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¡El punk no ha muerto! Juan Cirerol, lo más original de la música regional mexicana

 

Juan Cirerol es un cantautor nacido en Mexicali, Baja California, y cuenta con una amplia obra (toda disponible en plataformas digitales). Nos sintamos atraídos o no por su propuesta, no podemos dudar que se trata de un artista muy original. Me gusta cómo se le ha definido: “punkeño”, ya que sus orígenes en la música estuvieron de lleno en el punk, el cual ha logrado integrar con el regional mexicano en una mezcla que parece imposible. Sin embargo, en el arte lo imposible es para la gente común, y Juan Cirerol es muchas cosas, menos un artista convencional.

La primera vez que lo vi en vivo fue en el bar La Verbena de Hermosillo (hermosas y desenfrenadas noches de universitario). Asistí con varios amigos sin ninguna pretensión en particular. Juan empezó a tocar y, en un inicio, su música competía con el consumo de cerveza por nuestra atención. La segunda iba ganando, pero eso cambió rápidamente. Juan tocaba con un ímpetu y una energía que volvía difícil no verlo y escucharlo. Además, la calidad de las letras no era menor. En su momento no lo pensé, pero era una mezcla de lo popular-cotidiano elevado a un plano diferente, superior y lleno de una estética novedosa, agresiva y sugerente:

Dicen que no tienes ningún futuro/

Dicen que no tienes ni un peso pa’ valer/

Dicen que la lluvia no se toma a bocanadas, que despiertas en las noches y no vives las mañanas […]

No me digas que es tu llanto/

Lo que corre en tus mejillas.

A partir de entonces (eso debió haber sido en 2009 o 2010), la vida de Juan ha tenido muchos cambios. En algún momento, pareció que su carrera iba a tener un gran despegue; se mudó a la Ciudad de México y firmó un contrato con Universal Music, compañía que le produjo un disco (el que menos me gusta, por cierto). Sin embargo, ese éxito convivía con adicciones a fuertes estimulantes como la metanfetamina. Una de sus canciones más famosas se llama, justamente, “Metanfeta”:

No le des mucho tiempo al destino/

Sabes que no existe otro camino/

Mientras yo me voy de aquí, ahí te dejo estas molestias/

Sabes que me gusta la metanfeta.

Desde mi lectura, este es un ejemplo de la genialidad de Juan. Se trata de una canción de amor dedicada a una droga que lo estaba destruyendo:

Lo sé/

Las nubes se vuelven a mover/

Y yo pensando en tus labios otra vez.

Aquí otras partes de sus letras que, por diversas razones, me agradan: “Te miras muy hermosa, pero estorba tu ataúd/ Te picamos un ojito pa’ que salga toda la pus” (fragmento de “Maldita Maestra”); en este caso me gusta esa suerte de lo que, si se me permite, quisiera llamar poesía negra, ¡fantástico! Otras canciones tienen eso que comentaba de embellecer lo popular-cotidiano: “salí a la calle tambaleándome muy gacho / y me paré en una de esas taquerías, toqué una pieza y otra y otra y otra / y me gané los treinta pesos del día” (fragmento de “Me voy por el valle”). Incluso podemos encontrar críticas políticas: “mando mi bendición para los hombres productivos, pieza clave de este país / Hay que rendir cuentas a dios trabajando 8 horas a la semana / con prestaciones superiores a las de ley, ohhhh [expresión de desagrado]” (fragmento de “Canción del ocio”).

Hoy en día, Juan está rehabilitado y lleva ya varios años sin consumir. Tuve el gran gusto de ver su regreso a los escenarios de la Ciudad de México en diciembre de 2022 y también lo vi y escuché aquí, en Cuernavaca, en junio del año pasado. Todas las veces que he estado en sus conciertos, se entrega al público y es bien correspondido. Brinda un buen espectáculo y no se le puede reprochar falta de energía. Invito a quienes me lean a que se acerquen a su música. Creo que ahí encontrarán, como señalé en el título, lo más original de la música regional mexicana. Alguna vez leí o escuché que lo describieron de esta manera: “es como si Johnny Cash y Cornelio Reyna hubieran tenido un hijo”.

No tenemos certezas de lo que sucederá con este artista. Yo me imagino que, pase lo que pase, seguirá componiendo música y escribiendo canciones hasta el final de sus días. Y yo estaré ahí para escucharlas.

Foto: Juan Cirerol FB

  1. Profesor de Tiempo Completo en El Colegio de Morelos. Doctor en Estudios del Desarrollo por el Instituto Mora.

Cuitláhuac Alfonso Galaviz Miranda