En esta oportunidad me interesa plantear una preocupación sobre cómo podemos desde el Nodess Morelos Solidario y Cooperativo encontrar formas de confluencias entre la economía social, la solidaria y la popular.
Un primer intento para nosotros reside en plantear el espacio de lo común. ¿Y cómo podemos entender esto de lo común?
Lo común entendido como un proceso social instituyente de puesta precisamente en común de prácticas cooperativas, comunitarias, asociativas, solidarias y de dignificación del trabajo colectivo. Un proceso en donde siempre está en juego la capacidad de las organizaciones de la comunidad reconociéndose como tal y gestionando en común sus recursos vitales. Lo común sugiere poner el énfasis en la idea de acción. Siempre en el entendido que lo común pone en discusión lo público y privado como únicos componentes de una sociedad y nos ayuda a salir de esa dicotomía. Lo común como componente de la vida en común y no de lo que nos es propio como individuos. Esta última afirmación generaría sólo acciones individuales. O sea, sería lo inapropiable en términos individuales.
En este sentido lo expuesto nos invita a pensar la política visibilizando formas de vida y de habitar más que de gobernar. Así mismo necesitamos enfatizar que lo común exige deberes tales como el trabajo y la gestión comunitaria y el reconocimiento de reglas concordadas comunitariamente. En Morelos encontramos muchas comunidades campesinas e indígenas en las cuales persisten mecanismos políticos y económicos de carácter comunal, en muchos casos fagotizadas por un capitalismo extractivista y devastador. El entorno económico actual preocupado por reforzar prácticas de competitividad, mercantilización, finanziarización, ante algunos fracasos de las políticas neoliberales y la competencia macro-regional entre Occidente y China. Así mismo los Estados cuentan cada vez con menos herramientas para compensar el crecimiento de las desigualdades.
Es así entonces que la propuesta o la búsqueda de lo común adquiere en este contexto más sentido. Y sintetiza la convergencia entre las economía alternativas tales como la social, la solidaria y la popular. Por eso no se trata de lo institucional-público sino de lo instituyente desde las comunidades. Y nos invita a reconstruir esos espacios donde los vínculos, las relaciones, las acciones conforman lo colectivo.
Dejo aquí estas reflexiones pero queda abierta la búsqueda y el compromiso de nuestra red de actores locales ya que si queremos poner en marcha acciones prácticas de re-colectivización hay que tener en cuenta que no son neutrales, y en los territorios es necesario resistir y proponer alternativas respecto a intereses que van hacia otras búsquedas ya sea las del mundo de la economía privada como la articulación con las políticas institucionales que tampoco son neutrales. En la próxima hablaremos de experiencias concretas de construcción de lo común en el estado Morelos.
*Investigador de tiempo completo en el CRIM-UNAM. Coordinador del Grupo de Trabajo Investigación, Capacitación y Difusión del NODESS Morelos solidario y cooperativo.