Margarita González Saravia ha manifestado de diversas formas y en diferentes momentos, durante su campaña y como Gobernadora de nuestro Estado, su compromiso con los Pueblos Indígenas y Afromexicanos de Morelos. Por su historia personal, por su participación en movimientos campesinos e indígenas, Margarita habla desde su corazón y su compromiso con los Pueblos: “Tenemos que regresar a nuestros orígenes: dejar a un lado esa concepción que tienen los conquistadores, esa mentalidad conquistadora que tiene que ver con la corrupción, con el individualismo, con la avaricia, con la mentira, con la discriminación, con la depredación de nuestros recursos naturales, tenemos que volver a la comunidad, a la solidaridad entre los pueblos, a la honestidad, a la hermandad, al humanismo, a la protección de nuestros recursos naturales”[1].
Una de las principales estrategias que la Gobernadora está implementando para cumplir con lo prometido a los Pueblos es la creación del Instituto de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos de Morelos. El pasado 12 de octubre firmó el Decreto de creación de esta nueva institución, en su mensaje de ese día, expresó lo que desea de este Instituto: “Por eso, este Instituto NO queremos que se burocratice, queremos que sea un Instituto VIVO en el corazón de nuestras comunidades, queremos que sea un Instituto de territorio que reivindique los derechos de nuestras comunidades, de los Pueblos Indígenas, de los Afrodescendientes; pero también los derechos humanistas que deben de permear un gobierno de la Cuarta Transformación…”[2]
En sus recorridos por todo el Estado Margarita indagó las necesidades, problemáticas y fortalezas de las comunidades y pueblos indígenas, seguramente la información obtenida será una base de las políticas públicas que diseñará e implementará junto con ellos, como lo ha expresado con claridad: “Los pueblos tendrán voz en mi gobierno y vamos a ir de la mano todo el tiempo. Vamos a tener un Consejo de Pueblos para que los pasos que vayamos dando sea juntos, dándole un buen rumbo al gobierno, como en el pasado, cuando el consejo consultaba a los tatas”[3]. Es este punto el que considero un propósito medular fundamental de la propuesta de Margarita hacia los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos: Se caminará juntos. En lo profundo implica una transformación de la cultura y prácticas políticas y administrativas paternalistas y desarrollistas implementadas desde hace casi un siglo[4]. Por ello, vislumbro algunas resistencias y varios desafíos tanto en la clase política como en la burocracia, tanto a nivel estatal como municipal.
En este escrito analizaré brevemente sólo un desafío que considero importante visibiizar y poner a debate.
El desafío refiere a cómo dar voz a los pueblos y comunidades indígenas y trabajar mano a mano con ellos. Los gobiernos desde hace décadas han llevado a cabo proyectos diversos dirigidos a las comunidades y pueblos indígenas, productivos, educativos, de salud, entre otros, pero siempre desde la perspectiva de la cultura dominante. La visión e incluso los intereses de la burocracia, de especialistas o de políticos, ha predominado en la definición de necesidades, requerimientos, problemáticas y diseño de las acciones a implementar. Las comunidades y pueblos han aprendido a recibir lo que les otorgan sabiendo que lo dado no responde a su realidad ni a su cultura y no cambiará de fondo su situación de vida.
Si la propuesta ahora es dar voz a los Pueblos indígenas, como sujetos colectivos, implica en primer lugar reconocer, respetar y fortalecer sus Sistemas Normativos Indígenas, reconocer a la Asamblea Comunitaria como máxima autoridad para la toma de decisiones y la resolución de conflictos. Las autoridades gubernamentales podrían mantener el diálogo con la comunidad por vía de su Asamblea y de las autoridades comunitarias que ésta designe para ello, lo importante es la unidad de la comunidad no su división, por lo que los proyectos podrían beneficiar a la comunidad como un todo o dirigirse a aquellos sectores que la propia Asamblea defina.
Esto requiere dejar de trabajar sólo con algunos grupos al interior de los pueblos que generalmente están vinculados a caciques o a partidos políticos. Por años, legisladores federales y locales en Morelos, autoridades municipales y caciques locales han manejado recursos para crear sus bases clientelares, lo que divide y crea conflictos entre los habitantes. Se promueve la división comunitaria porque eso da poder y control, así evitan la unidad del pueblo al que en el fondo temen.
Dar la voz al pueblo y trabajar juntos, paso a paso, mano a mano, requiere crear los canales de comunicación culturalmente adecuados entre la comunidad como sujeto colectivo y el gobierno, construir un diálogo circular, sincero y auténtico, a partir del cual se generarían los diagnósticos, las propuestas, los proyectos y las soluciones a los conflictos que cada pueblo o comunidad realmente requiere.
Es en este contexto que aparece el desafío, la Gobernadora tiene el firme propósito claramente expresado de trabajar al lado de los pueblos y comunidades indígenas, mano a mano, pero el sistema político y administrativo existente no embona con este propósito, se requiere transformarlo, crear los canales de comunicación adecuados, la estructura administrativa que favorezca el diálogo y la participación de pueblos y comunidades. Se requiere eliminar las prácticas clientelares, sensibilizar y capacitar a las y los funcionarios para que conozcan y valoren las culturas indígenas, definir conjuntamente, con claridad, los procedimientos a seguir para la atención de las necesidades y solución de las problemáticas, en suma es indispensable una nueva relación entre gobierno y pueblos indígenas.
Imagen cortesía de la autora
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https://www.morelos.gob.mx/ultimas-noticias/decreta-la-gobernadora-margarita-gonzalez-saravia-la-creacion-del-instituto-de-pueblos-y-comunidades-indigenas-y-afromexicanas-de-morelos ↑
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https://heraldodemexico.com.mx/elecciones/2024/5/5/candidata-margarita-gonzalez-saravia-anuncia-inversion-para-pueblos-indigenas-de-morelos-600330.html ↑
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Desde que se creó el Instituto Nacional Indigenista en 1948. ↑