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Susan, la cazafantasmas

 

Las historias de fantasmas son un fenómeno universal, presentes en prácticamente todas las culturas del mundo. En México, tenemos a La Llorona, una figura trágica cuyo llanto resuena en la noche. En China, existe un relato similar con el espíritu de Meng Jiang Nü, una mujer cuyo dolor derrumbó una parte de la Gran Muralla. La imagen de fantasmas femeninos que lloran es recurrente en muchas tradiciones y su prevalencia puede explicarse desde perspectivas sociales, culturales e históricas.

Sin embargo, aunque este tema da mucho para explorar, hoy quiero contar otra historia, pero también sobre mujeres. En Summerville, Carolina del Sur, hay una leyenda que ha intrigado a lugareños y visitantes durante décadas: la aparición de una misteriosa luz flotando sobre las vías de un tren abandonado. Según los relatos, esta enigmática luminiscencia, vista en múltiples ocasiones, sería el farol de una mujer que busca desesperadamente a su esposo, quien perdió la vida en un trágico accidente ferroviario.

Por supuesto, esto despierta muchas preguntas. ¿Es realmente un espíritu errante o hay una explicación más racional detrás del fenómeno? La ciencia, con su inagotable curiosidad, también ha intentado desentrañar este misterio.

La sismóloga Susan Hough, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), ha propuesto que la «Linterna de Summerville» podría ser un ejemplo de la manifestación de luces de terremoto. Hough señala que, en las décadas de 1950 y 1960, cuando comenzaron los avistamientos de esta luz, se registraron en la zona varios sismos de magnitudes entre 3.5 y 4.4. Estos movimientos telúricos podrían haber liberado gases que, al interactuar con chispas generadas por las antiguas vías férreas y restos metálicos en la zona, produjeron las misteriosas luminiscencias. De hecho algo así, pero a mayor escala, hemos visto en México durante los últimos terremotos, sobre todo en 2017, varias personas documentaron luces en el cielo y se confundieron incluso con transformadores que explotaban.

Las luces de terremoto son fenómenos luminosos que, aunque raros, se han documentado en diversas partes del mundo. Pueden manifestarse como esferas brillantes, destellos o columnas de luz, y su origen aún es objeto de estudio en la comunidad científica. Algunas hipótesis sugieren que podrían deberse a la liberación de gases como metano o radón desde el subsuelo, los cuales se inflaman al entrar en contacto con chispas de electricidad estática generadas por movimientos en las fallas geológicas.

Aunque esta aún es una hipótesis, ofrece una perspectiva interesante sobre cómo ciertos fenómenos naturales pueden dar origen a leyendas locales. Además, Hough sugiere que historias como la de la «Linterna de Summerville» podrían servir como pistas para identificar zonas sísmicamente activas en regiones donde la actividad sísmica es poco frecuente. Esto es especialmente relevante en áreas donde las fallas activas son difíciles de detectar.

La labor de Susan Hough destaca por su enfoque innovador al combinar sismología con estudios culturales y sociales. Su interés en lo que ella denomina «socio-sismología» busca entender cómo la cultura y las cuestiones socioeconómicas influyen en la percepción y reporte de los terremotos. Este enfoque interdisciplinario resalta la importancia de considerar el contexto humano al estudiar desastres naturales.

Claro que estas leyendas añaden un toque de misterio y encanto a la cultura local, pero la ciencia nos ofrece explicaciones que, aunque menos sobrenaturales, no dejan de ser asombrosas. La investigación de fenómenos como las luces de terremoto nos invita a apreciar la intrincada relación entre la naturaleza y las narrativas humanas.

Imagen cortesía de la autora

Karime Díaz