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Logros que México trabajó

 

 

Queridos lectores, qué creen, nuevamente voy para atrás en el tiempo. ¿Porqué? se preguntarán. Pues por la sencilla razón, entre otros motivos, de la buena acogida que tuvieron mis modestas letras del miércoles pasado que con mucho gusto se las trasmití con un tema que, para entenderse en la actualidad, debe conocerse cómo se creó. En este caso me refiero a la Educación y es que, si algo he aprendido en la vida, es que para saber quiénes somos, necesitamos saber de dónde venimos y eso incluye el analizar los inmensos logros que se dieron a partir del cambio de Méjico, con jota, al México con equis. Por cierto ¿sabían que México se pronuncia Meshico? Y es que es una palabra de origen náhuatl en que la x se pronunciaba como “sh” desde los tiempos de nuestro interesante Meshico-Tenochtitlan.

¡Ufff! ahora sí entremos al tema al que tendremos que mirar hacia atrás en el tiempo. Por ejemplo, es importante saber y comprender que la identidad nacional no sólo es el hecho de tener un gentilicio (origen o nacionalidad de las personas) o el de pertenecer a un territorio o región determinada, no.

La identidad también tiene que ver con toda una cultura de fondo en la que hemos estado inmersos desde que México irrumpió en la vida independiente, sin embargo, yo me pregunto y les pregunto a ustedes también: ¿es que acaso nuestra identidad es solo una herencia político-religiosa que recibimos de España o de nuestros ancestros? En parte sí, pero dejo por un rato las causas atávicas o antiguas que podamos tener porque si me detengo en ellas, como es fascinante el tema, me disperso, me sigo por alguna variante y no acabo.

Y la mirada al ayer, incluye el seguir analizando los grandes logros que obtuvo México luego de la Independencia. Sin duda, uno de los más grandes y que ha contribuido al desarrollo de México, es el referente a la enseñanza que anteriormente al movimiento independista, era sumamente deficiente.

Y fue a partir de que se configura la nueva nación, cuando se comenzó a trabajar dado el evidente atraso educativo en que se vivía por lo que fueron surgiendo las propuestas de cambios en los métodos educativos que con algunos asegunes y modernas adecuaciones, son los que nos han formado desde que el país salió del monopolio religioso que regía la docencia, ya les he mencionado que en matemáticas solo se enseñaba: suma, resta, multiplicación y división en todos los planteles de México.

Y miren, en lo personal no tengo nada contra los planteles religiosos, quien esto escribe estudió en ambos sistemas, en escuela de monjas y en laicas totalmente, ambos los disfruté o los sufrí por igual. Pero lo que es importante recordar, es que en ese devenir pedagógico, hubo grandes personajes que contribuyeron al engrandecimiento de la enseñanza en México como, por ejemplo, don Justo Sierra que influyó de manera determinante en la cultura del país tanto como escritor, promotor y funcionario público con una gran eficiencia.

Fíjense nada más: fue fundador de la Academia de la Lengua, colaborador y defensor de la Biblioteca Nacional de México y por si eso fuera poco, su impacto en la educación inició desde su presencia en el Congreso de 1881 cuando promulgó una ley que hizo obligatoria el ingreso a la primaria lo que antes no existía. Influyó para que México contara con una Educación más inclusiva, moderna y laica permitiendo que la población accediera al conocimiento sin distinción alguna.

¿Qué pasó?, que luego de la revolución en el siglo XX, ese laicismo que sustituyó la deficiente enseñanza religiosa se fue al otro extremo y acabó en una tendencia socialista, claro, esto visto desde el punto de vista conservador. Fue a partir de la reforma educativa al artículo 3º. de 1934, tal vez por la influencia de la revolución bolchevique, cuando México buscó implementar un modelo socialista en pro de una sociedad igualitaria, proyecto que la iglesia católica, la extrema derecha y la influencia estadounidense sabotearon e incluso violentaron a los docentes, lo que culminó con la cancelación del proyecto. Pero ahora que nos anticipan tantas reformas o cambios: ¿en dónde quedarán los ideales de planeación y consolidación nacionales o las ideas que trabajaron grandes mexicanos?

Nuestro país desde la independencia ha estado en formación, las ideas no han sido malas, con el tiempo malos mexicanos las corrompieron, pero eso se puede cambiar nombrando a servidores honestos al frente. En lo educativo, ojalá que, si llegan realmente a reformarla, rescaten lo positivo y modifiquen lo obsoleto ya que más de 200 años de intenso trabajo y de esfuerzo en la consolidación de nuestras universidades, por ejemplo, no se pueden ir al traste. Reforma educativa sí, siempre y cuando sea para reforzar, mejorar y actualizar lo que se tiene. Ojalá que nunca, para ir para atrás.

Y hasta la próxima.