

Las seis mejores razas de perros para convivir con niños
(Primera parte)

Elizabeth Parroquin
Tener un perro en casa puede ser una de las mejores decisiones para una familia con niños. Numerosos estudios han demostrado que la convivencia temprana con mascotas reporta beneficios emocionales y físicos en los más pequeños. Un perro no solo es un compañero de juegos, sino también un apoyo emocional: casi la mitad de los niños llegan a considerar a su mascota como su principal fuente de consuelo después de sus padres. Crecer junto a un can enseña valores importantes como la empatía, la responsabilidad y el respeto hacia los demás seres vivos. Además, actividades cotidianas como pasear o jugar con el perro ayudan a reducir el sedentarismo y a fomentar la actividad física en los niños. En pocas palabras, un perro puede convertirse en el mejor amigo de un niño, aportando alegría al hogar y contribuyendo positivamente a su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Ahora bien, no todas las razas caninas tienen el mismo temperamento. Es fundamental elegir un perro cuya personalidad y nivel de energía se adapten al ritmo familiar. A continuación, describimos algunas de las mejores razas de perros para convivir con niños, destacando sus cualidades para la vida en familia. Estas razas, cada una con sus características particulares, han ganado popularidad como mascotas ideales para hogares con niños por su carácter afable y tolerante.
Nuestro recuento concluirá la próxima semana, cuando, además, presentemos recomendaciones específicas para elegir a nuestro compañero de cuatro patas, en este caso, al que el mundo conoce como “el mejor amigo del hombre”, de la mujer y de niños y niñas, podríamos agregar.

Labrador Retriever: grande no solo en tamaño
Es la raza conocida por su sociabilidad y cariño, ideales para familias con niños. El Labrador Retriever encabeza casi todas las listas de perros familiares y no es difícil entender por qué. Con un temperamento alegre, paciente y extraordinariamente afectuoso, el Labrador adora la compañía humana y disfruta interactuando con los más pequeños de la casa. Es un perro grande y enérgico, dispuesto a jugar interminables horas sin perder la gentileza. Los Labradores son cuidadosos y protectores con los niños, acompañándolos en sus travesuras y juegos al aire libre . Gracias a su inteligencia y ganas de complacer, resultan fáciles de adiestrar incluso para dueños sin mucha experiencia, aprendiendo rápidamente las normas del hogar. Su naturaleza sociable también los hace llevarse bien con otros animales domésticos, completando así el perfil de un can familiar por excelencia. No es de extrañar que sea la raza más elegida por las familias: un Labrador bien educado será un amigo leal, incansable compañero de juegos y un eterno guardián amoroso para los niños.
Foto: zooplus magazine
Golden Retriever: perfecto para todas las edades
Conocido por su carácter dulce y juguetón, perfecto para personas de todas las edades. El Golden Retriever es otro clásico cuando se habla de perros para niños. Reconocido por su dulzura, tolerancia y espíritu juguetón, el Golden es extrovertido y afectuoso con todos. De hecho, suele decirse que podría ser la mascota ideal para prácticamente cualquier persona o familia por su carácter equilibrado y amigable. Esta raza demuestra una paciencia infinita con los niños: disfruta de sus juegos, soporta con calma sus torpezas y rápidamente establece un vínculo fuerte con ellos. Al Golden le encanta ser el centro de atención y devolverá con creces el cariño que recibe, lo que resulta maravilloso en hogares con niños que buscan un compañero siempre dispuesto a jugar o a acurrucarse. Son perros inteligentes y fáciles de entrenar, cualidad que comparten con los Labradores, así que aprenderán sin problema las reglas de la casa y trucos divertidos para entretener a toda la familia. Eso sí, no esperemos que un Golden Retriever sea un perro guardián eficaz –su inclinación natural es hacer amistad incluso con los extraños–, pero su lealtad y afecto incondicional lo convierten en un miembro más de la familia que brinda alegría y seguridad emocional a los niños.
Foto: Terránea
Shih Tzu: dulce y pequeño como los buenos perfumes
Una raza de compañía dulce que se adapta bien a apartamentos y a la vida con niños. El Shih Tzu puede ser pequeño en tamaño, pero es grande en cariño y simpatía. Originario de Asia, este perro fue criado como animal de compañía y se adapta fácilmente a cualquier entorno familiar, incluso a pisos pequeños. Su temperamento es típicamente sociable, juguetón e inteligente, lo que significa que disfruta pasando tiempo con su familia humana. En general, los Shih Tzu muestran gran afinidad con los niños y gozan interactuando con ellos; de hecho, por su tamaño y predisposición al juego suelen preferir la compañía de los más pequeños de la casa. Muchos Shih Tzu llegan a proteger a “sus” niños como si fueran parte de su manada. Sin embargo, precisamente por ser perros de tamaño reducido, es importante enseñar a los niños a tratarlos con delicadeza y respeto. Un Shih Tzu tolera bien las sesiones de juego tranquilo y las caricias, pero podría asustarse o lastimarse si los juegos se vuelven bruscos. Con las precauciones adecuadas, esta encantadora raza se convierte en un compañero leal y cariñoso, ideal para familias que buscan un perrito hogareño, fácil de manejar y que llene el hogar de ternura. Su presencia calma y su mirada expresiva conquistarán tanto a niños como a adultos.

Foto: Nubika.es
Dóberman: educarlo rinde sus frutos
Bien socializado puede ser sorprendentemente tierno y protector con los niños de la familia. El Dóberman es, para muchos, una elección inesperada en una lista de perros para niños. Famoso por su porte elegante y su histórico rol de perro guardián, el Dóberman carga con la reputación de ser feroz. Pero la realidad, cuando esta raza se cría con amor y entrenamiento, es muy distinta. Un Dóberman bien socializado se caracteriza por ser leal, inteligente y sorprendentemente gentil, cualidades que lo pueden convertir en un miembro ideal de la familia. Lejos de ser solo un protector, suele forjar vínculos profundos con sus dueños y mostrar gran afecto por ellos. Con los niños de “su” hogar, un Dóberman equilibrado puede ser un magnífico compañero de juegos: es enérgico, paciente y disfruta participando en actividades familiares. Por supuesto, dada su fuerza y tamaño, es fundamental que reciba una educación adecuada desde cachorro, con límites claros y socialización temprana con niños y otras mascotas. Los expertos recomiendan involucrar al Dóberman en la vida familiar desde temprana edad, de modo que aprenda a canalizar su instinto protector de forma positiva y tolerante. Con entrenamiento y ejercicio diario para liberar energía, esta raza muestra su mejor cara: un guardián noble y cariñoso, que vigilará el bienestar de los niños y al mismo tiempo les brindará juegos y compañía fiel. Eso sí, se debe enseñar a los pequeños a no provocarlo ni molestarlo innecesariamente, respetando sus espacios de descanso. Bajo una tutela responsable, el Dóberman rompe mitos y se revela como un perro familiar ejemplar, capaz de ofrecer tanto protección como mucho cariño a sus seres queridos.
Twitter: @Smileitsmorgan_

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