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Las membranas del amor son frágiles; el roce más fortuito puede desgarrarlas.

Los hechos no importan. Lo que importa son las resonancias que producen, mucho tiempo después, en la conciencia o la inconciencia de alguien. Con esta demora vive Alan Pauls la literatura. No le importa el fogonazo, sino los efectos que provoca en quienes tardan en darse cuenta del impacto. Tal vez por eso decidió convertirse en escritor, singular método para internarse en la clandestinidad y desde allí observar al mundo y diseccionarlo.

Conocían el mecanismo del ardor, la lógica del engaño, los resortes secretos de la dominación y del desprecio, todas las claves que movían, daban brillo y a veces aniquilaban las vidas de los otros.

Prueba fehaciente de esa conducta esquiva hacia el mundo, y a la vez un gesto de profunda solidaridad hacia los cataclismos del amor, es la novela con la que ganó, en el 2003, el Premio Herralde de Literatura. Allí, Alan Pauls se propuso escribir historias de personajes que tardan en darse cuenta de las cosas. El pasado* es una mezcla de lecciones de moral y perversión. Es la autopsia de una relación de pareja. Es la locura y la dejadez en una combinación que la pasión incendia. Es la historia de una batalla por la memoria o el olvido.

Creían en el modo en que se amaban, y esa creencia era más fuerte que cualquier naturaleza, que cualquier signo que el mundo les dirigiera para desmentirlos o ridiculizarlos.

Las mutaciones del amor en un volumen de 550 páginas, donde este narrador argentino construye un denso infierno con finas y a la vez grotescas pinceladas decadentes, perversas. Pensándolo bien, es una verdadera proeza no desertar de esta novela agobiante. A cada rato se asoman escenas donde el impudor se comporta con la debida indiferencia, porque todo cuanto ocurre en El pasado es asunto de la normalidad. Lo grotesco de esas relaciones de pareja que naufragan de una manera estrepitosa, pero que se resisten a desaparecer. La indolencia, el gozo perverso, íntimo / El cuerpo como objeto de la destrucción / La memoria como un ornamento / La amnesia como prendedor.

Lo que los reunía en ese momento era el mismo trance de incredulidad y espanto que reúne, en medio de un viaje en avión, a los dos desconocidos que vuelven la cabeza al mismo tiempo y descubren que hay un ala que arde.

Ese arrojo hacia mundos densos, donde la razón ha perdido sentido y sólo queda lugar para el ajuste de cuentas. Los celos como un “salvoconducto” para ingresar en el infierno, mientras la vida del mundo se teje con el mito de la revolución y el cinismo que aboga por una degradación de la sensibilidad.

No se abrazaban como amantes sino como víctimas, víctimas por fin liberadas, y las palabras de amor que exhalaban entre los besos, casi inaudibles, lejos de aludir a un distanciamiento fatal de la vida cotidiana, parecían celebrar, en cambio, la conclusión de un tormento atroz, el levantamiento de una condena que los hubiera mantenido separados por una eternidad.

La historia que Pauls cuenta en El pasado se puede resumir así: Rímini, un joven traductor que practica la monogamia con Sofia, su amor de estudiante, en un transcurrir aparentemente. Ella intuye que el amor es una corriente perpetua que no se puede detener. Por eso, en la página final de esta endemoniada incursión en las gélidas aguas del desamor, se muestra segura de su amor, con canas y bien plantada para lo que sigue. Entre ese final y el arranque de El pasado, sucede una expedición donde la autodestrucción es el motor de la febril búsqueda interior de Rímini.

“Me formé en la creencia de que las cosas están para ser leídas y que la superficie no dice todo lo que se está diciendo y hay que ir más atrás.”

A finales de este 2024, Penguin Randome House publicó Tres novelas de época (Historia del llanto, Historia del pelo e Historia del dinero), donde Alan Pauls se asoma a los años más tempestuosos de su Argentina querida, durante esa época efusivamente explosiva que fueron los 70´s. La solidaridad que abrigaba un futuro promisorio, la familia y su desamparo, la ilusión amorosa, el desencanto, la arrogancia de la ostentación y la opulencia, embarcadas en una quiebra moral, son algunas palpitaciones de estas historias de llanto, pelo y dinero.

*El pasado, Alan Pauls. Editorial Anagrama,

Barcelona, España, 2003.

 

Raúl Silva de la Mora