forzada de Ricardo Lagunes y Antonio Díaz. Abogado y dirigente ejidal de San Miguel de Aquila. Comunidad que lleva décadas en resistencia contra el gigante productor de acero Ternium, que extrae el mineral de hierro en ese territorio que está casi totalmente concesionado a Ternium. A la fecha, no se les ha encontrado.

Cierro con las palabras de Nonhle Mbuthuma porque saber, aunque sea duro, puede cambiar el estado de cosas “… me di cuenta de lo invisibles que somos y de lo poco que les importa a las empresas como Shell la repercusión que tienen sobre el clima, la contaminación y la biodiversidad, elementos que, en su conjunto, presentan el mayor problema de derechos humanos de nuestra generación. La violación de estos derechos fundamentales por parte de gobiernos y empresas que buscan su propio beneficio no es solo un daño colateral menor, sino que tiene consecuencias que nos cambian la vida a todos.”.