A mediados de 2019 la pandemia por Sars-Cov2 arribo a distintos países del mundo y con ello un discurso que culpaba a la población migrante por la propagación de la enfermedad a nivel global. Para personajes como Donald Trump la persona migrante era aquella que diseminaba la enfermedad, por lo tanto, tenían que controlarse las fronteras. A pesar de que se comprobó que la enfermedad se propagó mayormente por viajes en avión. En días recientes la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la viruela símica (mpox) como emergencia de salud pública de importancia internacional (OMSa, 2024). Con el reciente incremento de casos en todo el mundo y con un posible origen en República Democrática del Congo, también se prevén discursos que apelen a “cerrar” las fronteras o a la contención fronteriza, tal como ocurrió con el Título 42, en Estados Unidos.
La viruela símica cuenta con diversos registros en África y en población proveniente de dicha latitud. En 2022 el director de la OMS, Tedros Adhanom, declaró un brote multinacional de la enfermedad y lo declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional, posteriormente el 10 de mayo de 2023 anunció el fin de la emergencia (Organización Panamericana de la Salud, 2023). La mpox ha estado en la mira de la Organización internacional desde hace unos años, pero ¿Qué hizo que se tomara un revuelo sobre el tema en los medios de comunicación en días recientes? De acuerdo con un comunicado de prensa de la OMS: “Es la segunda vez en dos años que se determina una ESPII en relación con la mpox. Esta enfermedad, causada por un ortopoxvirus, se detectó por primera vez en humanos en 1970 en la República Democrática del Congo. La enfermedad se considera endémica de los países de África central y occidental” (OMS, 2024b).
Algunas razones para declarar la emergencia son: existe una nueva forma endémica del virus y una nueva variante que se propaga más rápido (Forbes Staff, 2024). Existen dos variantes: una por contacto sexual y otra por contactos cercanos o cotidianos. La enfermedad se ha trasladado a Congo, Ruanda, Uganda, Burundi, Kenia y Suecia (López, 2024). Es relevante comentar que a diferencia de en 2022 la mayoría de los casos en aquel año fueron hombres y se propago por tener relaciones sexuales, mientras que en la actualidad hay niños menores de 15 años que representan el 70% de los casos de mpox y el 85% de las muertes en Congo (France, 2024).
Estos argumentos resuenan a la pandemia de Covid-19 y es importante dar seguimiento a las enfermedades zoonóticas que el mundo. Sin embargo, ya han empezado a implementarse medidas para evitar la propagación, como la declaración de emergencia de interés internacional. Es relevante que un país registre casos de la nueva variante tal como lo hizo Suecia. Los casos registrados en otros países de esta enfermedad corresponden a la primera variante. Las subsecuentes noticias del avance en contención de la enfermedad pueden propiciar situaciones con efectos discursivos y fronterizos.
En lo discursivo, tal como ocurrió con el coronavirus, puede estigmatizar a las personas provenientes del Congo y otras latitudes. Ese estigma es “caldo de cultivo” cultural para la producción estructural de políticas públicas, nacionales e internacionales que impidan el cruce, salida y entrada de las personas. Es decir, bajo el discurso de “saneamiento”, “salud”, y “emergencia sanitaria” pueden erigirse medidas de contención y selección de personas migratorias, en muchos de los casos dirigidos a personas provenientes de África.
La salud, la raza y la migración guardan una estrecha relación histórica al momento de formular políticas de control espacial desde una perspectiva Estatal. No sólo los casos de Estados Unidos y la Unión Europea son típicos. Países latinoamericanos y de todo el mundo han utilizado el tema de la “salud” para permitir o para negar la entrada de personas en sus fronteras. El ejemplo más cercano es el de Covid-19, pero bajo el paraguas de la “salud” se han cubierto medidas racistas y de contención-selección migratoria.
Aunque la historia no se repite, pero sí rima y conjuga con el presente, se debe advertir que la concientización sobre la no estigmatización abona a no producir falsas políticas de salud, que en realidad pudieran ser políticas de contención fronteriza. Los países deben de cooperar e implementar medidas alrededor de los casos que se registren, hacer campañas sobre sexo con protección, invertir dinero para la investigación y aplicación de vacunas eficientes/seguras en la región. Se debe tener cuidado de la difuminación entre la línea de salud/racismo.
*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo,